Es la frase de un sticker para promover la fe de quien se conoce como el sacerdote vaquero, un hombre amigable que viste de sombrero y botas, y en sus misas tiene como invitados algunos perros que parecen sus monaguillos.
Dios lo bendiga padre”, grita un automovilista en la calle, mientras le regresa el saludo con una mano extendida.
Es Roy Snipes, una persona muy querida en la comunidad, conocida como el “Cowboy Priest” (sacerdote vaquero) que usa sombrero y bandana en eventos no oficiales.
Tiene un gusto por el campo, lo que le permite vestir así de la misma forma como lleva su mensaje de amor a cientos de personas de una manera diferente. Hasta se da el gusto en ocasiones de asistir a una carne asada y tomarse un par de cervezas Lone Star.
“No tomo muchas ¿eh?”, aclara.
Un ambiente country se respira en la oficina, los muebles están hechos de troncos de árbol, las paredes son de madera, en una chimenea varias botas navideñas permanecen colgadas y es fácil identificar la que le pertenece, porque tiene una figura de perrito.
El actor John Wayne destaca, a quien Snipes llama en son de broma “el santo patrón no oficial” y un sticker advierte “Don’t mess with Father Roy” (No te metas con el padre Roy), por su carácter duro, pero en realidad se trata de una broma porque es muy amigable.
A sus 72 años se ve fuerte y es accesible con todas las personas a las que saluda de mano, de ser posible. De su familia tiene contacto con una hermana y sobrinos en San Antonio, Texas, de donde es originario, aunque un hermano recientemente falleció.
Para el presbítero de ojos azules y pelo cano el secreto de su vitalidad es “la chispa del amor de Dios”.
A pesar de la temperatura gélida y de una lluvia chipi-chipi, cientos de personas acudieron a la ceremonia religiosa que ofreció el padre Roy el 31 de diciembre a las 12:30 horas en la iglesia Our Lady of Guadalupe.
“Esta misa vale por la de fin de año”, dice en la homilía, porque los feligreses acostumbran asistir los domingos.
Cerca de 700 asistentes participaron en la celebración que incluyó música, cánticos con música de mariachi, algunos villancicos, así como lecturas de la palabra en inglés y español.
Horas antes de las 9:00 canceló su asistencia por un resfriado, los fieles católicos se perdieron su mensaje en este momento, pero tiempo después decidió ponerse de pie y cambiar su semblante triste por una sonrisa, para atenderlos al mediodía en este día tan especial.
No parece que estuvo enfermo. Snipes llegó sonriente a la ceremonia religiosa portando una sotana blanca que en la espalda tiene la imagen de la Virgen de Guadalupe. Lo acompañan tres personajes singulares: el pastor alemán “Bendito”, la labrador café “Charlotte”, así como “Newly” un pequeño mestizo, los dos últimos rescatados de la calle; parecían monaguillos.
“Se portan bien, ellos me acompañan y no hacen travesuras ni ladran; entran conmigo y salen también al final de la misa, casi ni se nota que están ahí”, explica.
De hecho los canes no se asustan con la multitud, sólo recorren de manera pausada lo largo de los pasillos para regresar al altar y reposar atrás de éste, cerca de donde ofrecen la homilía.
“Bendito” es hijo de otros perros rescatados: “Cantina” y “Grizzly”. En total podría tener cerca de diez perros que cuida de ellos o donarlos a alguna familia si se comprometen en cuidarlos. Es mucho el cariño por sus mascotas
“El perro (Newly) estaba en medio del tráfico, cerca del estacionamiento de HEB, era evidente que estaba perdido”, dijo, quien tiene 37 años como sacerdote y pertenece a la orden católica de Misioneros Oblatos de María Inmaculada, que llegaron al Valle de Texas en 1849, es decir hace más de 160 años.
Hace algunos meses una noticia se hizo viral al quedarse con “Ceniza”, un pastor alemán que fue maltratado por su dueño al arrastrarlo amarrado a una motocicleta.
Snipes tiene 25 años de vivir
en Mission, pasó antes varios años en la ciudad de Roma, Texas. En aquella ocasión trajo a “Magna”, una pastor alemán que se hizo popular en la iglesia y lo acompañó a todas sus actividades de una manera cotidana, fue tan importante que sus cenizas se encuentran en el patio trasero de la iglesia desde 1999, donde hay un pequeño cementerio y una escultura preserva su memoria.
También la calle Sexta, la principal de la iglesia, ya es conocida oficialmente como Magna Drive. En esta época una figura pequeña de barro de este can acompaña a un enorme nacimiento donde destacan María, José, el Niño Dios, el ángel Gabriel, dos pastores, ovejas, el burro y la vaca.
Los feligreses pueden tomarse fotografías o rezarle a la
Sagrada Familia.
“Magna es la tatarabuela del grandulón (Bendito). En aquel tiempo que vivía en Roma, algunos me dijeron que tal vez no la iban a querer, pero no fue así, la gente estaba encantada con ella”, indicó.
UNA PEQUEÑA GRANJA
Cerca de su oficina el padre mandó construir en el exterior una granja, para que estuvieran varios animales, entre otros sus perros, un pavo real, varias gallinas y hasta una llama. Es una buena excusa para tener un tema de conversación y romper el hielo con los feligreses.
“A los niños les digo de chiste que cantan mejor que el ave más bonita, el pavo real. ¿Lo han escuchado cantar? Es fácil hacerlo mejor que él”, expresó sonriendo por la ironía, para invitar a los pequeños a superar los graznidos.
También está “Filomena”, una llama que aprovecha para acompañar a un par de burros en un nacimiento viviente. A ella le ofrece una zanahoria para que se acerque para una fotografía, pero tiene que esconder primero a “Bendito”, porque le tiene miedo, tal vez porque lo confunde con un enorme oso.
A los niños les dice que ella es “el camello” que vino del Oriente con Baltazar, el rey mago, acompañado de Melchor y Gaspar quienes arribaron a la frontera en un par de burros, porque el elefante y caballo se quedaron en Belén.
Ella tiene pocos meses de haber llegado, porque “Nacho”, otra llama, recién falleció el verano pasado, por lo que los feligreses le encontraron su reemplazo.
La pasión que tiene por las mascotas, la responde de una manera clara: “las criaturas nos hablan del Creador y nos ponen en contacto con Él”, además son buenas para disminuir el estrés del trabajo diario.
Sus tres perros lo siguen para todos lados, no sólo durante la celebración de la misa, hasta duermen con él adentro de su cuarto.
En su sermón dominical recalcó la unidad familiar que tuvieron José y María al hacer su recorrido por el desierto para llegar a Belén, donde nacería Jesús en un pesebre.
Entonces recordó el carácter de su tío Phil, que como muchas personas, se ponen de mal humor en estas fechas, pero que al final por el amor que le dieron en su casa, pudo reflexionar gracias a la convivencia y al amor de Dios que recibe.
Azalia Ávila, una feligrés, se refirió al padre Roy como “un tesoro por su buen corazón, por la forma en cómo nos da los sermones y el espíritu de la palabra de Cristo”.
Señaló que ella ve con agrado que recurra a los animales para dar su mensaje y que en ningún momento esto ha representado un problema.
LA LOMITA
La iglesia Our Lady of Guadalupe tiene conexión con La Lomita, ubicada a cuatro millas (6.4 kilómetros) de ahí, hasta donde hacen procesión durante el Domingo de Ramos, en Semana Santa.
En noviembre cerca de 600 personas respondieron al llamado para participar en una marcha pacífica en contra de la construcción del muro fronterizo, que partió de la iglesia hasta la capilla La Lomita. El presbítero es un defensor de los derechos humanos, conoce la comunidad y defiende a los migrantes.
Ary Solís, quien llegó a la iglesia desde niño como monaguillo, señaló que no hay otro igual que el “Padre Vaquero”, por su entusiasmo y la entrega en todo lo que realiza.
“Es uno en un millón, aquí sus noticias llegan a todas partes desde California hasta el New York Times, siempre está haciendo algo nuevo, ésta no será la última noticia que se publique de él… además es un gran ejemplo para todos nosotros”, expresó el joven.
Mientras tanto el Padre Cowboy sube a su habitación a tomar un breve descanso, le espera una agenda muy apretada en este año.
Él siempre tiene mucho trabajo, es muy solicitado para atender confesiones, misas, bodas, bautizos, confirmaciones, primeras comuniones, ceremonias para difuntos, graduaciones, también de bendiciones a parejas, cruces, rosarios y hasta autos nuevos.
Además de sus ocupaciones, tal vez se hallará otro perro abandonado y lo recogerá, para integrarlo a la comunidad de la iglesia Our Lady of Guadalupe. Sin días de asueto él es un ejemplo de compasión para las que llama “las criaturas” de Dios.
“No me quejo, es un problema bueno”, dijo quien tiene estudios en biología de la Universidad Texas A&M, mientras se escuchaba el canto de un gallo, algo poco común en las calles transitadas de Mission.
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