Por: Cynthia Robles Welch
Nuestros niños hoy en día son privilegiados, están desarrollándose en un mundo que jamás en la historia había llegado a tener alternativas educativas tan avanzadas.
En primaria tienen acceso a trabajar con computadoras y están conectados gran parte del tiempo a la red (los padres de familia ni se diga). No conciben el mundo de otra forma, eso les estamos heredando. Considero una parte relevante que se debe valorar, pero buscando el balance.
Por absurdo que parezca con todos estos privilegios los niños están siendo alejados de los privilegios básicos que le aporta en su desarrollo conectar con la naturaleza.
Invariablemente escucho en el parque limitar a los niños con frases como: “te vas a ensuciar”, “si continúas agarrando tierra te vas a enfermar”… Afirmaciones que limitan a los niños para crecer cerca de la naturaleza.
Un grupo de investigadores ha constatado que el medio natural hace a los niños más fuertes para afrontar el estrés y ser más respetuosos con el medio ambiente. En definitiva, contribuye a su bienestar.
Llegaron a esta conclusión mientras intentaban conocer y definir el “Trastorno por Déficit de Naturaleza”, es decir, la falta de contacto directo con el medio natural.
“La vida cotidiana actual nos aleja de los espacios naturales y nuestro sistema nervioso y el funcionamiento psicológico requiere contacto continuo con la naturaleza para nuestro bienestar. Al fin y al cabo, vivimos en las ciudades desde hace poco”, explica José Antonio Corraliza, catedrático de psicología ambiental en la Universidad Autónoma de Madrid, en colaboración con Silvia Collado, investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Los especialistas han comprobado que el TDN se puede producir en cualquier entorno. Tanto en la ciudad como en el medio rural han llegado los nuevos hábitos infantiles y se ha incrementado el consumo de tecnologías.
“Un niño ya puede jugar al tenis con la Wii», insiste el investigador.
Este trastorno se vincula, a su vez, con cuatro patologías: aumento de la obesidad, enfermedades respiratorias, déficit de atención con hiperactividad e hipovitaminosis D (falta de esta vitamina que se obtiene en buena medida de la exposición al sol).
La invitación es a jugar con nuestros hijos al aire libre, dar caminatas en familia, dejarlos que conozcan su entorno, permitirles y permitirnos conectar con el medio natural al cual pertenecemos.
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