
La Semana de la Moda de París, nos muestran una gama de colores que evocan la calma de los atardeceres dorados en el cambio de estación.
El otoño tiene una forma especial de llegar. Mientras las calles se cubren de hojas secas, surge una calma y un cambio de luz que convierte cada rincón de la ciudad en una paleta cálida de tonos dorados y rojizos.

Este año, la moda en París parece abrazar esa transición. Los diseñadores, como si estuvieran inspirados por los atardeceres más intensos del otoño, se han inclinado por tonos que van desde el burdeos profundo hasta los naranjas cálidos y los verdes oliva. Al igual que los árboles que dejan caer sus hojas, la moda se viste de capas, texturas suaves y tejidos envolventes que invitan a sumergirse en el otoño con una mirada relajada pero sofisticada.

Las pasarelas parisinas, con su inconfundible estilo, nos recuerdan que la moda también tiene sus ciclos. Esta temporada, los colores terrosos no solo dominan las colecciones, sino que se convierten en una especie de refugio estético.

Saint-Laurent
No es solo la ropa la que habla de este cambio de estación. El propio paisaje urbano, con sus colores cambiantes y sus atardeceres dorados, nos invita a mirar más despacio en un mundo que siempre corre.

El otoño es un recordatorio de que, a veces, lo mejor es detenerse a contemplar lo que nos rodea. La Semana de la Moda de París, en su elegancia discreta, refleja todo lo que esta estación nos quiere decir: que en el cambio y en la transición también hay belleza. Y que, con un poco de atención, podemos encontrar la misma serenidad en una prenda de abrigo que en una hoja que cae.


