Inicialmente conocida como la
calavera garbancera, “La Catrina”, como símbolo popular de la muerte y de la cultura mexicana, fue creada por José Guadalupe Posada y bautizada como tal por el muralista Diego Rivera, quien además le dio a su atuendo característico una estola de plumas y le añadió nuevos atributos: ropa, porte y elegancia
La historia de “La Catrina” surge en los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz y fue en esta época que se popularizaron los textos escritos por la clase media que criticaban tanto a la situación del país como de las clases privilegiadas.
Los escritos, redactados de manera burlona y acompañados de dibujos de cráneos y esqueletos se empezaron a reproducir en los periódicos llamados de combate.
Guadalupe Posada, el célebre grabador que en sus críticas sociales evidenciaba situaciones de desigualdad e injusticia en el país y en la sociedad porfiriana, fue reconocido por sus dibujos de “calacas” o calaveras, en donde se ilustraban corridos, historias de
crímenes, políticos, damas, toreros…
La calavera garbancera representa al pueblo, a su carácter desenfadado y festivo, y a la situación de la época, aunque hoy se les asocie más al Día de Muertos. El garbancero era aquel que a pesar de tener sangre indígena pretendía ser europeo y renegar a su propia casta; acción que el ilustrador condenaba. Por ello, su calavera con sombrero, sin nada más, representa al garbancero: al que pretende aparentar lo que no es.
CATRINAS Y CALAVERAS
Acompañadas de las Catrinas estuvieron las famosas ‘calaveras’, composiciones en verso tradicionalmente mexicanas que en vísperas del Día de Muertos se suelen escribir para hacer burla tanto a los vivos como a los difuntos, y recordar que todos nos vamos a morir.
Con el tiempo, “La Catrina” es parte de los usos y costumbres de la cultura mexicana y su posición frente a la muerte; un símbolo de riqueza cultural y espiritual del país.
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