En el vasto escenario de las artes escénicas mexicanas, pocos nombres resuenan con la intensidad de Ángel Ancona. Diseñador de iluminación, educador, promotor cultural y, ante todo, apasionado del teatro, Ancona es reconocido como uno de los iluminadores más destacados y productivos de la época reciente.
Su trayectoria trasciende fronteras, géneros y disciplinas; por lo que abarca teatro, música, danza y ópera, y su luz ha brillado tanto en México como en escenarios de todo el mundo.
Originario de Reynosa, Tamaulipas, Ángel Ancona nació un 7 de mayo y, desde muy joven, supo que su destino estaba ligado a los escenarios.
“Decidí dedicarme al teatro y desde entonces vivo de ello, de estar trabajando y creando permanentemente”, comentó con emoción.
Su formación inició al cursar la preparatoria en el Tecnológico de Monterrey y continuó en la Ciudad de México, donde estudió Teatro; pero dijo, tenía que trabajar, así que ahí empezó la aventura al incursionar como actor.
“Cuando uno elige el teatro siendo muy joven, lo que uno quiere es ser actor. El primer trabajo que tuve la fortuna de tener a los 18 años, fue con ‘La Tigresa’, Irma Serrano; en la obra ‘Naná’, en el ‘Teatro Juárez’. La vida me llevó a conocer una serie de personas y personajes; en ese momento yo quería ser actor y así fue que actué hasta 1985”, platicó.
Sin embargo, fue descubriendo que para ser actor se requieren ciertas características que no tenía y además, dijo, al mostrar su rostro como él, como Angel Ancona, “entraba en conflicto”.
INCURSIONA EN LA ILUMINACIÓN
Fue así que, tras once años de desempeñarse como actor, una experiencia transformadora lo llevó a descubrir la iluminación escénica, gracias a la cantante y actriz argentina Nacha Guevara, quien fue la responsable de que incursionara en ese giro.
“Ella fue quien me orientó para que yo estudiara esto, y a partir de ahí fue irse de gira a España, Nueva York, Venezuela, Argentina, Colombia; y conocer gente que después me invitaban a trabajar a sus países y pues yo aceptaba la invitación maravillosamente”, mencionó.
Desde entonces, su vida ha sido una travesía luminosa por distintos países y culturas, esto aunado a que siempre ha sido un poco aventurero, y como él dijo, un “pata de perro, un poco nómada”.
EL TEATRO COMO FORMA DE VIDA
Su labor abarca colaboraciones con la Compañía Nacional de Teatro, bajo la dirección de Héctor Mendoza, Ludwik Margules y José Solé; así como puestas en escena emblemáticas como “Edipo en Colofón”, “Una vez más, por favor” y “El origen del mundo”, de Jorge Volpi, dirigidas por Mario Espinosa.
Con “Teatro de Ciertos Habitantes” diseñó espectáculos como “El automóvil gris” y “Triple concierto”, bajo la dirección de Claudio Valdés Kuri.
Ancona no concibe su vida sin teatro: “Si lo dejara de hacer, dejaría de vivir. Para mí es una forma de vida, no una profesión”.
Incluso, durante la pandemia, cuando muchos profesionales del arte enfrentaron pausas forzadas, él continuó trabajando; y jamás ha pasado por su mente dejar de hacerlo.
“Todo lo hago en función del teatro”, apuntó.
Esto lo llevó a ser, durante casi 12 años, director del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, experiencia que describe como “extraordinaria”, pues le permitió desarrollarse como gestor cultural.
Bajo su dirección, seis teatros funcionaron como verdaderos motores culturales. “Pensar que los teatros se llenaran, pensar en servir a la comunidad de artes escénicas, conservarlos bien… fue un aprendizaje muy grande”, externó.
Destacó que siempre ha sido complicado acercar a las personas al teatro, sobre todo, porque desde el siglo XXI hay “muchas competencias que no son positivas”.
“La televisión ha sido un problema, luego vinieron todas las plataformas como Netflix, todo esto que nos genera una competencia difícil, sobre todo en momentos que hemos vivido en este país en grados de violencia brutales”, externó.
Todo ello, agregó, cuando las personas prefieren quedarse en casa optando por una plataforma en lugar de ir al teatro, y tener la seguridad de que no les va a pasar nada.
Sin embargo, consideró que también influye la educación otorgada en torno a las artes.
“Sí creo que hay que generar desde la educación básica, el fomento al arte de forma profunda, para que los seres humanos tengamos la necesidad de refugiar a los demás, entonces el teatro se convierte en una necesidad vital”, detalló.
Ante esto, compartió una anécdota ocurrida en Buenos Aires, en donde, a pesar de la crisis económica y problemas mucho más grandes que los que tiene México, los teatros y restaurantes, dijo, siguen llenos.
“Un amigo me dijo: ‘Aquí no podemos comprar otro celular, un auto o irnos de vacaciones, no podemos viajar, pero vamos al teatro y después a cenar’. ¿Por qué? Porque en su educación el teatro es una parte fundamental de vida y es una necesidad; entonces te sientes obligado a ir por ti mismo, por el gozo que te produce”, declaró.
ESPECTÁCULOS MUSICALES Y ÓPERA
Su incursión en la música también ha sido notable; ha colaborado con artistas como Caifanes, Santa Sabina, Tania Libertad y, por supuesto, Nacha Guevara, con quien mantiene una colaboración constante.
Además, participó como productor técnico del montaje para las presentaciones de Michael Jackson en el Estadio Azteca, en 1993.
“Fue algo muy importante, pero no es mi mundo. Prefiero el mundo del teatro, el mundo hispano, el de lenguajes claros y más humanos”, afirmó.
Por esto es que considera completamente diferente su participación con los artistas antes mencionados, a la que tuvo con el llamado “Rey del Pop”, pues dijo, son mundos diferentes.
En la ópera, su talento ha dado luz a títulos como “Fedora”, “La Bohème”, “Tosca”, “La Traviata”, “Il Trovatore” y “Don Pasquale”.
Recientemente, ha diseñado para “El vencedor vencido”, de Federico Ibarra; y “Turandot”, de Puccini; presentadas en el Palacio de Bellas Artes en 2024.
EXPERIENCIAS ÚNICAS
También diseñó la iluminación de “Del Siglo XX al Tercer Milenio”, presentado en el Zócalo de la Ciudad de México para recibir el año 2000.
“Fue un espectáculo de 24 horas, empezamos el montaje el 25 de diciembre para iniciar la transmisión con el cambio de año en Islas Fiji y conectarnos con el mundo; yo diseñé toda la parte de iluminación en el zócalo junto con el maestro Alejandro Luna, que es el padre de la iluminación y la escenografía contemporánea en México. Fue una experiencia única”, relató.
Comentó que, todas sus participaciones han sido importantes y que “cada una de ellas tiene su historia, su dolor, su sonrisa y su valor”, por lo que le han dado un aprendizaje maravilloso.
“Estoy muy agradecido por haber tenido la fortuna de lograrlo, son experiencias que duran una sola vez, y estar ahí es ya un privilegio”, comentó.
La docencia es otra de sus grandes pasiones y ha impartido talleres y conferencias en México, Colombia y Venezuela, y actualmente forma parte del cuerpo académico de las maestrías en Dirección Escénica en la Universidad del Valle en Cali y en la Universidad del Rosario en Bogotá; pues está convencido de que el arte es esencial para una mejor calidad de vida.
“La felicidad no está en comprar más. Está en aprender, crecer, ser feliz. Y el arte genera eso”, asegura.
LUZ QUE TRASCIENDE FRONTERAS
Su trabajo ha sido reconocido nacional e internacionalmente, y entre sus múltiples distinciones destaca el haber sido nombrado Pilar del Teatro en México por el Instituto Nacional del Teatro ITI UNESCO.
En 2023, fue galardonado por la Asociación de Críticos y Periodistas Teatrales con el premio al mejor diseño de iluminación por “Algodón de azúcar,” y también fue nominado en los Premios Metropolitanos de Teatro.
Ha sido parte esencial en el Festival Internacional Cervantino, el Festival del Caribe, el Festival Sevilla entre Culturas, y ha representado a México en las Expos Universales de Aichi, en Japón; y Shanghái, en China; donde estuvo a cargo de la curaduría artística.
“La parte diplomática ha sido el llevar la cultura mexicana al exterior y promoverla desde la diplomacia cultural”, comentó con orgullo.
En 2006 dirigió el Año de México en China, y en 2010 participó en la dirección de la sección mexicana en la Expo Universal de Shanghái, reafirmando su papel como embajador cultural de México.
DE VUELTA A REYNOSA
Recientemente, Ángel Ancona volvió a su ciudad natal para formar parte de la puesta en escena “Reynosa, grandeza de un pueblo al borde del norte”, esto como una forma de colaborar, luego de las afectaciones ocurridas tras las inundaciones registradas el mes de marzo.
De esta manera, comentó, es que se ofreció a trabajar sin fines de lucro, a colaborar como reynosense, sin cobrar: “vine a hacer el trabajo gratuitamente con tal de apoyar, es mi forma de apoyar”.
Esta participación que realizó en el Parque Cultural Reynosa, en donde estuvo trabajando por cuatro días en el espectáculo, comentó haberla disfrutado mucho.
“Quedó muy bien, ha sido una gran experiencia venir, encontrar a este Reynosa ahora; encontrar gente muy interesada en hacer las cosas bien y que las estén haciendo”, destacó.
En relación a su estancia en Reynosa, ciudad que lo vio nacer, externó que no hay un arraigo, ya que, éste no está en un lugar, sino en su quehacer diario.
“Mi ciudad de origen es la ciudad en donde estoy, no tengo un arraigo. De hecho, cuando vine en diciembre pasado yo tenía cerca de seis años de no venir, mi único arraigo es mi familia, que es mi hermano, nada más, pero no tengo uno mayor, puedo tener amigos, pero mi arraigo es la ciudad en donde estoy en ese momento”, manifestó.
Comentó haber vivido en muchas partes del mundo y que no le es difícil estar en cualquier parte.
“China para mí es uno de los lugares más maravillosos que yo he conocido, viviría perfectamente en China”, apuntó.
Más allá de los reconocimientos y de los escenarios que ha iluminado, lo que define su trayectoria es la profunda convicción de que el arte transforma, y así ha llevado su vida dedicada a ella, a la creación y al aprendizaje constante.
“He tenido la fortuna de encontrarme con la gente correcta en el momento correcto, y eso me ha llevado a estar presente permanentemente”, externó.