Papás e hijos se adaptan a una nueva realidad, hasta nuevo aviso.
POR VIRIDIANA LEAL
Después de la aparición del Covid, la forma de vida en todo el mundo no será igual. Las clases desde casa son una tendencia que está adaptándose a la nueva realidad: la maestra frente a una pantalla de computadora, los niños con sus iPad y el camión escolar estacionado mientras los alumnos adaptan a sus necesidades alguna habitación del hogar.
Los más pequeños con ayuda de sus padres han tenido que hacer frente a una situación que tomó por sorpresa a todos. No ha sido fácil, pero el tiempo está marcando la pauta y las directrices para hacer de la tecnología la herramienta primordial para responder a los cambios.
SEMANAS DE ESTRÉS
La rutina diaria de Alma Reyes de Castillo cambió totalmente de un día para otro, y no fue fácil acoplarse a las nuevas medidas tomadas debido a la emergencia sanitaria por el Covid.
Modificar su “normalidad” ha sido una ardua tarea para toda la familia por cuestiones laborales, domésticas y los horarios.
Alma es mamá de Iker y Derek que cursan el tercero de primaria y el grado dos de kínder, respectivamente, en el Colegio Mexicano.
Los niños, menciona, a veces pensaban que estaban de vacaciones, por lo que fue necesario establecer tiempos.
Sin embargo, reconoce que el programa tecnológico educativo que ofrece la institución le fue de gran ayuda para adaptarse a las clases en línea.
Explicó que en el nivel primaria el programa les da mucha independencia a los niños.
“Mi hijo trabajaba y tomaba sus clases en línea solo, yo únicamente lo supervisaba o ayudaba en alguna ocasión que él me lo pedía”.
No fue así, dijo, con su hijo que cursa el kínder, pero las maestras a diario le mandaban videos y guías para realizar las actividades sin problema. Además de dedicarles tiempo para repasar y resolver dudas.
“No voy a negar que hubo momentos de estrés, principalmente en las últimas dos semanas; creo que ya estábamos cansados. A mí por momentos se me terminaba la paciencia, pero respiraba profundo y a seguirle”, confesó.
Hasta el momento Alma desconoce saber si continuarán el próximo ciclo escolar las clases en línea.
”Obviamente, en lo que a mí respecta la clase presencial es mejor por la sana convivencia que tienen los niños con sus compañeros y maestros. Por lo pronto seguiremos acatando el #quedateencasa por la salud de todos y para todos”.
CONEXIÓN COMPLICADA
Después de tener un horario establecido para llevar y recoger a los niños de la escuela, de pronto con la noticia de la pandemia las cosas cambiaron radicalmente.
Kenia Villa es mamá de María Fernanda y Daniela, quienes cursan en el Colegio Mexicano el tercero y segundo año de primaria, mientras que Camila está en kínder,
Reconoce que al principio fue difícil, ya que se le complicó conectarse para cumplir con las actividades asignadas.
“Cada una de las niñas tiene un iPad asignado por el mismo colegio en donde reciben las actividades y tareas a realizar. Recuerdo que como los horarios eran por apellido, les tocaba conectarse a las dos de primaria al mismo tiempo. Por las prisas y tantas claves de zoom las conecté mal. ‘¡Mamá, estoy en el grupo de Marifer, y ella está en el mío!’, recuerda que le dijeron.
Fue un proceso al que tuvieron que adaptarse, así que habló con sus hijas para establecer rutinas, horarios y organización en casa.
Al final, reconoció, se adaptaron bien, las maestras fueron pacientes y las niñas cumplieron su objetivo: terminar el curso.
EXTRAÑANDO LA ESCUELA
Cortar con las clases presenciales no fue fácil en un inicio para Karina Barberena, ya que a su hija Lorena que cursa apenas el primer año de primaria en el Colegio Tamaulipas, le encanta ir al colegio, quiere mucho a sus maestros y extraña la convivencia con sus amigos.
Para la niña dejar de asistir a la escuela fue muy triste.
Le preguntaba a diario a su mamá cuándo volverían a las aulas.
“Ya pronto”, le respondía.
Las tareas quería llevarlas en persona, no mandarlas por correo. Poco a poco se fue acostumbrando hasta que llegaron las vacaciones de Semana Santa y de nuevo continuaron con la rutina que ya habían establecido para sus clases en línea.
Explicarle a una niña los motivos de no asistir a la escuela, tampoco era fácil.
Con el tiempo se fue acostumbrando a ver a su maestro frente a una pantalla.
Incluso las madres de familia debían prestar atención a las clases para poder explicarle a sus hijos las tareas, ya que el sistema académico actual es muy diferente al de su época.
“Gracias al apoyo de sus maestros y el colegio pudimos terminar el ciclo escolar sin problemas“, consideró.
De momento se encuentran a la espera de nuevas indicaciones, y Lorena deseosa de poder asistir a clases.
LA CASA ES PARA LA CONVIVENCIA FAMILIAR
Gabriela Moreno de Granados considera que no estaban preparados mentalmente para enfrentar la nueva situación y tuvieron que hacer ajustes en la dinámica familiar.
Ella es mamá de Luis e Isabella Granados Moreno, quienes cursan el primero de secundaria y de primero de primaria, respectivamente, en el colegio Integrity School.
“Se tuvieron que adecuar espacios para hacer tareas, designar horarios y nuevas responsabilidades no solo para los niños, sino para nosotros como padres. Dividir tiempos entre el trabajo fuera de casa y la atención a las autoridades escolares”, explica.
Sin embargo, expresa su satisfacción al haber logrado los objetivos con el esfuerzo conjunto de los maestros y de los niños para el envío de tareas.
“A mi niña más pequeña le fue mas complicado adaptarse a usar las herramientas tecnológicas para completar sus trabajos, y necesitó mayormente mi apoyo y el de mi esposo, sobre todo los primeros días”, señala.
A Gaby no le gustaría continuar las clases con este método, pues para ellos el tiempo en casa es para descansar y estar en familia con actividades recreativas.