En la actualidad, el enfoque que le damos al rol del padre en el desarrollo emocional de nuestros hijos se ha transformado, tomando un nuevo escenario de crianza.
Se ha demostrado que la inclusión de los padres en la crianza de los hijos contribuye al sano desarrollo de los pequeños, se establecen vínculos afectivos (padre-hijo) y su figura significativa fortalece el desarrollo integral de los menores.
Anteriormente, la presencia de la madre en los primeros meses de gestación y los primeros meses de vida del recién nacido le restaban relevancia al rol del padre en la crianza de los hijos, situándolo solamente como el proveedor económico y la figura de autoridad ante la familia.
De esta forma se privaba a los hijos de la presencia paterna tan necesaria para generar apego emocional padre e hijo, ya que este vínculo solo puede ocurrir a través de la madre, desde el período de gestación.
La presencia del padre estimula una hormona llamada oxitocina la cual favorece el apego emocional con su hijo, debido a que se considera la hormona del amor, desarrollando emociones como ternura y deseos de cuidar a su hijo.
Es fundamental que la mamá del menor deje espacio al padre en la crianza del hijo, para que pueda proveer al infante de seguridad, confianza y reforzar su autoestima tan necesaria desde los primeros meses de gestación.
Un padre presente y activo es fundamental en la vida de un hijo, ya que transmite valores y establece límites si se involucra en los quehaceres de la casa y asume junto con la madre la crianza y el sano desarrollo emocional de los hijos lo que generará apegos seguros para los menores, proveerá de una conducta autónoma, independiente, con actitudes y habilidades cognitivas adecuadas. Mejorará el lenguaje, la comprensión, la resolución de problemas, el óptimo procesamiento de la información, desarrollo de la empatía, mejor manejo de las emociones, comunicación y desempeño académico.
Además de que los juegos con el papá son estimulantes para el menor porque promueven la estimulación y excitación en el niño.
La ausencia del padre en la vida del menor es muy probable que traerá en la adolescencia problemas conductuales, baja sociabilidad, inadecuado desarrollo cognitivo, pérdida de su identidad, inseguridad, soledad, depresión, consumo de drogas, alcoholismo, fracaso escolar o vagancia.
Un ambiente familiar sano en el que esté presente el rol del padre formará una personalidad fuerte en los hijos para enfrentar las adversidades que la vida les presente.
Por lo que este Día del Padre les invito a darle la importancia necesaria a la celebración y reconocimiento social, al igual que al día de las madres, ya que ambos roles son indispensables para el sano desarrollo emocional, cognitivo y conductual de los hijos. ¡Feliz día del Padre!