En tiempos de pandemia: reinventarse.
Por Alejandra Arellano
Con el cierre de la frontera de Estados Unidos con México para evitar la propagación del coronavirus en marzo de este año, el cruce de turistas mexicanos y residentes de Reynosa hacia McAllen y ciudades aledañas se frenó. Las acostumbradas compras al otro lado para surtir la despensa, o simplemente por la necesidad de adquirir una marca específica de algún artículo o producto dejaron de hacerse. Ya no más los fines de semanas al mall y tampoco a pasear por los diferentes centros comerciales.
Por la pandemia se tomaron medidas drásticas y la vida desde entonces tomó otro rumbo.
Mientras las cifras de desempleados por el cierre de los negocios aumentaba de manera alarmante, por otro lado surgían nuevas formas de trabajar y la tecnología se convertía en el principal enlace de comunicación y difusión.
En tiempos de crisis la creatividad se hacía presente, como es el caso de Daty Mariel Pastor, a quien las circunstancias le permitieron reinventarse y encontrar una forma de ayudar a los demás a la par de tener un ingreso como personal shopper, un “empleo” que además le sirvió de terapia ocupacional, después de haber sufrido un infarto cerebral.
HASTA CUMPLIR ANTOJOS
Hiperactiva por naturaleza, desde que empezó el confinamiento en casa Daty pensaba en la forma de mantenerse activa.
La licenciada en Sistemas Administrativos y servidora pública por 19 años, se ha distinguido por cultivar las relaciones sociales, así que la idea de ofrecer el servicio de compras personalizadas no le resultó difícil.
Sin embargo, tuvo que organizarse y planear toda la logística. Redactar una serie de lineamientos que debían seguir los clientes, así como las estrategias adecuadas para que funcionaran de la mejor manera.
La motivación surgió cuando su hermana que vive en Tampico le pidió que le comprara en McAllen algunas cosas que necesitaba. En el trayecto Daty pensó que sería una buena forma de ayudar a los demás, mientras los puentes para cruzar de Reynosa al otro lado permanecían cerrados a los mexicanos.
En el mes de junio empezó a aterrizar la idea. Le llamó a una amiga para que le hiciera un post con la publicidad y a través de Facebook e Instagram empezó a promocionarse.
La respuesta fue inmediata. Solicitaban su asistencia no solo de Reynosa sino de diferentes partes de la República Mexicana. Le pedían desde comprar su despensa y artículos personales hasta cumplir esos antojos a los que estaban acostumbrados cuando pasaban a Estados Unidos solo por unas bolsas de Doritos, las hamburguesas de Wataburguer o de Chick-fil-A.
A todos ellos les aclaraba que sus pedidos no podían ser mayores a 300 dólares, cantidad de la franquicia autorizada por la aduana, y que las compras se harían en McAllen, Mission o Pharr para llevar a México.
Señala Daty que las tiendas solicitadas principalmente para el shopping son WalMart, Costco y algunas veces HEB.
En cuanto a la forma de comunicarse mencionó que es a través de videollamadas y WhatsApp, para establecer la forma de trabajar, esto es, agendar el día que se realizara el cruce, enviar una lista con la foto de los artículos y productos requeridos así como estar al pendiente del teléfono para cualquier duda, así como la forma de realizar el pago y la paquetería que se usará.
Señaló Daty que algunos clientes hacen sus compras en línea directamente a la tienda y ella solo pasa a recogerlas y las envía.
CONFIANZA ASEGURADA
Explica Daty que inicialmente fue por medio de su familia la promoción de sus servicios, y debido a la respuesta de las personas, ya que en una sola semana logró levantar 20 pedidos, se interesaron otras más con la seguridad de que se trataba de una persona responsable y de confianza.
Actualmente, cuenta con una lista de 60 clientes y solo tiene días disponibles hasta el mes de noviembre.
Trabaja los siete días de la semana y hace dos viajes por día con la intención de poder cumplir con los pedidos de cada cliente, ya que si son foráneos los tiene que enviar por paquetería.
A seis meses del cierre temporal de la frontera a los viajes no esenciales, Daty se convirtió en una personal shopper para todas aquellas personas que no pueden cruzar como acostumbraban para hacer sus compras. Haciendo cuentas el ahorro es mayor y los productos llegan hasta la puerta de su casa.
Pero más aún, la satisfacción de poder servir, y que dos pequeñas de Tampico la llamen “Daty Claus” por haberles hecho llegar sus papas favoritas.