POR JOSÉ LUIS MONTEMAYOR/ALEJANDRA ARELLANO
Una de las personas del grupo hace un comentario que para los demás puede resultar ofensivo, provoca su enojo y empieza la discusión. Entre dimes y diretes se envían y regresan los mensajes que, muchas de las veces, terminan en agresivas confrontaciones.
Los grupos de WhatsApp tienen sus ventajas al permitir una estrecha comunicación con familiares, compañeros de trabajo o amigos de la infancia, sin embargo, la interacción entre varios de ellos puede terminar con malentendidos y distanciamientos, cuando se contesta en forma arrebatada. Los pleitos se han vuelto “el pan de cada día”.
Lo que en un principio podría ser una ventaja en cuanto al aumento de la comunicación con los demás, puede acabar convirtiéndose en una “jaula virtual” impidiendo a la persona desarrollar sus habilidades sociales en un contexto real, de persona a persona.
María Eugenia Castillo Torres, especialista en redes sociales, explicó que los problemas ocurren por la convivencia cotidiana y los desacuerdos entre los integrantes.
En los grupos de WhatsApp por lo general hay un líder, quien se llama administrador, en ocasiones muestra un afán de protagonismo, que puede gustar o disgustar a sus miembros.
“Cuando alguien hace un comentario no tenemos el esquema mental, no puedes saber si se dijo algo con una voz modulada, con gritos, o si está susurrando una palabra; lo que acude a la mente es el recuerdo de esa persona”, dijo quien es directora de profesional de Tec Milenio.
Esto significa que si el compañero (a) fue popular porque practicaba bullying a los compañeros, se le seguirá relacionando con esa conducta.
“Se enoja porque le dicen algo en broma, se sale de inmediato del grupo, pero la administradora la vuelve a meter, después regresa y pide perdón, pero las personas no cambiamos, esa es la desventaja del WhatsApp”, indicó la doctora en nuevas tendencias empresariales por la Universidad de Burgos.
Si la comunicación fuera cara a cara, el problema simplemente se expresa o bien se decide guardar silencio. Si agregamos que es de forma textual y no se puede borrar lo publicado, entonces una reacción común del ofendido es abandonar el grupo.
Según la personalidad de los integrantes, algunos se dejarán influir o sentirán agredidos por lo publicado, ya sea un comentario, fotografía, audio o video chusco.
“Lo que ocurre es que las personas con el tiempo no cambian y al estar en un grupo de ex compañeros de secundaria o preparatoria, nos vamos a topar con cierto tipo de personalidades, lo que orilla en consecuencia a rechazar lo que se publica”, comentó.
MÁS DE UN GRUPO
En la actualidad hay quienes tienen hasta 20 grupos, lo que complica ver la cantidad de mensajes, quitan mucho tiempo y se dejan de responder.
“Yo tengo muchos grupos de trabajo, de amigos, de maestros, colaboradores, tal vez tenga 30, tenemos que estar al pendiente porque se trata de una comunicación efectiva e inmediata, es más rápida que un Email, claro que si se busca una comunicación formal te tendrán que mandar un correo o llamar por teléfono”, detalló.
RED PARA ‘VIEJITOS’
Aunque pudiera pensarse que el WhatsApp desplazó a Facebook, lo cierto es que son diferentes usuarios.
En los grupos de mujeres el primero tiene mucho éxito, de edades de 30 años para arriba, pero no para los jóvenes de ahora y los millennials.
“Si me preguntan quién lo ve más, somos los adultos, los jóvenes usan Snapshat, Instagram y otras redes sociales que nosotros no empleamos. Ellos dicen que es una red para personas de la tercera edad, que nosotros invadimos, para ellos debe ser algo instantáneo y dinámico, mandan videos cortitos que no dejan rastro y se borran al día siguiente”, explicó.
Snapchat tiene la ventaja que no crea un historial, lo que ayuda a que no se puedan jaquear las fotografías como ocurre con Facebook.
WhatsApp tiene herramientas que no todos conocen, pero que hay que dedicarles tiempo para saber emplearlas y estar en un medio seguro.
UN MENSAJE A TIEMPO
Sobre los beneficios y peligros de las redes sociales, platicó el caso de una madre de familia que descubrió el nombre de una joven que causó la muerte de su hijo, gracias a que recuperó el celular pudo mostrar los mensajes.
“Una chica acosó a su novio con cientos de mensajes, con tal de que se suicidara. La semana pasada fue sentenciada por inducir a un asesinato”, indicó.
De ahí la importancia de considerar la influencia positiva o negativa de los mensajes que se reciben y estar al pendiente de estos.
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