
La ciudad es un festín de experiencias, y su gastronomía lo demuestra en cada rincón. Más que saciar el hambre, salir a comer es una forma de compartir historias, emociones y placeres que se quedan en la memoria.

En esta Ruta Gastronómica, visitamos Ñañas Alta Cocina, Mediterrané y Capellini Ristorante. En cada uno, descubrimos que no se trata solo del menú, sino de la atmósfera, la atención y el arte de convertir lo cotidiano en algo especial. Porque a veces, una mesa bien servida basta para hacer de un día cualquiera, un gran recuerdo.

