En cada historia de vida, hay un momento que marca el rumbo. Para Alejandro Vivas, pianista, maestro y director, ese instante ocurrió en su niñez en Coatzacoalcos, Veracruz, cuando acompañaba a su abuela al coro de la iglesia. Fascinado con el movimiento de los directores, imitaba sus gestos frente al televisor, sin imaginar que aquella curiosidad sería la chispa de una trayectoria dedicada enteramente a la música.
DE LA BATERÍA AL PIANO CLÁSICO
Su primer instrumento fue la batería. “Empecé a los cuatro o cinco años en la iglesia, tocando y después integrándome a diferentes ensambles”, recuerda. Muy pronto la música dejó de ser solo un pasatiempo: a los 16 años ya ofrecía sus primeras clases y a los 19 ingresó a la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, en Tampico. Allí ocurrió otro giro determinante: cambió la batería por el piano clásico, atraído por la fuerza de la música sinfónica. “La primera vez que viví una orquesta fue un clic inmediato, tan fuerte que decidí dejar la batería y dedicarme al piano”, comparte. Ese encuentro con la música orquestal abrió nuevas posibilidades, despertando en él un interés profundo por la música académica y sentando las bases de la formación que luego transmitiría a sus propios alumnos. La transición marcó no solo un cambio de instrumento, sino el inicio de una pasión que transformaría su vida y su manera de entender la música.
FORMACIÓN Y RECONOCIMIENTOS
Bajo la guía de maestros como Norma Barrientos Villanueva, Roberto Barrientos y Juan José Maldonado, Alejandro consolidó su formación tanto en piano como en dirección orquestal. Su carrera lo llevó a Puebla, Matamoros y a escenarios nacionales donde colaboró con agrupaciones como Sotto Voche y Advitu, participando en concursos y puestas en escena en Veracruz, San Luis Potosí, Ciudad de México y Tamaulipas. En 2013 obtuvo un primer lugar en un concurso estatal de piano en Matamoros, reconocimiento que confirmó la solidez de su camino.
LA ENSEÑANZA COMO VOCACIÓN
Más allá del escenario, Alejandro encontró en la enseñanza una vocación paralela. Fue maestro en el Instituto Reynosense para la Cultura y las Artes, y poco después comenzó a consolidar un proyecto personal que hoy se ha convertido en un referente: Vivas Music Academy. “Siempre he dado clases particulares, pero en 2022 formalizamos la academia. Nuestro objetivo es que los alumnos no solo aprendan un instrumento, sino que comprendan la importancia del ensamble, del trabajo en equipo y de escuchar al otro. La música es eso: unidad”, afirma. Desde sus primeros días, la academia se propuso formar músicos completos, donde cada estudiante aprende a colaborar, a sincronizarse con otros instrumentos y a desarrollar una disciplina constante. Alejandro explica que el valor de la música no solo está en la ejecución individual, sino en la capacidad de integrarse y crecer dentro de un grupo, cultivando habilidades que trascienden el aula y se reflejan en la vida cotidiana.
VIVAS MUSIC UNIVERSITY
Con un equipo de más de una docena de maestros en Reynosa y la colaboración de especialistas de otras partes del país, la academia ha crecido rápidamente. En 2025 dio un paso histórico con la apertura de Vivas Music University, ofreciendo por primera vez en la región una Licenciatura en Música y una Licenciatura en Producción Musical. “Queremos que los jóvenes de Reynosa no tengan que irse lejos para cumplir su sueño. Sabemos lo que significa ser foráneo, con todas las dificultades que eso implica. Hoy queremos facilitar ese camino y poner a Reynosa en el mapa como un lugar que exporta músicos al país y al mundo”, sostiene Alejandro.
OBSTÁCULOS Y PERSEVERANCIA
El proyecto no ha estado exento de obstáculos. Hubo intentos fallidos, locales rentados y cerrados, incluso la pausa obligada de la pandemia. Sin embargo, la perseverancia dio frutos. “Vivas Music es un sueño compartido con mis hermanos. Hemos sacrificado mucho, pero también hemos aprendido que nada se construye solo. Ahora contamos con un equipo que respalda y hace posible esta visión”, señala con convicción.
UNA FAMILIA UNIDA POR LA MÚSICA
Con 34 años, Alejandro es el mayor de tres hermanos, todos dedicados a la música. “La música llegó a nosotros a través de la iglesia y abrió puertas para que también mis hermanos vivieran este camino. Hoy compartimos la responsabilidad de formar a nuevas generaciones”, explica. Esa herencia familiar se ha transformado en un proyecto colectivo que combina tradición, disciplina y visión de futuro.
MÁS ALLA DE LA TÉCNICA
Más que formar intérpretes, Alejandro busca sembrar valores en sus alumnos. “La música nos transforma en mejores personas. Nos enseña a escucharnos internamente y a escuchar a los demás. No se trata solo de tocar un instrumento, sino de comprender que la vida también es un trabajo en equipo”, reflexiona.
UN FUTURO EN CONSTRUCCIÓN
Hoy, Vivas Music University avanza en el proceso para obtener su reconocimiento oficial, con planes de consolidarse como una de las primeras instituciones en ofrecer licenciaturas musicales en la región. La propuesta combina clases presenciales con un modelo mixto que conecta a los estudiantes con maestros de prestigio en distintas partes del país, aprovechando herramientas digitales.
Al final, lo que mueve a Alejandro es una convicción sencilla pero poderosa: la música como herramienta de transformación personal y social. “Reynosa está llena de talento. Queremos darle a los jóvenes las herramientas para crecer, para que la música no solo los llene de pasión, sino que los impulse a compartirla y a ser mejores cada día”.
Con esa visión, Alejandro Vivas no solo escribe su propia historia, sino que también abre un capítulo nuevo en la vida cultural de Reynosa.