Aun cuando tuvo que hacerse cargo de su familia y trabajar, después de que su padre los abandonara, Roberto Ruiz Beatriz tomó la decisión de abrirse nuevos horizontes y crecer profesionalmente. Reynosa le abrió las puertas y las aprovechó hasta llegar a cursar una maestría en ciencia y tecnología de los alimentos, participar en conferencias, impartir talleres y establecer su propio negocio.
Fotos: Viridiana Leal
Con la ilusión de salir adelante y apenas con el dinero necesario para subsistir, llegó en el 2005 a Reynosa Roberto Ruiz Beatriz, invitado por un familiar que le aseguró que en esta ciudad había más posibilidades de crecer que en su natal Poza Rica, Veracruz.
No fue fácil, pues hacer su vida a un lado para luchar por sus sueños sonaba mejor en la teoría que en la práctica.
Después de mucho pensarlo decidió dejar inconclusa su carrera de contador público y su trabajo como instructor de artes marciales en el IMSS. ¿Valdría la pena? ¿Reynosa sería el mejor lugar para establecer una escuela de artes marciales?, se preguntaba.
Como maestro de esta disciplina tenía algunos ahorros, así que se despidió de su familia y viajó en busca de una nueva oportunidad.
Al llegar a esta región fronteriza se percató que los costos para vivir son más altos y repercutían en la posibilidad de tener su propia escuela, así que tuvo que buscar un empleo y lo encontró en una maquiladora como operador.
Ahí se hizo de un grupo de amigos a los que les interesaba aprender sobre artes marciales y los reunió para que al terminar la jornada laboral pudieran practicar.
Uno de ellos le comentó sobre los ejercicios con pesas, por lo que le surgió la inquietud de conocer más sobre el tema. Lo acompañó al gimnasio al que regularmente acudía y le presentaron al dueño, quien le ofreció ser parte de sus instructores en la clase de HEC-PAI KUNG-FU donde era cinta negra.
Como maestro tenía la ventaja de cursar talleres de alimentación impartidos por la Federación de Fisicoculturismo.
Así que dejó su anterior empleo para dedicarse de lleno a este nuevo trabajo que le apasiona y al mismo tiempo le generaba mayores ingresos.
Roberto reconoció que un deportista requiere una nutrición diferente a la de una persona común al consumir más energía por la actividad física que hacía.
Esto le llamó mucho la atención por lo que se adentró más en el tema y decide estudiar una carrera, para seguir con su crecimiento a nivel profesional y formalizar sus conocimientos.
Su interés era ser maestro de educación física pero en Reynosa no se impartía, así que su segunda opción fue elegir la carrera de nutrición y se inscribió en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde gracias a su dedicación, esfuerzo y buenas calificaciones se hizo acreedor a una beca que se le entrega a aquellos estudiantes de escasos recursos económicos. Sin duda fue un aliciente pero no le alcanzaba para costear sus estudios. Simultáneamente continuó trabajando.
Al finalizar sus cuatro años de estudio en la universidad pensaba continuar como entrenador, pero recibió una interesante propuesta por parte de esta institución, ya que tenía la posibilidad de conseguir otra beca para hacer una maestría.
Realizó el trámite para una beca con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y le fue otorgada con el único requisito de permanecer ocho horas en la universidad, divididas entre clases y apoyo a esta casa de estudios, como parte de su formación académica.
Así que inició la maestría en ciencia y tecnología de los alimentos además de desempeñarse como auxiliar de maestro hasta que recibió su cédula y título de master.
Al ser uno de los alumnos mas disciplinados y destacados recibió el cargo de catedrático y desde entonces forma parte del cuerpo docente en la clase de nutrición de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
ARTES MARCIALES
Desde pequeño Roberto se sintió atraído por las artes marciales inspirado por las películas de este género que veía cuando era niño, pero no fue hasta los 17 años cuando tuvo la oportunidad de practicarlo como estudiante.
Su infancia transcurría de cierta manera tranquila, pero siendo un adolescente, a los 15 de edad, su padre, un pintor automotriz, los abandona, quedándose él y sus hermanos menores al cuidado de su mamá, una ama de casa dedicada a su familia.
Al ser el mayor la responsabilidad recae sobre él, quien junto con sus hermanos salen en busca de trabajo. Consiguieron empleos sencillos que les daban para sobrevivir y continuar sus estudios.
Con su propios medios para subsistir supo que el IMSS contaba con clases de artes marciales y decidió inscribirse, lo cual le sirvió como refugio para distraerse de la situación emocional que atravesaba.
Ahí conoció al maestro Héctor Escudero Castro quien le vio posibilidades en esta disciplina; tenía las ganas de aprender y no dudó en aprovechar el tiempo.
Su constancia le abrió la posibilidad de fungir como auxiliar de este maestro en las clases.
Pasaron tres años de practicar HEC-PAI KUNG-FU para que pudiera obtener la cinta negra y es entonces cuando su mentor se retira, dejándolo a él a cargo del grupo.
Esto lo motiva a hacer conciencia sobre la importancia del ejercicio, de los beneficios que tiene en la prevención de enfermedades.
Con el tiempo aprendió otras técnicas como jiu-jitsu, jet une do, modern arnés, FCS, muay thai, savate, grappling y eskrima Filpino, interesado en conocer cada día más.
OTRA META
Con una maestría y un trabajo de docente, Roberto pensó crecer más profesionalmente y tomó la decisión de abrir un consultorio nutricional donde se asoció con una pediatra y un cirujano dentista para rentar un consultorio. Debido a que sólo acudía unas horas y no le redituaba optó por no continuar en esto.
Su decisión le abrió otros caminos y el dueño de un gimnasio donde trabajaba le traspasó el lugar al que llamó K.O Total Fitness. Por fin pudo materializar ese sueño que lo trajo a esta ciudad: dar entrenamiento.
Con mucha ilusión acondicionó su oficina como consultorio, ya que además brinda a sus clientes asesoría nutricional.
“Yo me enfoco al deporte, soy entrenador personal certificado por la Universidad del Deporte y la Federación de Fisicoconstructivismo. En mi gimnasio ofrecemos lo que es boxeo recreativo en un ambiente familiar”, comentó.
Actualmente combina la docencia con su más grande pasión. Brinda consultas privadas previa cita con la firme idea de compartir sus conocimientos y crear en las personas nuevos hábitos en su alimentación diaria.
Hace un mes tomó una certificación por parte del Instituto de Nutrición Aplicado al Deporte (INAD) en Guadalajara, Jalisco, y es candidato a una certificación internacional de Kineantropometria ISAK nivel 1, una especialidad que mide la estructura corporal de una persona.
Su objetivo es ofrecer a la gente un buen servicio.
“Nos estamos capacitando cada vez más para ofrecer un servicio profesional y enfocarnos a diversas patologías”, informó el maestro de la carrera de licenciado en nutrición y ciencias de los alimentos de la UAT-UAMRA.
HACER CONCIENCIA
Las consecuencias de la obesidad en la salud de las personas, motivó a Roberto para hacer conciencia en los niños.
Alarmado por las cifras que posicionan a Reynosa entre los primeros lugares del país con más población que sufre este problema, se dio a la tarea de diseñar un plan a corto plazo.
Actualmente ofrece becas del cien por ciento en entrenamiento y asesoría nutricional durante dos meses a un grupo de niños en edad escolar, de 6 a 12 años, con sobrepeso.
Su interés es ser punta de lanza para que los padres de familia asuman la responsabilidad de cuidar la salud de sus hijos, ya que al continuar con sus malos hábitos corren el riesgo de ser próximos adultos con sobrepeso, diabetes o hipertensión.
La idea es educar a los pequeños y a los papás al ser los responsables de la nutrición de sus hijos. A ellos les impartirá pláticas dirigidas a una sana alimentación y el horario de comidas que deben seguir.
Se trata de que mejoren su rendimiento físico, aprovechen al máximo sus estudios y capacidad de concentración.
Los padres interesados en iniciar un nuevo régimen tendrán un precio especial, para que con sus hijos puedan transitar por el camino de la salud.
La convocatoria será lanzada a principios del próximo año en sus redes sociales. El grupo se limitará a 15 niños, por lo que entre más pronto obtengan su estancia, mejor.
“La idea es generar un vínculo donde mamá o papá compartan esta experiencia de ejercicio y alimentación”, finalizó.
Tels. 929.75.85 al 87. Ext. 106