En “Visual challenges” se pintó sin ver y se prohibió no tocar las pinturas realizadas a favor de The National
Federation of the Blind.
Aunque pareciera extraño, en esta exposición la luz era lo que menos importaba; se trataba de vivir la experiencia a oscuras para entender a las personas con debilidad visual y, de esta forma, ayudarlas y proveerlas de las herramientas necesarias para hacerles más fácil su existencia.
Diez invidentes y nueve artistas con los ojos vendados se dieron a la tarea de realizar un total de 19 pinturas que fueron presentadas en “Visual challenges” y subastadas ese mismo día en apoyo de The National Federation of the Blind.
En “Altum”, la sede anfitriona, se realizó el evento organizado por Benilde González y su equipo de “The Artist Factory”, el 21 de octubre a las 17:30 horas.
Los invitados al llegar al lugar hacían un pequeño recorrido a ciegas para apreciar las obras instaladas en un cuarto
oscuro. En esta ocasión no fueron los ojos sino las manos las que se usaron para interpretar los trabajos. Esta vez se prohibió no tocar.
La intención era comprender lo que los ojos significan para las personas con ceguera y su manera de vivir diaria.
SUBASTA SILENCIOSA
La puja de las pinturas inició desde los 25 dólares, las cuales tenían un costo de entre 400 y 800 dólares, pero se subastaron a un precio accesible para tener más posibilidades de venderlas.
Al final del evento todas fueron adquiridas y el ciento por ciento de lo recaudado fue destinado a The National Federation of the Blind.
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