Así hay médicos con tesitura de barítono o tenor, que cantan y tocan la guitarra, abogados, ingenieros o contadores que saben declamar. Son bohemios de afición y ¡les encanta!
Uno de ellos es el psiquiatra Amadeo de León Carrillo, quien toca la guitarra y el canto nuevo es su música preferida.
A su llegada a Reynosa, en 1979, empezó a participar en conciertos, recitales, bohemias y veladas, tanto musicales como literarias, de tipo altruista, sirviéndole de escenario el Club Rotario Reynosa, el Club de Leones de Reynosa y lugares como el centro social “La Cucaracha”, el Casino Petrolero de Reynosa y “La casa de Pancho Villa”.
“Es como una adicción, es difícil hacerse a un lado, la música es parte de todos y siempre ha sido parte de mi vida”, dijo.
Su carrera profesional, asegura, la ha sabido compaginar con el gusto que tiene por el arte, el cual lo ha enriquecido.
“Siento que lo hago bien ante un público que me escucha”, comentó.
Por su parte, por las venas del urólogo José Luis Sosa Campillo corre sangre de artista.
Su padre cantaba y era dueño de una impresionante y envidiable tesitura de barítono. Su mamá tenía una voz muy bonita y también la presumía.
José Luis canta boleros desde los ocho años de edad y por muchos años fue la voz cantante de sus compañeros de clase y facultad cuando otro con la guitarra lo acompañaba al llevarle serenata a todas las mamás el 10 de mayo.
Hace años escucharon su voz y lo invitaron a integrarse el elenco estelar de los bohemios de Reynosa. Se presentó en la Plaza “Las Américas” y, la última vez, en el Casino Petrolero de Reynosa, A.C., a finales de 2011.
“Uno, sin ser artista profesional siente mucho más la canción, creo que hay más vivencia cuando uno la interpreta, lo demás es proyectar lo que uno siente”, dijo.
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