Julián Delgado lleva poco más de 20 años haciendo rapel, deporte extremo que comparte con su familia.
El licenciado Julián Delgado se tituló como abogado lo cual lo ha hecho formar una carrera en el ámbito corporativo, sin embargo, su inquietud también lo ha llevado a tener pasatiempos como la fotografía y la escritura que exploran su lado más artístico. Pero hay una actividad que rompe con la tranquilidad de las anteriores y que a pesar de ser extrema, lleva una gran belleza: el rapel, en donde puede llenar su lado aventurero.
El rapel es deporte extremo que consiste en descender de forma controlada —con cuerda, casco y arnés— superficies verticales, generalmente paredes de roca como las montañas y va de la mano con el senderismo ya que como su nombre lo dice, es caminar por senderos al aire libre.
Un comienzo impactante
Fue gracias a un amigo que Julián descubrió esta actividad hace poco más de 20 años, le invitó a un recorrido en el Salto, Tamaulipas, con la advertencia de que si era demasiado podrían solo hacer senderismo. Sin embargo, el carácter aventurero y arriesgado de Julián lo llevó a descender de la montaña, siendo esto muy revelador ya que la experiencia resultó impactante. “Sentir la inmensidad del mundo y saber que gracias a ti lo lograste, te hace ser más agradecido con lo que tienes”, dijo.
La vivencia fue tan gratificante que siguió buscando la manera de continuar por sí mismo, encontrando las rutas de Las Minas en San Luis Potosí y la Cascada de Tamul, en Tamaulipas, lo cual consolidó su gusto por esta actividad tan extrema, pues la sensación de adrenalina le resultó aún más impresionante en la cascada, por su altura de casi 100 metros y sentir caer el agua en su cuerpo durante el descenso, lo hizo aumentar esa adrenalina que lo cautivó la primera vez.
A partir de ese momento, se convirtió en una actividad recurrente y cada que le era posible se iba un fin de semana. Fue tanto su gustó que empezó a compartirlo con quien se animara a acompañarlo. Invitó a amigos, familia y su entonces novia Diana, —ahora esposa—quien lo ha acompañado en más de una ocasión.
Después de un tiempo, la vida, el trabajo y la familia lo llevaron a tomar la difícil decisión de poner una pausa a esta actividad, siempre con el pensamiento de retomarlo en alguna ocasión y así lo hizo hace ocho años.
Un respiro diferente
Bien dicen que una fotografía nunca podrá ser comparada con la imagen real, pues el cúmulo de sensaciones que ofrece la experiencia de estar encima de la montaña, no te la da una imagen en la pantalla.
Para Julián, este es un detalle importante, ya que cada vez su lado artístico disfruta mucho de los paisajes que ofrece la madre naturaleza, razón por la que en el recorrido ya sea de rapel o senderismo se toma el tiempo para para detenerse, ver a su alrededor y disfrutar del panorama, sin importar si está encima de la montaña o en medio del descenso. La libertad se respira diferente en las alturas. “Ni una foto o video refleja lo que puedes encontrar ahí; belleza, paz y la inmensidad. Nada se compara con respirarlos”, comentó.
Recomendaciones
Al ser un deporte de alto riesgo, es indispensable que cada participante cumpla con algunas recomendaciones. Lo principal es no tener miedo a las alturas, ya que en cada aventura se llega a puntos muy altos en donde cualquier movimiento en falso puede resultar peligroso.
La buena condición física, es parte de lo básico para este deporte, debido a que los recorridos duran por lo menos ocho horas y se requiere que la persona tenga cierto aguante. Es por eso que Julián acude por lo menos cuatro días a la semana al gimnasio, para de esta manera estar al nivel de lo que el camino le exige.
Ayuda profesional.
Existen grupos que cada semana realizan recorridos en diferentes puntos, ya sea en Tamaulipas o en cualquier otra parte de México. Ellos conocen el camino de memoria, por eso siempre es mejor unirse a ellos, de otra manera puede ser peligroso, pues hay personas que pueden perderse simplemente por no estar familiarizados con el camino. La opción aquí es inscribirse para ser añadido al grupo que saldrá a recorrido. Los responsables te asesorarán y apoyarán en todo momento.
Ser disciplinado es fundamental, esto para atender indicaciones en el momento del descenso. Por supuesto el participante debe tener espíritu aventurero para disfrutar de la experiencia, de lo contrario puede llegar a padecerlo.
Para las personas que buscan iniciarse en esta experiencia, existen opciones sencillas con lugares menos riesgosos, los cuales sirven como ensayo para así ir aumentando el riesgo.
Julián comenta que es importante apoyarse de los expertos, debido a que los trayectos pueden variar y llegar en un punto en el que vas descendiendo o subiendo y no tienes de dónde agarrarte y quedan pendiendo solo de las cuerdas, y en ese momento se requiere de control y una mentalidad que te ayude a retomar el camino. Son esos momentos que lo han hecho angustiarse y hacerlo pensar qué hace ahí, pero al final todo sale bien.
Una actividad para compartir
Es tanta la fascinación de Julián por este deporte, que cada que puede le hace la invitación a alguna amistad o familiar para unirse a él en algún recorrido; sin embargo, es muy consiente que este deporte no es para todos, pues no todos tienen resistencia al vacío. Además, ya se ha llevado algunas sorpresas en el momento de descender, pues a su acompañante lo inunda el miedo a las alturas y termina por desertar, lo cual lo obliga a no terminar el recorrido como a él le hubiera gustado, sino que lo hacen caminando.
Su hijo lo ha acompañado en algunas ocasiones al igual que su esposa, a quienes no les encanta y en ocasiones terminan padeciendo, pero al final disfrutan del momento tanto como él.
Como padre de familia procura ser cuidadoso en el momento de los recorridos por eso está pendiente de que el equipo que está utilizando esté en buen estado y que los recorridos no sean tan difíciles, lo que lo ha llevado a hacer rapel en lugares como Veracruz, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas y también se ha aventurado a hacer senderismo en algunos otros lugares del mundo como Canadá, que le regaló paisajes impresionantes. Aun así, no descarta la posibilidad de poder hacer realidad su meta a corto plazo; ir a Toluca a descender de alguna montaña.