En la incertidumbre y miedo por la pandemia que paralizaba al mundo, Nahum Prieto y Ana Laura Cornejo volvieron a reencontrarse.
Se conocieron en la secundaria y después de diez años de no verse, Instagram fue su cupido.
Su primera cita fue una semana antes de que todo el país se detuviera, aquel marzo del 2020.
Al contrario de lo que podría esperarse, las circunstancias les permitieron conocerse más y compenetrarse de una manera mucho más rápida y auténtica.
“Nuestra relación no inició en cines o restaurantes; nuestras tardes estaban llenas de momentos en casa, pláticas eternas y llenas de risas; café en el porche, películas nuevas y probar nuevas recetas”, recordó Ana Laura.
Ese lazo de cariño se fortaleció cuando a los pocos meses de noviazgo toda la familia de ella se contagió de Covid-19.
La incertidumbre, el desconocimiento y el pánico los invadió e inminentemente tuvieron que dejarse de ver durante un mes. Días eternos para ambos y de gran preocupación para Nahum, quien no dejó de procurarlos hasta ver que la familia de Ana Laura estuviera bien.
A la fecha, aún se preguntan lo difícil que hubiera sido para ellos si no se tuvieran el uno para el otro.
Entre las malas noticias y un cúmulo de emociones que se sumaban a los hechos trágicos de la pandemia, su amor permanecía cada vez más fuerte; paradójico, pero la situación que se atravesaba les permitió conocer su lado más humano, su auténtica vida familiar, valorar los pequeños detalles y disfrutar de la vida sin necesitar de nada más que la compañía del otro.
“El primer aniversario llegó en un abrir y cerrar de ojos, estábamos más felices que nunca y más seguros de que estábamos con la persona indicada, pero no apresurábamos nada”, comenta Ana Laura.
En ese tiempo ella tuvo que hacer un viaje fuera del país con su hermano, por lo que Nahum aprovechó la oportunidad para hablar con sus papás para decirles que ya tenía el anillo de compromiso para su hija.
“Al volver a casa, como la pandemia nos había impedido viajar juntos a lo largo de la relación, él me había prometido que me llevaría en verano a mi lugar favorito: la playa. Fue así como en un hermoso atardecer de Cancún, con una cena romántica frente al mar, entre lágrimas y risas me pidió convertirme en su esposa”, mencionó.
Aun cuando su relación transcurrió durante una situación que asombró y conmovió al mundo, seguido hablan sobre el camino que han recorrido juntos y, en definitivo, la pandemia fue la oportunidad para realmente conocerse y disfrutarse.
“A ocho meses de contraer matrimonio, no cambiaríamos nada de nuestra historia. Diario agradecemos que Dios nos haya traído hasta aquí y no podemos esperar para vivir nuestra próxima etapa juntos”, asegura Ana Laura.