Al asumir la rectoría de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Rogelio Garza Rivera trabajará para convertirla en una institución de clase mundial, como parte de la “Visión 2020”.
Habla golpeado, directo y con franqueza. Tal y como se acostumbra en su natal Reynosa.
Le gusta hacer bromas y también reír, en especial cuando se le pregunta por su ciudad de origen, de la cual guarda los mejores recuerdos.
Así es Rogelio Garza Rivera, quien recientemente asumió la rectoría de la más importante institución de educación superior pública del norte de México: la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
No le gusta el mote de “reynosense destacado”, prefiere que le llamen simple y sencillamente reynosense. Y es que si algo le dibuja una sonrisa en su rostro, es hablar de su infancia a orillas del canal Anzaldúas.
A pesar de estar en “el mejor momento de su etapa profesional”, como lo indicó durante la ceremonia de toma de protesta el 27 de octubre, las memorias de su infancia están tatuadas en lo más profundo de su ser.
Los logros de Garza Rivera se deben en parte gracias a la formación que recibió en la escuela secundaria técnica federal “José de Escandón”, en donde no sólo cultivó su sueño de convertirse en ingeniero, sino también a sus mejores amigos.
Esa secundaria lo transformó y desde ahí supo que quería ser ingeniero, pues era una escuela modelo para su tiempo.
“Los profesores siempre me impactaron. Eran muy formales, muy bien vestidos y con una calidad educativa muy buena. Mis días de la secundaria los recuerdo con mucho cariño porque los amigos que tengo hoy por hoy son de esa secundaria”, expresó emocionado el ahora rector de la UANL.
El residente de la colonia Longoria practicó basquetbol y atletismo en la secundaria ubicada sobre el bulevar Las Fuentes, institución a la que representó en torneos
regionales.
Pero no sólo gustaba de los deportes, también tenía afición por la música y se incorporó a la banda de guerra, en donde tocaba el tambor.
Entre las actividades extra curriculares y las clases diarias, el egresado de FIME conoció a los que hoy llama amigos y con quienes se reúne con frecuencia.
Como muchos alumnos de la UANL, Rogelio Garza Rivera abandonó su tierra para estudiar en Monterrey, donde actualmente radica.
La tecnología es otra herramienta muy importante a favor del rector, pues le ayuda a no perder contacto con su madre, sus hermanos, sus amigos y compañeros de antaño.
Alejados de sus hogares y familia, los foráneos tienen las mismas oportunidades que los locales en la universidad.
Y eso bien lo sabe el recién nombrado rector, quien al ser aceptado en la Máxima Casa de Estudios recuerda que vivió otro gran reto: visitar a su familia a pesar de la adversidad económica.
Garza Rivera menciona que para viajar a Reynosa aprovechaba los “rides” de compañeros, por lo que conoce de primera mano las carencias de los universitarios, una de ellas, la del transporte.
De acuerdo al rector, la UANL alberga a cerca de 180 mil estudiantes, de los cuales, un porcentaje importante de foráneos y locales corresponde a estudiantes de bajos recursos.
Al conocer las necesidades y carencias de los estudiantes, el también catedrático ya plantea implementar un programa llamado “Tigres en Movimiento”, que garantizará el traslado de alumnos de escasos recursos a la universidad.
“Ya estoy hablando con la fundación de la universidad para que me ayuden a implementar el programa, con el que podremos detectar a los jóvenes estudiantes que, independientemente de la beca que tengan de cuotas (internas y de rectoría), les podamos ayudar a que lleguen a la universidad porque no tienen ni para moverse”, dijo Garza Rivera.
El ingeniero es el mayor de siete hermanos y jugó el papel de padre cuando su madre enviudó.
Ante el fatal incidente que les arrebató al pilar paterno, la familia
Garza Rivera se unió más que nunca. Es por ello que cuando el mayor de los hijos asumió el cargo como rector de la Máxima Casa de Estudios del vecino Estado de Nuevo León, la felicitación se hizo extensiva a cada uno de los familiares.
El ahora rector recuerda que su madre lo acompañó orgullosa a la toma de protesta en el Teatro Universitario de la UANL, en donde consagró uno de sus más grandes anhelos como profesionista.
“Ver el esfuerzo de mi madre de poder sacar adelante a su familia y yo tener la suerte de ser el mayor, en su momento me hizo tener muchos ángeles en el camino. Primero que me apoyaran a llegar aquí a Monterrey y luego que me ayudaran con becas y alimentos. Gracias a mucha gente que me ayudó en el camino, pude sacar adelante mi carrera ”, dijo el rector.
Agradecido como pocos, Garza Rivera asegura que no llegó solo a la cabeza de la UANL y agradece cada palabra de aliento y consejo de los maestros que veían en él un futuro prometedor.
“Soy muy agradecido y no me canso de ver a muchos profesores, tanto de mi carrera como de secundaria y preparatoria, a los que les agradezco siempre todos sus buenos consejos y su sabiduría que me marcó”, expresó el reynosense.
En su primer discurso como rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Garza Rivera habló sobre su vida en la frontera, su llegada a Monterrey y la cristalización de sus sueños como un mensaje motivador por los estudiantes de la UANL, pues desea que los universitarios se identifiquen con su historia de esfuerzo y que vean en su imagen un apoyo más para alcanzar sus metas.
“Después de la toma de protesta, a la hora de mi mensaje hablé un poquito de mi vida en un párrafo, pero lo hice con el propósito de que habemos muchos jóvenes con inquietudes, con sueños y con anhelos y que la universidad los transformó y nosotros como personas transformamos nuestro entorno”, dijo.
Esa es la tarea que el rector quiere hacer. Quiere ser un rector de, por y para los estudiantes, pues él lo vivió.
“Hay que estar muy cerca de los muchachos y apoyarlos en lo que sea”, puntualizó Garza Rivera.
En su memoria… la “José de Escandón”
Durante la ceremonia de toma de protesta el 27 de octubre, las memorias de su infancia están grabadas en lo más profundo de su ser, a pesar de estar en “el mejor momento de su etapa profesional”.
Los logros de Garza Rivera se deben, principalmente, a la formación que recibió en la escuela secundaria técnica federal “José de Escandón”, en donde no sólo cultivó su sueño de convertirse en ingeniero, sino también a sus mejores amigos.
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