Fotos: Viridiana Leal
Sin dejar la escuela y apasionados por el beisbol, catorce niños de la Liga Treviño Kelly se preparan para el Mundial de Ligas Pequeñas de Williamsport, Pennsylvania, pero antes hacen una parada en las instalaciones de CLASE para platicar sobre su incursión en este deporte.
Mientras se entrenan todos los días antes de tomar el avión rumbo a Williamsport, los seleccionados de la Liga Treviño Kelly, al igual que sus mamás apartaron un espacio en su apretada agenda para hablar de beisbol.
Ellos recuerdan sus primeros pasos en el diamante, los pelotazos que han recibido, a los jugadores famosos que admiran y hasta lo que quieren ser de grandes: algunos ingenieros, matemáticos o contadores, por decisión personal y compromiso con sus padres. Pero aclaran que su meta es llegar hasta las Grandes Ligas.
Después de conquistar el campeonato nacional, ahora buscan obtener el título mundial de Ligas Pequeñas en Pennsylvania representando a México.
Decididos a traerse el triunfo practican todos los días, a veces por la mañana y en la tarde; asistieron al nutriólogo y al psicólogo, y hasta tuvieron una sesión de masajes.
A los entrenamientos asisten acompañados principalmente por sus madres, las que se ganaron el sobrenombre de “los árbolitos de la Kelly”. Sus padres en las gradas no dejan de echarles porras y augurarles el mayor de los éxitos en este encuentro que iniciará el 17 y terminará el 27 de agosto en Williamsport.
Campeón jonronero
- César Humberto Monjaras Mata, 12 años.
- Short stop, Cuarto bat, Segunda base titular.
- Padres: Carmelo Monjaras y Alba Rocío Mata.
- Hermana: Katia.
Hace nueve años, César Humberto se incorporó a la Liga Treviño Kelly por su afición al beisbol, un deporte de familia, ya que el abuelo, Roberto Mata y los tíos lo practicaban. Así que el pequeño creció viéndolos jugar.
Al ser parte de la liga como Short stop ha tenido la oportunidad de participar en torneos nacionales e internacionales en representación de Tamaulipas. Por mencionar, el Torneo Latinoamericano que se llevó a cabo en Ecuador, donde quedó en alto el nombre de México.
Actualmente participa en el campeonato mundial Sub 12 en Tainan, China, donde es Cuarto bat y Segunda base titular.
Además de destacar en lo que se conoce como “El rey de los deportes”, es un estudiante ejemplar que estudia, pasó a segundo grado de secundaria, en la técnica número 44 .
En abril de este año jugó en el torneo nacional Sub 12 en el estado de Veracruz, donde recibió la distinción como “El jugador más valioso” y “Campeón jonronero del certamen”.
Sus papás están agradecidos con Dios por permitirle a su hijo hacer lo que más ama en esta vida que es jugar beisbol.
“Estamos muy orgullosos y felices por los logros que mi hijo ha alcanzado a su corta edad, simplemente no podemos explicar la emoción que sentimos al ser los padres de un triunfador”, manifestaron.
Bateaba las esferas de Navidad
- Jorge Luis García Cienfuegos, 13 años.
- Pitcher.
- Padres: Jorge García Pérez y Esmeralda Cienfuegos de García.
- Hermana: Melisa Esmeralda.
Jugar en el Mundial de Williamsport es el sueño de Jorge desde que era muy pequeño.
Sus entrenamientos formales en la Liga Treviño Kelly iniciaron cuando tenía tres años, desde entonces ya mostraba interés por el beisbol.
Contó su mamá que aún no caminaba y estando en el andador intentaba jugar con un bate de plástico y esferas de Navidad como pelotas.
”Él no sabía hablar, balbuceaba, y mientras jugaba, decía: ‘pi papay’. No sabíamos a qué se refería hasta que vimos un partido en el que un comentarista gritaba: ‘díganle que no a esa pelota’; en ese momento el niño mencionó la frase.
Recordó que su gusto y talento por el beisbol, fue apreciado por un entrenador de la liga Kelly, quien sugirió al papá de Jorge Luis llevarlo a los entrenamientos.
El beisbolista mencionó orgulloso que ha participado en algunos campeonatos nacionales y a nivel Latinoamérica (Ecuador) y el otro en Reynosa.
El año pasado estuvo en la selección de México en Puebla y quedaron campeones del torneo Panamericano.
Este año competirá en el mundial de Cal Ripken Jr., por lo que de momento está en la Ciudad de México en una concentración, y después viajará a Williamsport.
Para lograrlo se esforzó mucho, ya que debe compaginar los entrenamientos con la escuela, donde estudia el segundo grado en la secundaria número 9.
Sin duda, fue un trabajo en equipo por parte de toda la familia, al apoyarlo en cualquier momento.
motivado por sus tíos
- Rosendo Cantú García, 12 años.
- Pitcher, Primera y Tercera base.
- Padres: Miguel Ángel Cantú Garza y Lucila García de Cantú.
- Hermanos: Montserrat y Miguel Ángel.
Apenas tenía tres años de edad cuando Rosendo empezó a jugar beisbol, pero a los pocos meses lo dejó, y lo reanudó cuando cumplió los cinco. Desde entonces no ha parado de correr en el diamante.
La inquietud surgió de sus tíos, quienes juegan amateur.
Para sus padres era importante que tanto él como su hermano practicaran un deporte; ambos se decidieron por el beisbol.
Desde que empezó con los entrenamientos, Rosendo fue Pitcher, pero también Primera base y Jardinero.
Fue parte de equipos que representaron a Tamaulipas y jugó en Nacionales en Monterrey, en donde no ganaron, pero hicieron muy buen papel.
En la actualidad acaba de pasar a segundo grado en la Secundaria José de Escandón, donde ha recibido felicitaciones y buenos deseos por parte de compañeros de clase y maestros.
Para Rosendo haber ganado la oportunidad de estar en Williamsport, siempre fue su meta, un sueño hecho realidad.
“Como padres estamos muy orgullosos de nuestro hijo y toda la familia está feliz, incluso ya estamos alistando maletas para llegar a Pennsylvania, para ver como el sueño de Rosendo se hace realidad”.
En familia celebran sus victorias
- Jorge Lambarria Rodríguez, 12 años.
- Catcher.
- Padres: Jorge Esteban Lambarria Navarro y Laura Elena Rodríguez Quiñones.
- Hermanos: Zyanya y Renzzo.
Apenas tenía 6 años de edad y Jorge, en su primera temporada con el equipo “Los venados”, en la liga de beisbol “Niños Héroes”, ya era campeón jonronero. Y así, desde los 5 años, fue cuando motivado por su papá pisó por primera vez el campo y, desde entonces, ha seguido cosechando triunfos.
Cuenta su mamá, Laura Elena Rodríguez Quiñones, que aunque le gusta el futbol, se empezó a interesar tanto por este deporte y, principalmente, por la posición de catcher, que por puro gusto asistía a clases especiales con un coach.
“Como catcher es muy vulnerable a recibir pelotazos, de más pequeño se ponía a llorar, pero ahora dice que los golpes le dan más energía para continuar”, comentó su mamá.
Jorge tiene doce años y estudia en el instituto Piaget el primer grado de secundaria. Sin embargo, al concluir la primaria recibió un reconocimiento público por parte de la escuela por haber sido seleccionado de la Liga Treviño Kelly.
“Quiero que estudie una carrera, quizá sea como su padre, ingeniero petrolero, pero lo que él decida lo respetamos”, mencionó.
Como madre de Jorge, reconoce que celebra sus victorias y siempre le da ánimo para seguir adelante.
Por su parte, Jorge sigue compartiendo el tiempo entre los libros y el deporte que le ha robado toda su atención, siguiéndole los pasos a Eduard Punset, un jugador profesional al que le tiene gran respeto.
Hasta las Grandes Ligas
- Diego Díaz Cavazos, 12 años.
- Segunda base y Short stop.
- Padres: Eduardo Díaz Leal y Leticia Eugenia Cavazos.
- Hermano: Eduardo.
Diego, el más chaparrito del equipo, a los tres años de edad aún no entraba al kínder y ya traía puesta la cachucha de beisbolista. Desde entonces, Leticia no se le despega, incluso las mamás de los niños se han ganado el sobrenombre de “los árbolitos de la Kelly”, porque son las mejores porristas que tienen, ya que bajo la lluvia o el calor, siempre están pendientes de sus hijos.
Ella reconoce que alternar los estudios de su hijo con el deporte ha sido una tarea de familia, pues junto con su esposo se coordinan para cumplir con los compromisos del pequeño de 12 años de edad. A pesar del tiempo que tiene que invertir entre los entrenamientos, juegos y viajes, Diego sacó el primer lugar del salón de clases.
Pasó a séptimo grado en el colegio Oratory y aunque su fuerte son las matemáticas, aún no sabe lo que va a estudiar, pero su sonrisa pícara deja entrever su interés por llegar hasta las grandes ligas, y con voz tímida reconoce que admira a José Altuve, de los Astros de Houston.
Su interés por el beisbol le ha permitido presenciar en Houston, en vivo y en directo, partidos de su jugador favorito contra los Yankees de Nueva York.
A los diez años, Diego recibió el primer golpe con una bola, le dolió, pero se aguantó. Después de nueve años en los parques de beisbol quiere seguir en el deporte que se ha convertido en parte de su vida.
Hijo de tigre…
- Saúl Soto Guerra, 13 años.
- Jardinero.
- Padres: Saúl Soto y Alejandra Guerra de Soto.
- Hermano menor: Santiago.
Desde que pudo sostener un guante y una pelota de beisbol en su mano, Saúl no los ha soltado. El beisbol es para él un gusto que nació sin proponérselo, pero también una herencia de su papá.
Sus padres le dieron la opción de practicar cualquier deporte al igual que a su hermano, quien además de beisbol, juega futbol.
Normalmente juega como jardinero central en la Liga Treviño Kelly y estudia en el Colegio Oxford, ya que para poder continuar con los entrenamientos tiene como requisito sacar buenas calificaciones.
“Él y su equipo saben que para no ser del montón, tienen que dar más que los demás, y lo están haciendo. Estamos muy orgullosos porque es un trabajo y esfuerzo de todos”, reconoció su mamá.
Compaginar escuela y entrenamientos no es sencillo, pero Saúl lo puede hacer debido a que es muy responsable, estudioso y ordenado.
En su trayectoria, ha tenido la oportunidad de ser parte de la selección en las categorías de Moyote y Peewee, además participó en el torneo Latinoamericano que se llevó a cabo en Reynosa donde obtuvieron el tercer lugar.
A pesar de que en casa siempre se habló de beisbol, puesto que su papá jugó de manera profesional, Saúl lo hizo por decisión propia, pero ir a Williamsport es el sueño dorado de papá e hijo, pues Saúl Soto padre, no tuvo la oportunidad de asistir debido a que la liga en donde jugaba no estaba afiliada a este torneo.
‘Chapulín’ brinca en grande
- Isaac André Miranda Uscanga, 12 años.
- Tercera base y Jardinero.
- Padres: Iesus Manuel Miranda Peralta y Mireya Uscanga Tavares.
- Hermanos: Iesus y Susey.
Generalmente son los papás quienes motivan a sus hijos a jugar algún deporte, pero no es el caso de Isaac. Sus inicios en el beisbol se debieron a que su mamá se encontró con una señora que había llevado a la costurera un traje de beisbolista muy bonito; le llamó la atención y le preguntó cómo le podía hacer para que su hijo ingresara a un equipo. Empezó a investigar y a los 6 años de edad Isaac ya pertenecía a la Liga Treviño Kelly.
No sabía nada de beisbol, ni de posiciones ni de jugadas, pero los entrenadores le enseñaron y el pequeño dio su mejor esfuerzo.
El primer equipo con el que jugó fue
“Ángeles” y se interesó tanto en este deporte que en septiembre inició con la liga y cinco meses después, en enero, ya estaba en selectivo como Pre-moyote.
Ha sido, además, Moyote y Peewee.
Isaac André ha participado en varios torneos, uno de ellos fue en 2014 en Ecuador, donde ganaron el nacional gracias a una atrapada que hizo de la bola.
A “Chapulín”, como lo apodan en el equipo porque salta mucho, le gustaría estudiar la carrera de contador, pero tampoco descarta la posibilidad de ser uno de los grandes en las ligas mayores.
Su mamá se siente orgullosa de su desempeño y logros, pues ha sacrificado fiestas y viajes familiares para no faltar a los entrenamientos y dar lo mejor en el campo de juego, así como lo hace su beisbolista número uno, Manny Machado, de los Orioles de Baltimore.
Entre la escuela y el beisbol
- Samuel Juárez Ortíz, 12 años.
- Catcher y Tercera base.
- Padres: David Juárez Arce y Myrna Ortiz de Alejandro.
- Hermano: Isaí.
Empezó como Pre-moyote en dos equipos patrocinados por unas empresas privadas y a los 6 años de edad fue fielder de la Selección Treviño Kelly.
De más pequeño, con su papá David Juárez Arce jugaba softbol, pero fue con su hermano mayor Isaí, con quien asistía a los partidos de beisbol, deporte que le empezó a interesar desde entonces.
Con su equipo ha viajado a otras ciudades, pero fue contra los de Matamoros, donde recibió su primer pelotazo en la frente, llevándose un gran susto.
Su mamá, Myrna Ortiz de Alejandro, reconoce que gracias a su afición por el beisbol, han visitado otras partes en familia, dándoles la oportunidad de unirse aún más.
“Como padres de Samuel queremos que alterne los estudios con este deporte, pero que por ningún motivo deje la escuela. Lo animamos y echamos porras en los juegos, pero también lo alentamos a terminar una carrera”, reconoció su mamá.
El joven beisbolista quiere llegar hasta las ligas mayores, admira a Javier Báez de Chicago Cubs y su equipo favorito son los Red Sox de Boston.
Nervioso por el juego
- Sergio Alan Adame Hernández, 12 años.
- Segunda base.
- Padres: Sergio Adame y Elisa Hernández de Adame.
- Hermano: Alvar.
Sergio inició uno de sus más grandes sueños a los seis años de edad: jugar beisbol, después de que su primo jugó en el Mundial de Williamsport en el 2009. A su regreso le contó su experiencia y Sergio se entusiasmó tanto que su abuelito Carlos Adame lo invitó a practicarlo.
Lo llevó a un entrenamiento y quedó fascinado, a partir de ese momento se encargó de llevar a su nieto a sus primeros entrenamientos, que disfrutaba desde que puso un pie en el diamante.
Conforme sus padres reconocieron que de verdad le gustaba, se involucraron y lo impulsaron a dar su máximo esfuerzo.
Durante siete años ha participado en algunos torneos importantes en la categoría Moyote, en Ciudad Victoria y Monterrey, así como en torneos de la Federación Mexicana de Beisbol (Femebe).
Sus padres han sido testigos del esfuerzo que ha hecho, por lo que presenciar su sueño de llegar a Williamsport es un orgullo.
Elisa comentó que es tanta la emoción de Sergio, que ha sentido malestar por los nervios de jugar y hacer las cosas bien en el terreno de juego.
Sus compañeros de la secundaria José de Escandón lo han felicitado y deseado lo mejor a él y a su equipo.
Un duro golpe
- Francisco Javier Elizondo Terán, 12 años.
- Pitcher.
- Padres: Francisco Javier Elizondo Martínez (†) y Lucía Terán de Elizondo.
- Hermano: Camilo.
El papá de Francisco era fan del beisbol, por lo que desde pequeño le inculcaron el gusto por este deporte y a los cuatro años empezó a practicarlo.
La misma importancia que le da a los entrenamientos se la da a sus estudios en el Instituto Colón. Es una forma de educarlo y hacerlo responsable.
En un principio jugó en la posición de Jardinero y cuando tenía 9 años de edad lo consideraron como pitcher.
“Es una frase muy trillada, se dice fácil, pero cuando volteas a ver te preguntas ¿cuándo pasó tanto tiempo?“, cuestiona su mamá.
Este es un logro que se dio a base de esfuerzo y dedicación por parte del equipo. Cada uno de los niños y sus familiares han sacrificado vacaciones, reuniones y fiestas, pero vale la pena al ver su cara llena de emoción.
“Admiro mucho a mi hijo. Cuando apenas tenía 7 años de edad, lo pusieron como Pitcher en un torneo nacional y no se amedrentó”, reconoció Lucía.
Francisco Javier a su corta edad, hace tres años sufrió la pérdida de su papá. Fue un momento muy difícil que lo hizo pensar dejar este deporte, pero siguió adelante porque sabía que para él no había mejor satisfacción que verlo en el terreno de juego.
Pitcher de brazo fuerte
- Erick Vázquez Sobrevilla, 12 años.
- Primera base y Pitcher.
- Padres: Erick Vázquez y Alma Sobrevilla de Vázquez.
- Hermano: Mateo.
¿Futbol o beisbol?
- Carlos Jaime García Cruz, 12 años.
- Jardinero.
- Padres: Carlos Jaime García Alanís y Rocío del Pilar Cruz de García.
- Hermana: Sarah Inés.
Fue a los 10 años de edad que Carlos Jaime García Cruz se decidió por jugar beisbol, después de ver un Mundial de Williamsport por la cadena televisiva ESPN.
Desde los cuatro años se había dedicado de lleno a jugar futbol en San Pedro Garza García, Nuevo León, con la liga Valle, y justo cuando tenían la membresía pagada de la academia Tigres, optó por practicar beisbol pues aspiraba ir a Williamsport algún día.
Por un tiempo estuvo practicando ambos deportes, pero llegó un momento en que se juntaron los torneos y no podía cumplir con los dos, además de la escuela, por lo que tuvo que tomar una decisión: eligió el beisbol.
Por motivos de trabajo la familia se mudó a Reynosa, lo que lo puso triste pues pensaba que su sueño de ir al mundial se le escapaba de las manos.
Cuando se enteró de la Liga Treviño Kelly de inmediato se apuntó, era su segundo año en Peewee, pero no le resultó fácil por el nivel de sus compañeros, por lo que tuvo que esforzarse al doble para tener un nivel competitivo.
“Yo no sabía nada de beisbol, pero mi esposo estaba encantado pues es su deporte favorito. Sin embargo, jamás quiso obligarlo a hacer algo que no le gustaba”, dijo su mamá.
Sus padres están muy orgullosos de su hijo por la hazaña que ha logrado en las tres temporadas que tiene jugando. Eso habla de su pasión y talento, ya que se ha ganado a pulso un lugar para ir al mundial.
LOS CAMPEONES
- Isaac Miranda, 9
- Saúl Soto, 5
- Jorge García, 2
- Emiliano Garza, 88
- Jorge Lambarria, 99
- Abraham Hernández, 24
- Samuel Juárez, 1
- Carlos García, 22
- Sergio Adame, 4
- Francisco Elizondo, 28
- Erick Vázquez, 13
- Rosendo Cantú, 26
- Diego Díaz, 10
MANAGER
- Manny Espinoza
COACHES
- Arquímedes Narváez
- Lenin Peralta
- Ángel Noguera
pase al mundial
- Emiliano Garza González, 13 años.
- Jardinero derecho.
- Padres: Félix Alberto Garza Solís y Miriam González de Garza.
Recién cumplidos los 6 años de edad, poco después del Mundial del 2009 cuando los niños de la Liga Treviño Kelly participaron, Emiliano Garza González tomó la decisión de jugar beisbol.
Su inquietud surgió precisamente después de la transmisión de los partidos por la televisión. Le llamaron la atención y sus papás lo apoyaron.
A Miriam le sorprendió porque en su familia el deporte que se practica es el futbol.
“Ha sido mucho trabajo desde la primera selección que se hizo desde el 2010, cuando empezaron con las prácticas”, mencionó.
A los padres de familia de los beisbolistas les quedó muy claro en el 2011 lo lejos que llegarían sus hijos, pues en el juego nacional realizado en Monterrey realmente se esforzaron, siendo aún muy pequeños.
“Ahora que lograron ganar el pase para el mundial todos están emocionados. Su trabajo rindió resultados, las horas de entrenamiento, esas vacaciones que pasaron en el campo y tantas reuniones a las que no pudieron acudir al final valieron la pena, y eso los pone realmente felices”, expresó.
Emiliano además ha trabajado duro al compaginar la escuela y el deporte, más ahora que está en segundo grado en la Secundaria José de Escandón; las tareas son más pesadas que cuando estaba en primaria, pero aún así está feliz por lo que está viviendo.
Ha participado en torneos amistosos, algunos en Hermosillo, Sonora. Fue a los nacionales en Monterrey y es la primera vez que saldrán del país.
“Estamos muy orgullosos de nuestro hijo, y de todo el equipo, porque sabemos lo mucho que deseaban esto”, aseguró. Sus papás están agradecidos con Dios por permitirle a su hijo hacer lo que más ama en esta vida que es jugar beisbol.
“Estamos muy orgullosos y felices por los logros que mi hijo ha alcanzado a su corta edad, simplemente no podemos explicar la emoción que sentimos al ser los padres de un triunfador”, manifestó.
Cumple su sueño
- Abraham Hernández Ibarra, 13 años.
- Primera base y Jardinero.
- Padres: Rodolfo Hernández y Claudia Sofía Ibarra Sánchez.
- Hermano: Rodolfo.
Aquel día que acompañó a su hermano Rodolfo a un entrenamiento de beisbol, cuando tenía cuatro años de edad, despertó en Abraham su gusto por este deporte.
El coach y los compañeros lo invitaban a veces como “bateador especial” o de “cortesía”. Aprovechaba y se quedaba practicando con el equipo cuando podía.
A los 5 años fue seleccionado para representar a Tamaulipas en un torneo que se llevó a cabo en Piedras Negras, Coahuila.
De ahí en adelante siguió con sus entrenamientos y fue elegido junto con sus compañeros de equipo para asistir a varios torneos de la liga en la Ciudad de México, Ciudad Victoria, Matamoros y Nuevo Laredo.
Las tareas de la escuela, ahora que está la secundaria del Colegio Oxford, se complican un poco con los entrenamientos, ya que en ocasiones terminan tarde. No obstante, él sabe que está primero la escuela, porque si baja las calificaciones, su castigo será dejar de jugar y eso para Abraham no es opción, pues ama el beisbol.
“Estamos muy orgullosos y felices por él, porque apreciamos su esfuerzo. Cuando veníamos del torneo final me dijo: “mamá, sí sabes que estoy realizando mi sueño, ¿verdad?” Eso para nosotros es lo mejor, saber que él está haciendo lo que ama”, señaló Claudia.
Después de su participación en Williamsport, donde lucharán por obtener el título mundial, continuarán con los torneos y entrenamientos, sin dejar de lado la escuela, pues de grande quiere ser médico, sabe que tendrá que esforzarse más, pero también está consciente que para cumplir sus metas hay que trabajar duro.