Desde muy pequeño, Alan Alexandre Arjona ha vivido en un mundo donde ayudar a quien lo necesita, es una de sus mayores satisfacciones.
Todo comenzó en 1991 cuando su papá, Oscar Alexandre, fue diputado de Reynosa.
Alan, con apenas cinco años de edad, en los recorridos al lado de su padre visitó colonias populares, convivió con niños de su misma edad y conoció la manera en la que vivían.
Así eran los días de aquel pequeño que se emocionaba y disfrutaba esas actividades durante las horas de trabajo.
Su vida familiar también fue muy divertida. Con su hermano Oscar, dos años mayor que él, tenía una buena compañía, pues ambos convivieron mucho gracias a la poca diferencia de edad. Estudiaron en la misma escuela, tenían amigos en común y se llevaron muy bien. Su relación regularmente ha sido cordial y muy juguetona.
A su papá siempre le interesó la política y el hecho de que estuviera con él, le despertó el deseo de seguir sus pasos.
Para Alan acudir a los recorridos se convirtió en su pasatiempo favorito. Veía cómo vivían las personas en las zonas más desprotegidas de la ciudad, cuáles eran sus necesidades y pensaba cómo podía ayudarles.
Juntos, padre e hijo, se topaban con situaciones difíciles a las que no estaban acostumbrados y querían solucionar. Nada le daba más gusto que ver cómo se las arreglaban para brindar apoyo y cambiar la calidad de vida de las personas buscando su bienestar.
CONOCIENDO
OTRAS CULTURAS
En la etapa de su adolescencia, Alan empezó a viajar más y disfrutaba de la compañía de sus amigos, con los que pasaba ratos muy agradables.
Después de terminar la preparatoria, se fue un semestre de intercambio a Dublín, Irlanda, dejando de momento a su natal Reynosa.
“Este viaje lo realicé con la finalidad de estudiar inglés, prepararme y reforzar mis conocimientos; fue una experiencia muy padre. El estar lejos de mi país y de mi familia me hizo ver la vida de otra manera, valorarlos y extrañarlos mucho”, dijo.
Durante ese tiempo fuera de México, Alan aprovechó para conocer acerca de la cultura, historia y las tradiciones de aquel país. Aprendió de otras personas con las que se relacionó, quienes le hicieron ver la vida de una manera diferente a lo que estaba acostumbrado. Conforme pasó su experiencia, resultaba más enriquecedora.
SU VIDA DE ESTUDIANTE
Al término de su viaje se fue directamente a Monterrey, pero ya con una nueva mentalidad de hacer mejor las cosas y salir adelante.
Estudió Arquitectura en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y al mismo tiempo trabajaba en algunas constructoras de la ciudad con la finalidad de adquirir experiencia y conocer más sobre su carrera.
Tuvo oportunidad de participar en dos mesas directivas de la institución educativa como presidente: la del grupo de jóvenes de Reynosa y de Tamaulipas.
Eso le ayudó en gran manera, pues conoció personas y siempre veía la manera de involucrarse en eventos que beneficiaran a Reynosa y al Estado, por lo que hacía el servicio social en la ciudad que lo vio nacer.
Cuando fue presidente de la segunda mesa directiva, se unió al Sistema DIF Tamaulipas, donde gestionó la construcción de casas en Ciudad Victoria para personas que no tenían la manera de adquirir una propia, ya que una de las metas era hacer un bien a la comunidad y qué mejor hacerlo para su propia gente.
DE VUELTA A REYNOSA
Después de graduarse regresó a Reynosa, donde trabajó en una constructora y recibió invitaciones de varias organizaciones del partido. Al mismo tiempo se desempeñó en el área administrativa del hospital del Issste.
En ese tiempo inició la campaña del alcalde, Pepe Elías, quien le dio la oportunidad de pertenecer a su planilla como regidor, puesto que desempeña y que considera honroso, pues la ciudadanía le dio el privilegio de ocuparlo.
Uno de sus deseos es que los jóvenes están preparados para cualquier puesto importante, pues lo único que necesitan es la oportunidad de demostrarlo.
Su proyecto es seguir haciendo las cosas bien, llevar a cabo sus metas y que esta ciudad salga adelante.
SU FAMILIA
En junio del 2010, Alan se unió en matrimonio con Grecia Garza, con quien procreó dos hijos: Alan, de cinco años de edad y Eugenia, de uno. Próximamente serán padres nuevamente de una niña.
“Conozco a Grecia desde que éramos niños, pues nuestros papás tienen una amistad de toda la vida. En 2010 nos casamos, desde entonces ha sido una gran compañera, esposa y apoyo para mí. Pero lo que más admiro de ella es que es una excelente madre”, consideró.
Para Alan la familia es lo más importante, ya que es la base de la sociedad. El tener una buena relación con sus padres, su esposa y sus hijos, hace que todo en su vida esté balanceado.
Procura pasar el mayor tiempo con ellos, compartir sus alegrías y celebrar sus logros.
El consejo que les da a sus hijos es: “Que hagan las cosas con el corazón. Espero que el ejemplo que les estamos dando su mamá y yo sea el mejor y que en un futuro hagan lo que deseen honestamente para que busquen su felicidad”, dijo.
PROYECTOS A FUTURO
A sus 29 años de edad, Alan está consciente de que el trabajo es el que hablará por él y le abrirá las puertas en su camino.
Le gustaría continuar en la política y prepararse más para demostrar su capacidad.
“Desde chiquito supe lo que quería: estar en la política. Lo veía en el ejemplo de mi padre y creo que poco a poco voy logrando mis planes como los quería”, comentó.
Alan siempre se ha identificado con la frase de John F. Kennedy: “No te preguntes qué es lo que puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país”.
“Muchas veces las personas culpan a otras y no nos damos cuenta de que nosotros también debemos poner nuestro ‘granito de arena’ si queremos cambiar la situación de nuestro país”, añadió.
Alan está consciente de que en el servicio público hay que trabajar mucho y que con el tiempo se dan los resultados.
Por lo pronto seguirá dando lo mejor de sí en su trabajo para que vean en él a un joven capaz.“Ya en un futuro consideraré qué es lo que sigue”, concluyó.
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