Se que estas al asecho, pendiente de mis pasos, esperando que me derrumbe o que algo me salga mal, porque tienes la esperanza que corra a buscarte, arrastrando mi dignidad como tantas veces lo hice; soportando tantas humillaciones, malos tratos y todo eso debido a la dependencia emocional que despertaste en mí, sí, me volví dependiente de ti en todos los sentidos, para después de eso, poder manipularme, someterme y llevarme a un túnel sin salida.
Se que estas muy pendiente de cada uno de mis pasos, de mis movimientos, de mis logros, de mis éxitos y tropiezos, porque dentro de ti, desde tu Ego inflamado, no alcanzas a entender como es que aun sigo respirando sin ti; como sigo sobreviviendo a pesar de todas tus estrategias de manipulación, de sometimiento casi imperceptible, disfrazado de protección y cuidado. Pues sí, me di cuenta de que era necesario alejarme de ti para poder vivir, aunque desde adentro de la relación parecía todo lo contrario.
Esa persona insegura y con miedo ya no existe en mí, es más, creo que me había olvidado de lo que era capaz de lograr, he de reconocer que no sé en qué momento me perdí, cuando fue que dejé de creer en mí, en mis capacidades y cualidades.
Afortunadamente no me rompiste, aunque lo intentaste infinidad de veces, gracias a cada golpe físico y emocional que me diste, es que ahora me reconstruí más fuerte, más resiliente; ya no necesito escapar porque ahora por fin, ¡SOY LIBRE! Soy libre de la inseguridad que me producían tus palabras cada vez que me gritabas que sin ti no llegaría muy lejos y ¡mírame, hasta donde he llegado! Por fin logré escapar de ese ciclo de maltrato y violencia viví a tu lado. Ahora vuelo con mis alas abiertas, en plenitud y gracias a eso he podido conocer el inmenso mar de posibilidades que se proyectan frente a mí.
Me di cuenta de la sabiduría, talento, inteligencia, habilidad y de toda la fuerza que nace de mi interior para poder lograr cada uno de mis sueños. ¿Ahora ya no estoy rogando por migajas de afecto, preguntándome que hay de malo en mí? Como tantas veces me lo hiciste creer, culpándome por todo; descubrí que tu mal trato se debía a tus inseguridades, esas que me endosabas y que no has podido resolver.
He sanado, he crecido, he perdonado y ahora merezco mucho mas de o que tu jamás podrías ofrecerme.
Atentamente, tu ex víctima.
