Con canciones de Marco Antonio Solís, Armando Manzanero y otros compositores contemporáneos, Edith Márquez iluminó la noche del jueves 20 de diciembre de 2012.
El escenario, el gimnasio de la Universidad México Americana del Norte, se convirtió en salón de espectáculos donde la cantante volvió a demostrar el calibre de su voz con derroche de talento.
A las 23:11 horas inició con “Arrepentida”, “Así fue” y “Mi error, mi fantasía”.
Luego vinieron “No”, “Entre ella y yo”, “No hay nada más difícil que vivir sin ti” y “Pero me acuerdo de ti”, un antiguo éxito de Lourdes Robles.
En un momento donde demostró de qué estaba hecha, interpretó “Palabras tristes” a cappella, sin música y sin coros, simplemente con la armonía de su voz.
Después cantó “A puro dolor”, a dúo con Norita Martínez Flores, una de las tantas fans que le regalaron una rosa.
Todo fue pop y baladas, como recordando sus inicios, además de una o dos interpretaciones con ritmos y compases españoles. No olvidó cantar “Secreto de amor” (Te voy a cambiar el nombre) y “Besos de luna”, acompañada por el público que no dejó de corear
sus canciones, las que de memoria se sabían.
Fue un sueño su espectáculo. Vestida con una variedad de atuendos que hacían resaltar su figura: alta, esbelta, alegre… simplemente diferente para una noche como esa.