Con una mirada sensible y una trayectoria que ha sabido construirse con pasión, Sadot Sosa ha logrado consolidarse como un artista visual en constante evolución. Desde sus inicios autodidactas en la fotografía analógica hasta ver sus cortometrajes proyectados en festivales nacionales, su camino ha sido tan introspectivo como auténtico. En esta charla, nos comparte su visión del arte, los retos de ser un “hombre orquesta” en el mundo audiovisual y los proyectos que lo mueven hoy.
De la música a la imagen
“Siempre he sido una persona con cierta sensibilidad para lo visual, aunque lo primero que me apasionó fue la música. De hecho, poca gente sabe que me dediqué 15 años a vivir profesionalmente de la música antes de virar a la foto y lo audiovisual.
Aprendí a hacer fotografía de forma autodidacta, con cámara análoga. Recuerdo que me entretenía mucho jugando con el triángulo de exposición, contando los pasos de luz, intentando hacer diferentes efectos… y esa sensación de tener que esperar hasta revelar las fotos para ver si me había salido algo como quería o no, realmente me gustaba.
Ahora que ya estoy más grande, me doy cuenta de que ese tipo de procesos son importantes para mí y formaron parte de mi personalidad. Me gusta no apresurarme, tomarme el tiempo para simplemente contemplar, y dejar que las cosas se asienten por sí solas. Eso también forma parte de mi proceso creativo. Es algo que, por cierto, va en contra de la inmediatez con la que se nos exige vivir hoy. A veces me trae problemas, pero he aprendido a lidiar con eso y a abrazar esa parte de mí. Me gusta ser como soy.”
El primer cortometraje y sus enseñanzas
“Mi primer cortometraje fue Balas & Canicas, un proyecto que realicé con unos compañeros del Centro Alaken, con el cual estuve colaborando un tiempo en su cineclub. Lo grabamos en un día, en un rancho que muy amablemente nos prestó la familia de un amigo.
Al ser el primero, cometí varios errores que me sirvieron de lección. Aun así, el cortometraje apareció en algunos festivales regionales y ganó un par de premios.”
Narrar en imagen fija y en movimiento
“Cada uno tiene su reto y su grado de dificultad. Considero que la diferencia principal es que, en fotografía, se busca obtener una imagen fija que contenga por sí sola toda una historia; mientras que, en el video, la narrativa es secuencial: la suma de varias tomas nos cuenta una historia en conjunto.”
Un estilo propio que abraza el error
“Visualmente, me parece que sí tengo un estilo, pero me es complicado definirlo estéticamente. Me gusta que, al ver alguno de mis proyectos, sientas que estuviste ahí, en primera persona.
Más allá de lo estético, algo que define mi forma de trabajar es que abrazo el error. Realmente me gusta esa sensación de cuando algo no sale como uno pensaba y se activa la creatividad (y el miedo, jajaja). Es ahí cuando sucede la magia, por así decirlo.”
El cortometraje que dejó huella
“He perdido la cuenta de la cantidad de proyectos audiovisuales en los que he trabajado.
La gran mayoría fueron bajo contrato, sobre todo coberturas de eventos sociales, y aunque siempre doy lo mejor de mí, no fue hasta que realicé mi cortometraje Desde el Carretón que realmente sentí un genuino orgullo. Fue algo 100 % mío. Dejé mucho sudor y lágrimas en ese proyecto.
Este corto también se proyectó en distintos festivales nacionales, ganó como Mejor Cortometraje Regional en el Festival VICFILM, y formó parte de la selección oficial de ShortFilm México, en el cual fue proyectado en la Cineteca Nacional. Significó mucho para mí.”
Adaptarse para mantenerse
“La capacidad de adaptación me parece lo más importante. Empecé en el medio de la fotografía y el video allá por 2008. Si volteamos hacia atrás, veremos que el mundo ha cambiado de formas que ni sospechábamos en ese entonces. Me siento bastante contento de seguir aquí, trabajando en proyectos nuevos y viviendo de hacer lo que me gusta. Lo considero un gran privilegio que no doy por sentado. Estoy agradecido por eso.”
El reto de ser “hombre orquesta”
“Yo hago todo: desde la preproducción hasta la postproducción. Me gusta hacer una analogía de lo que hago con los “hombres banda”, esos que se amarran instrumentos al cuerpo y tocan guitarra, armónica, platillos, tambor, silbato… ese soy yo en mis proyectos. Es divertido, pero todo un reto.
Creo que es importante entender que lo más personal se termina transformando en lo más universal. El dolor de una pérdida o la alegría de un abrazo, no importa si eres de Reynosa, Tokio o Nueva York: no requieren mucha explicación. Solo con mostrarlos es suficiente.”
Un consejo desde la experiencia
“Que defina qué quiere obtener de la fotografía o del video. Si quieres dinero, puede ser un muy buen negocio. Y si lo buscas como medio de expresión, como forma de arte, adelante. A mi parecer, ambos caminos son muy nobles.”
Lo que viene: inspiración virreinal y nuevos cortos
“Estoy emocionado con la colaboración que acabo de realizar como fotógrafo con la maestra Maribel Martínez “La Varona”. Tuve la oportunidad de hacer retratos para su proyecto Doncellas Coronadas, que se inspira en un género pictórico del virreinato conocido como Las Monjas Coronadas.
Todo este proceso ha sido bastante divertido y estimulante. Este año estoy más concentrado en mi lado fotográfico, aunque tengo algunos proyectos de cortometraje que me gustaría realizar más adelante.”