La tristeza, preocupación, ansiedad y estrés puede reducirse de una manera natural, al alcance de tu mano y tu no lo sabías.
Una de las principales recomendaciones que los médicos ofrecen a sus pacientes que padecen ansiedad o depresión, es caminar.
Se ha demostrado que puede ser una excelente terapia si se hace frecuentemente y a un ritmo sostenido favorece a la liberación de endocrinas, hormonas de la felicidad y es que tienen la particularidad de darnos esa sensación de relajarnos y hacernos sentir felices al mismo tiempo que reduce la producción de cortisol que es la hormona del estrés.
Los neurocientíficos de la Universidad de Princeton han dejado claro que los efectos de una caminada saludable es más que solo la producción momentánea de neurotransmisores y tienen la creencia que hacer esta actividad con frecuencia puede ayudar a la regenación del cerebro, ya que nos ayuda a vivir con menos estrés
La actividad física mejora el mecanismo de inhibición que evita que las células nerviosas más excitables se vuelvan hiperactivas.
En pocas palabras, en su ayuda a reorganizar el cerebro por eso es poco probable que las personas con una vida activa sufran de estrés o depresión.
Lo recomendable es realizar esta actividad al aire libre preferentemente un área verde a que esto ayudará a la relajación inmediata. Es necesario desconectarse por completo y disfrutar del paisaje por lo menos 30 minutos diarios.
Por el contrario, en las calles y centros comerciales tenemos que estar más atentos, por lo que no tenemos la oportunidad de desconectarnos por completo de nuestras preocupaciones y no permitir que nuestro cerebro descanse.