Al terminar el ciclo escolar los campamentos se convierten en el refugio de los niños antes de regresar a clases.
Gozando de las vacaciones, alumnos de diferentes colegios y clubes deportivos se divierten en los campamentos de la ciudad donde realizan diferentes actividades.
Así como demuestran su afición al futbol, el tenis o la natación, destacan por su destreza en el ajedrez o los rompecabezas.También disfrutan aprendiendo a cocinar o corren por el jardín pintándose de colores unos a otros, mientras sus risas se escuchan por todos lados.
Durante varias semanas aprovechan los días fuera de la escuela para jugar sin pensar en las tareas.
Sin embargo, los campamentos cumplen con la función de fomentar las relaciones personales, y que los participantes estén en contacto con su entorno creando las condiciones necesarias para incentivar y motivar en los niños, niñas y jóvenes una actitud positiva mediante el deporte, juego, recreación, expresión corporal y plásticas.
Asimismo, adaptar el sentimiento participativo sin olvidar nunca el aspecto lúdico que todo campamento tradicional debe poseer.
Esto es, que un juego para ser reconocido como tal deberá observar varias características: ofrecer libertad para realizarlo y provocar placer, ser innato, organizar las acciones que lo contienen de manera específica y propia, permitir aumentar el conocimiento de una realidad, ayudar a plantarse más firmemente en la vida, favorecer el proceso de socialización, presentar reglas, ser integrador, rehabilitador y alejar la posibilidad de la desi-gualdad.
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