La pandemia sorprendió al mundo, y así sucedió con Monzerrath Lerma y Carolina Carreón, dos novias que se quedaron a medias en la organización de la fiesta entre la incertidumbre de lo que pasará, aun cuando tratan de ser positivas y pensar que será una fiesta muy especial.
POR Alejandra Arellano
Este año será recordado de una manera muy diferente. La noticia del Covid-19 nos alejó de las calles y trastornó todos los planes y actividades diarias. Hasta la forma de relacionarnos cambió: adiós a los abrazos, los saludos y los besos. Nada de acercamientos, inició el distanciamiento social.
Carolina Carreón y Oliver Granados, así como Monzerrath Lerma y Raúl González platican cómo les afectó en sus planes de boda. Dos historias sujetas a las restricciones oficiales. Ellos solo esperan que esto acabe y llevar a cabo su sueño de amor.
EN LA INCERTIDUMBRE
Con la ilusión de que el 31 de octubre de 2020 Carolina Carreón y Oliver Granados serían declarados marido y mujer por la iglesia, iniciaron todos los preparativos desde que se comprometieron en matrimonio hace casi un año, el 5 de julio del 2019.
De igual forma, un crucero por el Caribe los llevaría en su viaje de luna de miel programada para el 15 de noviembre de este año.
Querían que el día de su boda fuera inolvidable, así que desde el año pasado las citas con los proveedores de flores, música, salón, cena… fueron parte de su agenda diaria. El vestido de novia ya está pagado y ella lista para vestirlo.
Sin embargo, la incertidumbre existe, ya que las fechas del distanciamiento social siguen aplazándose.
Aunque faltan algunos cinco meses para la boda, tiempo en el que se prevé que la situación estará más controlada, Carolina y Oliver tienen fe que todo se resolverá como lo han planeado, aunque no han continuado con los detalles que les faltan. La mayoría de los negocios están cerrados y en pausa.
Son 250 las personas que asistirán a la fiesta y siguen en pie, no quieren reducir ni hacerlo más íntimo, aunque desconocen si los invitados que viven en otras ciudades podrían viajar.
FESTEJOS EN ESPERA
Las despedidas de soltera para Carolina no pudieron realizarse en tiempo. En mayo sería en Playa del Carmen pero las restricciones oficiales para evitar mayores contagios por el Covid se lo impidieron, y cambiaron los boletos de avión para agosto en espera de que ya se pueda viajar.
El festejo prenupcial considerado para el mes de julio en la Isla del Padre se cambió para septiembre, con el fin de que las cosas vuelvan a la normalidad. Sin embargo, para este mes se llevaría a cabo la despedida que le organizaría su mamá. Lo hicieron con mucha anticipación para asegurar el salón, pero de igual manera está detenida.
El estrés, la impaciencia y el temor sin duda han estado presentes, incluso Carolina y Oliver han platicado de que en el peor de los escenarios tomarían la decisión de casarse por el civil este año en una boda más íntima, porque ya quieren iniciar una vida juntos.
“Trato de ser positiva, aceptar lo que venga, pensar que lo que hagamos será especial”, confiesa.
El salón está reservado, la iglesia separada, el Caribe sigue esperándolos y ellos están listos para recibir a los invitados y compartirles su felicidad como marido y mujer.
Porque no importa qué tan mala sea la situación, nunca debemos borrar nuestra sonrisa… ni perder la fe porque la felicidad no llega cuando conseguimos lo que deseamos sino cuando aprendemos a disfrutar de lo poco o mucho que tenemos sin soñar en el mañana, sino viviendo en el hoy”
NUNCA BORRAR LA SONRISA
Inesperada e impactante. Así consideró Monzerrath Lerma la noticia de la pandemia, en un emotivo mensaje que publicó en su cuenta de Instagram.
La sorpresa cambió el ritmo de la vida en todo el mundo: las calles quedaron vacías, las casas siempre habitadas, los abrazos, los saludos y los besos en el recuerdo.
Los planes a corto y mediano plazo… se cancelaron. La boda por la iglesia que Monzerrath Lerma y Raúl González tenían programada para el mes de julio en Cabo San Lucas, Baja California, no podrá realizarse después de un año de estar organizándola. De igual manera la luna de miel en Dubai.
El miedo, la ansiedad y la incertidumbre detuvieron a las personas y Monze no fue la excepción, y aunque decepcionada, en medio de la cuarentena muestra una actitud positiva y una sonrisa –que dice– le ayuda a enfrentar esta situación de emergencia con paciencia, mientras todo pasa y vuelve a la normalidad.
SE CONOCEN EN UN PARTIDO
Hace cuatro años en un partido de futbol en el estadio de Los Rayados, en la ciudad de Monterrey, se encontraron.
Con el tiempo, en el 2019, Raúl le pidió matrimonio. El Gran Cañón fue el escenario elegido para ser testigo de su compromiso. Poco después, ese mismo año, llevaron a cabo su boda por el civil; también eligieron julio como fecha de su enlace oficial.
Desde entonces se dedicaron a buscar el lugar donde cumplirían su sueño de amor y fue en una de las playas más hermosas de México donde decidieron realizarlo: los Cabos.
¿Cómo decorarían el marco de la recepción donde se casarían frente a las cristalinas aguas azul turquesa del mar? ¿Cuál sería el menú y las bebidas? ¿Qué música tocarían? ¿Cómo sería el mobiliario de la fiesta, las flores, la vajilla…? Tenían mucho por hacer y no escatimaron ni tiempo ni dinero para lograr que su boda fuera la esperada. La luna de miel también la empezaron a programar y Dubai, en los Emiratos Árabes, fue la ciudad elegida.
Este 2020 será su año sin duda para la pareja. Los proveedores de servicios les ofrecieron dos opciones a la pareja: cancelar todo y regresarles el deposito, o posponer, esperar meses sin saber ciertamente cuándo volverían a hacer los eventos. El viaje de bodas también se canceló.
La boda religiosa de Monzerrat y Raúl siempre se recordará. Será especial: ya sea en agosto, septiembre, octubre… año 2020 0 2021… Será única y esta pandemia por Covid solo será un referente de que no hubo nada que pudiera hacerlos perder la fe. Que al mal tiempo hay que darle buena cara.
Y como bien se despide Monzerrath al final de su mensaje en Instagram: nunca dejen que nadie ni nada borre esa sonrisa.