Asya cruzó el continente para visitar México, donde permanecerá durante un año gracias a un intercambio cultural promovido por Rotary Internacional.
Sentimientos encontrados vivió Asya Ecem Kirkaya al pisar tierras mexicanas el 10 de septiembre. Por una parte, la emoción de vivir una nueva experiencia en un país muy lejos de su natal Turquía le ponía los nervios de punta; por otro lado, la tristeza de no ver a su familia durante un año y estar sola en un país en el que no hablan su idioma.
Sin embargo, a sus 18 años está llena de sueños, metas y muchas ganas de conocer esta nación, de la que tanto ha escuchado hablar y la que ahora la recibe con los brazos abiertos.
Por un periodo de un año, Asya vivirá en este lado del continente americano con una distinguida familia de Reynosa, gracias a un intercambio estudiantil promovido por Rotary Internacional para impulsar a los estudiantes de diferentes escuelas de la localidad con un viaje a distintas partes del mundo.
Asya está interesada en aprender sobre la cultura e idiosincrasia de los mexicanos, así como también dar a conocer las costumbres y tradiciones de Turquía.
EXCELENCIA ACADEMICA
Durante el tiempo que esté en Reynosa cursará el último grado de bachillerato en el Instituto Internacional de Estudios Superiores (IIES), lo cual le ayudará a complementar más sus estudios profesionales, le dará la oportunidad de convivir con jóvenes de su edad y familiarizarse más con el idioma
español.
Asya concluyó la preparatoria en Turquía, sin embargo, para cumplir con los requisitos del intercambio cultural el Club Rotario le requiere cursar dos semestres en México, tener excelentes calificaciones y un buen nivel en aprovechamiento.
Para ella el idioma es lo que más se le complica, pero considera que el inglés la ayudará en sus estudios, para poder seguir adelante.
LA FAMILIA ADOPTIVA
A su llegada a esta frontera, fue recibida por la familia Macedo Valenzuela, quienes después de un largo proceso fueron seleccionados para albergar en su casa a esta joven estudiante; decisión que los llenó de alegría.
Mario Macedo Viña, Brenda Valenzuela de Macedo y Diego Macedo Valenzuela la recibieron en el aeropuerto de Reynosa con una gran manta que decía: “Bienvenida a México Asya”. Los abrazos y las sonrisas no se hicieron esperar.
Asya llegó con algunos regalos de Turquía en agradecimiento por su hospitalidad.
El primer platillo mexicano que tuvo la oportunidad de probar fueron las tostadas de frijoles, queso y carne adornadas con lechuga, aguacate, tomate y queso. Le encantaron y atrajeron por el colorido de sus ingredientes, tanto, que las presumió en las redes sociales.
Para Brenda de Macedo tener a Asya en su casa fue como si Dios le hubiera mandado a la niña que no tuvo, pues es madre de tres varones: Mario, el mayor, se encuentra en Monterrey estudiando la universidad; Andrés, está de intercambio en Brasil, y el menor, Diego, permanece en casa.
SIMILITUDES Y DIFERENCIAS
Para la joven turca hay ciertas semejanzas entre México y su país. La comida, por ejemplo, se parece en cuanto a que es muy condimentada.
El arroz, al igual que aquí, forma parte de su alimentación y, por supuesto, que se los preparará de la forma como lo hacen en Turquía.
El pollo y la carne roja, dijo, también se hacen de otra manera.
Sin embargo, reconoció que le sorprendió que el medio de transporte más utilizado sea el automóvil y los camiones; no vio gente caminando por las calles, contrario a lo que sucede en su país.
Los coches, mencionó, se utilizan sólo para distancias muy grandes.
Brenda, por su parte, le explicó que en Reynosa por ser una ciudad vecina a Estados Unidos, las personas han adoptado ciertas costumbres de allá, y una de éstas es el uso del carro.
Para Asya otra de las similitudes que encuentra entre los dos países es que en el extranjero, a través de las películas, se proyecta una imagen muy diferente a cómo son en realidad.
DESDE TURQUIA CON AMOR
Sin las manos vacías llegó Asya a Reynosa, pues de alguna manera quería agradecer la hospitalidad de la familia que la recibió con los brazos abiertos.
Uno de los regalos más significativos que les trajo es un “Nadar bocuğu”, una especie de amuleto que consta de tres elefantes metálicos y un ojo de vidrio, considerado símbolo de la suerte y de protección.
Aclaró que es una costumbre y colocarlo en la casa, la cuidará de las malas influencias.
También les dio a probar un “Turkish deligth” ó “lokum”, que son dulces típicos de Turquía. Su textura es gelatinosa, como el caramelo blando, hecho de almíbar. El “lokum” acompaña generalmente al café turco, que también se prepara de una manera especial.
Entre otras de las cosas que trajo está el “Narguile”, “shisha” o “hookah” que sirve como inhalador de aromas de hierbas como el jazmín. Lo usan los jóvenes mayores de quince años de edad sin que les cause tanto daño como el cigarro.
El café turco (Türk kahvesi) es muy especial, así que Asya también empacó en su maleta un cezve que es una vasija de cobre con asa de madera donde se prepara.
El procedimiento consiste en colocarlo sobre el fuego con agua y cuando está hirviendo se le agrega una cucharada de café y media de azúcar por cada taza. Al hervir de nuevo se retira de la lumbre y se sirve espumoso en tazas pequeñas.
Comentó que la lectura del café es una tradición en su país y se hace después de haberlo consumido.
Sin duda, es una experiencia que Asya compartirá con su familia y amigos, con quienes se comunica a diario por medio de Internet.
Rotary Internacional
cada año realiza intercambios
culturales para que los jóvenes
conozcan sobre otras culturas.
El compromiso es conocer el
idioma del país, además de cursar un año escolar con excelentes calificaciones, aunque ya hayan terminado el bachillerato.
El Distrito Rosario, conformado por Tamaulipas y Nuevo León, reciben la visita de jóvenes de todas partes del mundo, por lo que se organizan reuniones y viajes los fines de semana dentro de la República Mexicana para que aprendan más sobre el lugar.
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