Necesito aprender a amar…necesito aprender a amar bonito, a amar sano, sin perderme a mí misma en el intento para luego buscarme desesperadamente en el otro, donde invariablemente me he perdido cada vez más y donde no estoy. Necesito aprender a amar sin angustia, sin ansiedad, y sobre todo sin temor, porque donde hay miedo no puede haber amor.
Necesito aprender a amar desde la abundancia y no desde las carencias, amar con generosidad y no con necesidad, con cordura y no con locura. Necesito aprender a amar sin sufrir, sin forzar, sin poseer. Necesito aprender que el amor no es un estanque, ni un pantano, sino un rio que fluye y cambia y pasa y termina cuando llega al inmenso mar donde convergen todos los amores.
Necesito aprender que el amor no duele, duelen solo las expectativas no cumplidas, solo duele lo que no es, lo que no fue, pero soñaba con que fuera. Duele la absurda idea de haber perdido lo que nunca fue mío… Solo duele aferrarse a lo inexistente. Necesito aprender a amar solo porque sí, porque sucede, porque estoy viva. Necesito aprender que amar no es lucha, ni conquista, ni estrategia, ni hechizo. Amar solo es milagro, es misterio, es bendición, es un estado del alma.
Necesito aprender que el amor no se explica, ni se cuestiona, ni se analiza, ni se sobre piensa, ni se planea. El amor, como la existencia misma, solamente es… Y sí, aun a estas alturas de mi vida, con tantos años encima, habiendo cometido tantos errores, luego de tantos intentos fallidos, con tantas cicatrices, tantas teorías equivocadas sobre el amor, con humildad reconozco que necesito aprender a amar.
Amar con la inocencia de una niña, con la pasión de una mujer, con la entrega de una madre, con la incondicionalidad de una hermana, con la certeza de una amiga y con la infinita paciencia de una abuela… Necesito aprender a amar para así, por fin… entender de qué se trata la vida.