Con una misa de acción de gracias y una conferencia, celebra su séptimo aniversario.
En el 2008 Christus Muguerza, el Hospital de Reynosa se estableció aquí para ofrecer a la comunidad y al Valle de Texas los servicios de calidad que lo han distinguido desde sus inicios.
Para celebrar su séptimo aniversario, el 25 de marzo se llevó a cabo una misa de acción de gracias y una plática impartida por el piloto mexicano Luis “Chapulín” Díaz.
Con la presencia del director de la institución médica, Víctor Santillán, personal médico y administrativo se realizó un ritual de reflexión del Verbo Encarnado, por parte del obispo de la Diócesis de Matamoros, Ruy Rendón, quien estuvo acompañado por los sacerdotes José Luis Madrigal y Antonio Santamaría, ambos de esta ciudad.
Durante la ceremonia, oficiada en las instalaciones del hospital, se dio lectura a la Palabra de Dios. Además de orar, juntos pidieron por la salud de los enfermos.
Para terminar, el obispo bendijo las manos de los asistentes y pidió por su vida y por su familia.
En recuerdo a esta celebración, se les entregó un pin dorado con la imagen de unas manos unidas, además de una pequeña oración.
Acto seguido, Víctor Santillán les agradeció su presencia y los invitó a escuchar la conferencia.
CAMINO AL EXITO
En “La torre médica” del hospital se presentó Luis “Chapulín” Díaz, el reconocido piloto mexicano, quien habló sobre su experiencia profesional en las pistas de carrera.
Con el tema: “Camino al éxito”, el corredor internacional recordó que fue su padre, quien de pequeño le apodó “Chapulín”, por unas botas rojas que usaba, parecidas a las del personaje de “Chespirito”.
Mientras se mostraban imágenes de su infancia y de su vida piloteando un automóvil deportivo, Díaz contó la historia de un sueño que inició a los tres años de edad.
Reconoció que no tuvo mucha suerte, pues en su camino se encontró con múltiples obstáculos, principalmente la falta de dinero, pues sus padres eran de clase media y no podían comprarle un carro deportivo.
A los diez años, recordó, su padre, en su cumpleaños, le obsequió un Go Kart de medio uso, pero en realidad estaba en muy mal estado.
Aunque tenía piezas desvencijadas, señaló que ganó su primera carrera, gracias a que el acelerador se quedó pegado y él sólo esquivó a los demás participantes, para evitar un percance. ¡Claro, estaba aterrado!
A partir de ese momento, su gusto por este deporte y su tenacidad lo motivaron a continuar aprendiendo sobre carros de pista. No dudó en prepararse, porque siempre tuvo en mente ser un competidor de primera línea.
Reiteró que no fue fácil, que tuvo que luchar, sobre todo, con la falta de recursos económicos.
Aseguró que la base del éxito está en creer en uno mismo y no en la
suerte.
Con una sesión de fotos y de preguntas dirigidas al “Chapulín”, terminó una plática conmovedora, pero, sobre todo, motivadora, con un mensaje muy claro: “Llegar a la meta no es fácil, pero cuando se tiene la vocación y la perseverancia las piedras en el camino pueden hacerse a un lado”.
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