De nosotros depende convertir el confinamiento por coronavirus en un recuerdo agradable para los más pequeños, y la cuarentena en un momento excepcional donde la familia se mantiene más unida que nunca.
Pese a las muchas dificultades que la crisis por el Covid-19 presenta, también abre oportunidades que tal vez no se repitan nunca.
Pero entiendo además cómo con el paso de las semanas las necesidades reales de las familias se van volviendo más visibles: estamos más estresados y más nerviosos que en los estadios iniciales de la pandemia y se requiere ayuda para amortiguar las tensiones y detectar las pequeñas cosas que podemos hacer para mejorar la situación en casa.
¿Qué dificultades puede generar el confinamiento en mi hijo?, En este contexto pueden aparecer con facilidad las quejas de aburrimiento, aumento de las dificultades para regular las emociones, episodios de enfado (irritabilidad), labilidad emocional (con tendencia al llanto), dificultades para seguir indicaciones y conductas de oposición, aumento de los miedos y dificultades en la alimentación y el sueño.
Recuerda que los niños están en proceso de desarrollo y dependen en mayor grado del entorno para regular sus emociones y sus conductas. Cuando este entorno cambia, como es en el caso del confinamiento, se podrá detectar con mayor probabilidad dificultades en la regulación emocional y conductual.
¿Cómo prevenir las dificultades y actuar ante estas?
1. Mantener la estabilidad en los hábitos básicos, asegurando las necesidades en el sueño y la alimentación.
2. Evitar el uso excesivo de pantallas (televisión, tabletas, móviles…) y ajustarlo a la edad del niño.
3. Organizar un horario con actividades diversas pudiendo intercalar actividades de ocio, autonomía y de colaboración familiar ajustadas a la edad: puede ser útil esteblecer un horario visual donde aparezcan las actividades que realizarán a lo largo del día. Esto les puede motivar, implicar y poder consultar el horario con facilidad sin necesidad de que sea el adulto quien esté indicando en cada momento qué es lo que toca hacer.
– Ejemplos de actividades de ocio: recetas, manualidades, rompecabezas, construcciones, ver o leer cuentos, escuchar música y bailar, juegos de mesa, juego imaginario.
– Ejemplos de actividades de autonomía: higiene personal, vestirse, recoger el cuarto, control de esfínter.
– Ejemplos de actividades de colaboración familiar: poner y quitar la mesa, ayudar a cocinar, poner la ropa en la lavadora, sacar la basura, etc.
4. Mantener el contacto con otros familiares y con amigos. Lo podemos hacer a través de llamadas o de videoconferencia, lo que nos permitirá mitigar la situación de aislamiento social.
5. Permitir que los niños sientan sus emociones. Con el cierre de las escuelas se cancelan las obras de teatro, los conciertos, las actividades deportivas… lo cual decepciona profundamente a los niños. El principal consejo es permitirles sentirse tristes.
Todo esto representa una gran pérdida. Es peor para ellos que para nosotros, porque nosotros lo comparamos con las experiencias que hemos tenido a lo largo de nuestras vidas. Debemos apoyar a nuestros hijos y explicarles que es normal sentirse profundamente tristes y frustrados por las pérdidas que están sufriendo. En caso de duda, lo mejor que podemos hacer es mostrarles empatía y apoyo.
6. Vigilar nuestro propio comportamiento. El confinamiento tiene un efecto claro sobre las emociones de los padres o los adultos que están a cargo de los niños. En este contexto será importante cuidar nuestras reacciones ante los niños en momentos de tensión o de desánimo, evitando episodios de comunicación negativa.