¿Por cuantas dificultades pasaste esta semana, este mes o en los últimos años? Me imagino que te viene a la mente todas y cada una de ellas, y la manera en que las afrontaste y solo tú sabes como lo lograste, y eso está muy bien, es sinónimo de tu fortaleza y capacidad para salir avante ante situaciones adversas. Sin embargo, dentro de todo ese proceso que viviste, me imagino hubo algunos días en los que sentiste que no podías más y estuviste a punto de rendirte.
Lo anterior hace referencia a que como seres humanos tenemos esa capacidad de ser resolutivos y resilientes en todo momento, solo que cuando se nos viene “el mundo encima”, la desesperación, y la incertidumbre puede apoderarse de nosotros y eso al final del camino, da miedo. Y es justo el miedo lo que nos paraliza, no nos deja avanzar, crecer y lograr nuestros objetivos; nos detiene como entes volando en el espacio.
La semana pasada, entra a mi consulta una chica muy joven, (28 años), con una hija de 7 años, y viviendo con una pareja por 3 años de relación en promedio, me contaba del maltrato al que era sujeta y lo difícil que le hacía salir de esa situación; no tenía dinero para solventar una renta y todo lo que conlleva la responsabilidad de su hija.
Otro consultante, mencionaba que (después de una decepción amorosa) se sentía inseguro de iniciar una nueva relación con una chica que le “llenaba el ojo”, por no querer sentir nuevamente el dolor de la pérdida y más que evidente, la desconfianza que le dejó la relación anterior debido a una infidelidad.
Otro caso más, el de una señora con hijos ya casados y nieto, ella es divorciada ya hace muchos años, mismos que se dedicó a ver crecer a sus hijos y realizarse en sus vidas profesionales y sentimentales; pasado el tiempo conoce a un hombre que le agradaba y sentía que podía recuperar su vida sentimental y hacerse de un compañero de vida ahora que sus hijos ya estaban casados, pero tenía miedo al rechazo de sus hijos en esta nueva relación…
Y así, me podría pasar poniendo ejemplos de diversos casos en los que EL MIEDO se apodera de nosotros y nos impide avanzar, crecer o iniciar algún proyecto de vida. Hay ocasiones en que no nos damos cuenta de lo capaces y fuertes que podemos ser hasta cuando nos enfrentamos a la situación y ser fuerte es la única opción. Como dicen: “Nunca supe lo fuerte que podía ser, hasta que ser fuerte fue la única opción que tenía”.
No dejes que el miedo te paralice y te impida vivir una vida en plenitud, hay a tu alrededor una cantidad importante de personas que creen en ti, pueden ser tus padres, tus hijos, tus hermanos, amigos, compadres etc. Es cuestión de qué voltees a tu alrededor y veas las personas que te tienen fe y creen en tu grandeza, en la maravillosa persona que eres y los grandes logros que puedes alcanzar, aún y cuando ni tú mism@ lo crees, ellos creen y confían en ti.
No permitas que el miedo detenga tus ganas de vivir, disfrutar, y de ser feliz. Vida solo hay una y el tiempo pasa más rápido de lo que te imaginas. Piensa que por alguna razón te detuviste a leer estas líneas, los mensajes son palabras de Dios que pone en el momento menos esperado o cuando más lo necesitabas.
Con cariño.
Dra. Griselda Reyna.
