En vísperas del Día de Muertos,
la calaca tilica y flaca hace su aparición
y con ella las calaveras
que son de su adoración.
Vayamos entonces a leer
lo que en CLASE
se escribe de éstas
y así de sus personajes
que las inspiran de veras.
De Reynosa y el Valle de Texas
la huesuda los trajo aquí
aunque ya para estos días
anden paseando en esquí.
MARIA AURORA RAMIREZ DE DURAN.
Por andar con sus amigas en la calle,
la Huesuda se la encontró
y luego, con gran donaire
al panteón se la llevó.
ELSA SANCHEZ DE GUTIERREZ.
Platicando las dos, un día,
se encontraban Elsa y la Calaca.
Juguemos a “las escondidas”
y si pierdes me entregas tu alma.
MARTHA ALICIA GONZALEZ DE PEÑA.
Una tarde se encontraba
Martha Alicia escribiendo sus memorias
cuando de pronto la Flaca la llama
para tocarle unas arias.
ANTONIO MATARAZZO BOVENZI.
Cocinando una pizza se encontraba
cuando de súbito la Flaca apareció.
¡Toñito, sírveme una rebanada
que esta noche te vas a mi panteón!
ARMANDO ZERTUCHE ZUANI.
Tranquilo en su despacho se encontraba
Armando leyendo una novela
cuando se le aparece la Calaca
para llevárselo con todos sus colegas.
JORGE CANTU.
Practicando su bateo un día
frente a todos conectó un jonrón,
cuando de pronto llegó la Flaquita
para guardarlo en su panteón.
YORGO ORFANOS.
Una tarde con sus amigos se encontraba
cuando la Calaca se le apareció,
de la impresión todito tiritaba
y ahora duerme en el panteón.
FABIOLA GUAJARDO.
Este año Fabiola colgó los tenis
y ya no cantará “Los Peregrinos”.
Hoy come solita en el “Denny’s”
degustando su copa de vino.
ANA MARIA BALLI.
Dama culta de sociedad
una exposición de pintura visitaba
cuando la invitan a un funeral…
¡era al de ella que la llevaban!
LOLINA FERNANDEZ DE GARZA URIBE.
Con los niños de Miradas de Esperanza
platicaba Lolina una tarde de otoño
y que los asusta a todos la Calaca
preparándoles en el cielo su velorio.
ESPERANZA BARRERA.
Una gran comida Esperancita preparaba
y de pronto, la Huesuda apareció.
Nos vamos, chula, a mi casa
porque esta noche ceno yo.
ALFREDO MORENO RICART.
Con desconsuelo y pena
Alfredo a mejor vida pasó.
Se escuchan a lo lejos las sirenas
porque en el cielo un zoológico inauguró.
ANTONIO DE SARO FLORES.
Con un paciente consultando
de súbito la Calaca se apareció.
Se murió don Antonio De Saro
y ya lo llevan al panteón.
PEPE ELIAS LEAL.
Trabajando como alcalde
Pepito se puso a gobernar.
Ven, güerito, no te tardes
porque hoy te voy a sepultar.
ARTURO VILLARREAL TIJERINA.
Muy quitado de la pena
Arturito se encontraba
admirando la azucena
que a su tumba La Catrina le llevaba.
ALFONSO SALINAS.
Ponchito alegaba con la Muerte
porque no se quería morir.
Hoy no estás de suerte
y en una fosa te voy a refundir.
TAMBIEN LLAMADOS PANTEONES…
Las calaveras son versos que nacieron en el siglo XIX a modo de epitafio burlesco y como modo de expresar ideas o sentimientos que en otras oportunidades sería difícil decir.
El periódico El Socialista, de Guadalajara, fue el que publicó las primeras calaveras en 1849.
Debido a que fueron usadas ciertas veces para demostrar alguna inconformidad, fueron reciamente censuradas o destruidas.
El tinte político no fue bien visto por la clase gubernamental así que se tenía la creencia de que serían efímeras, pero no fue así ya que hasta la fecha con las celebraciones del Día de Muertos surgen como parte de una tradición.
Los dibujos que suelen acompañarlas son conocidos con el nombre de La Catrina o Calavera Garbancera
Las calaveras literarias son versos irreverentes, escritos a modo de epitafios, retratando a las personas como si estuvieran muertas. Se utilizan para canalizar sentimientos aprovechando el contexto.