La habilidad de escuchar a los hijos puede aportar a la familia en lo que se refiere a la comunicación y diálogo.
Cuando un niño pide la atención de los padres también requiere que se le vea.
Lo que realmente necesita son los cinco sentidos a su disposición, que se le vea sin desviar la atención, que se le escuche desde la curiosidad, que no se interrumpa su discurso con ningún otro tema, que disfrutemos de ese compartir, ¿no es mucho lo que piden, o sí?
Debemos hacer un alto y pensar en la importancia de escuchar a nuestros hijos. Es cierto que siempre tenemos muchas cosas que hacer, que vivimos todos los días a la carrera, ajetreados y el tiempo es muy valioso para perderlo, pero es que, con los hijos, el tiempo pasa, y pasa solo una vez.
Lo que no hagamos en ese momento presente, es muy probable que no vuelva, y si vuelve ya no será igual.
Ellos lo que realmente quieren es que estemos, que estemos del verbo estar, con nuestra presencia auténtica, que estemos al cien por ciento, recuerda que escuchar implica generosidad porque es pensar en él y no en mí y en mis cosas.
Estos son algunos consejos para que al escucharlo lo hagas de manera plena y desde la generosidad:
- Escucha limpia. Elimina los pensamientos distractores que puedan interferir en la atención sobre lo que tu hijo te está contando en ese momento. Pon en pausa las tareas de la casa, olvida las llamadas pendientes… No es imposible, es cuestión de práctica.
- Emplea un lenguaje adecuado y correcto con tu hijo. Eres su madre o su padre, no eres su colega ni su amigo. Si dejas de ser padre, para convertirte en su amigo, lo dejarás huérfano.
- Escucha para entender, no para responder. Quiere que lo escuches, no que de pronto aproveches la situación y le preguntes si aprendió matemáticas o si tiene tarea.
- Parafrasea después lo que te ha contado, añadiendo emoción. Eso a ellos les encanta, les encanta escuchar su propia historia, su propio cuento, en palabras de sus padres. De este modo también les estamos diciendo que lo hemos entendido, que es importante para nosotros.
- No hagas otra cosa que no sea escuchar. Guarda el celular, las tareas de la casa pueden esperar.
- Agradece lo que te cuenta. Demuestra a tu hijo que te sientes afortunado de escucharle y estar con él o ella.
Espero pongas en práctica la escucha activa con tu hijo, y verás los cambios que solo aparecerán en casa al hacer que ellos se sientan escuchados.