
De las desérticas tierras de Reynosa, Tamaulipas, emerge la talentosa violinista y pedagoga Sabine Olmedo Gaytán, de 25 años de edad.
Nacida el 16 de diciembre de 1997 de la unión entre Rosalía Gaytán Cruz y Leonardo Olmedo Cruz, Sabine encontró su llamado musical a temprana edad, pues a los 12 años fue cuando dio sus primeros pasos en el mundo de la música. Egresada de la Universidad Miguel Alemán como licenciada en Pedagogía, actualmente estudia la licenciatura en Música con especialidad en violín en el Colegio San Juan Siglo XXI con el maestro Alfonso Atkinson, en la ciudad de Matamoros.
AMOR POR LA MÚSICA
Durante su periodo de estudiante, Olmedo cursaba simultáneamente las licenciaturas en Pedagogía y Música con énfasis en violín. La gestión eficiente del tiempo se convirtió en un componente esencial de su vida cotidiana. Con la habilidad de equilibrar las demandas académicas y artísticas, Sabine se esforzaba por administrar sus horarios de manera cuidadosa. Establecer horas específicas para el estudio y la práctica musical con las obligaciones del hogar se volvió crucial para llevar a cabo ambas carreras con éxito. Este enfoque disciplinado reflejó su capacidad para afrontar con determinación los desafíos de una doble licenciatura, dejando claro que la organización y la dedicación son claves para alcanzar sus metas académicas y artísticas.
CARRERA MUSICAL
El sonido de su violín sonó por primera vez en la Orquesta Sinfónica del Nucam Reynosa en 2010, marcando el comienzo de una notable travesía musical, y aunque Olmedo comenta que la flauta transversal llamó primero su atención, por azares del destino terminó aprendiendo violín. Hoy Sabine comparte su experiencia como maestra de violín en la Orquesta Juvenil del Instituto Reynosense para la Cultura y las Artes, guiando a la próxima generación de músicos de la ciudad que la vio crecer.
Sabine no solo ha destacado en el ámbito local, sino que ha colaborado con artistas de renombre del Cuarteto Latinoamericano y Grupo Sintonía. La versatilidad se manifiesta en sus gustos, tocando desde elegante música clásica hasta las alegres melodías de la música ranchera.
Su arte la ha llevado a participar en encuentros y festivales nacionales e internacionales, desde el Seminario Nacional de Cuartetos de Cuerda en Ciudad de México hasta el Festival Internacional por la Paz en Turín, Italia. Su talento también la llevó a tocar en el Auditorio Nacional con la Orquesta Nacional Esperanza Azteca, gracias a Crom Cuarteto de Cuerdas.
Seleccionada en una audición de la Simanof, un octubre del 2014 Sabine representó a México en Turín, Italia, siendo parte del “Concierto por La Paz”.
Su estancia en Italia fue más que un evento musical, fue un intercambio cultural en el que la música actuó como un lenguaje universal, conectando a través de fronteras y generando agradecimiento por la hospitalidad turinesa, pues durante el viaje compañeros locales de aquella ciudad italiana les brindaron hospedaje a ella y a otros artistas foráneos.
Para el viaje Olmedo tuvo que esforzarse mucho, pues para éste realizó distintas actividades de recaudación, como lo son rifas, ventas y demás. Cabe mencionar que también fue apoyada por el Club de Cultura Musical de Reynosa quienes ayudaron a la artista con sus vuelos hasta Italia.
INSPIRACIÓN

La violinista encuentra inspiración en figuras destacadas del mundo musical. Entre ellos: Hilary Hahn, cuyo talento en el violín ha dejado una huella imborrable en la música clásica. La destreza virtuosa de Maxim Vengerov, otro de sus referentes, resuena en el corazón de Sabine, quien comparte el amor por el violín y la dedicación a la excelencia artística. Además, la influencia de Itzhak Perlman, un ícono en el mundo de la música clásica.
Detrás de cada recital y concierto, Sabine dedica tiempo y esfuerzo, ensayando con días e incluso meses de antelación para perfeccionar cada nota. Su trayectoria de 13 años con el violín es un testimonio del compromiso con su carrera musical.
Con más de una década haciendo del violín su más cercano compañero, Sabine comparte sus conocimientos a través de su propia cátedra de este instrumento. Sus métodos personalizados han nutrido a 15 alumnos, y sus recitales semestrales y anuales son testimonio de su compromiso con la excelencia musical y con sus alumnos.
Con más de siete años impartiendo clases en las aulas del Instituto Reynosense para la Cultura y las Artes (IRCA), al recordar sus días como aprendiz en el mismo instituto, Sabine encuentra un hilo que conecta su propio crecimiento musical con el de sus alumnos. Presenciar el progreso y el desarrollo de los jóvenes músicos bajo su guía no solo es una responsabilidad, sino también una fuente constante de satisfacción para ella. Cada acorde bien ejecutado y cada avance en la destreza musical de sus alumnos refuerzan su compromiso, recordándole la importancia de cultivar el amor por la música y guiar a la próxima generación de talentosos artistas en su propia travesía musical.
Con miras al futuro, puestos los ojos en la dirección orquestal, la pedagoga se siente satisfecha de guiar a sus alumnos. Abierta a nuevas oportunidades más allá de Reynosa, esta talentosa violinista sigue enseñando y aprendiendo cada día de sus estudiantes, pues su compromiso con la educación es lo más importante para ella.