El tema de los límites suele llevar al debate y a la controversia en el campo de la educación. Entran en juego nuestras creencias sobre los propios límites y su beneficio, aunque también estamos condicionados por las propias experiencias cuando fuimos hijos.
La gran noticia es que todos los niños necesitan de límites y normas para desarrollarse sana y felizmente en cualquier área de su vida. De hecho, se trata de una necesidad del cerebro del niño para que sean felices.
Lo más importante es que los límites deben estar claros y gozar de coherencia y sentido común, aunque es seguro que muchos de ustedes ya lo saben es una de las tareas más arduas en la profesión de madres y padres.
El neuropsicólogo y doctor en psicología Álvaro Bilbao afirma que existe toda una región del cerebro dedicada exclusivamente a fijar límites, a hacerlos valer y a ayudar a las personas a tolerar la frustración que supone su cumplimiento.
Añade que esta región, llamada prefrontal, es la más importante para conseguir la felicidad, esta corteza es la encargada, entre otros aspectos, de:
•Trabajar por la interiorización de las normas de la casa, el trabajo, el colegio, el juego, el supermercado o las de la circulación por carretera.
•Posibilitar el autocontrol. La corteza asume la función de filtro de autocontrol para el cerebro más primitivo no sea el que actúe, por ejemplo, pegando o rompiendo algo cuando estamos enfadados.
•Planificar y organizar las tareas: de la escuela, recoger los juguetes de la habitación o preparar una fiesta de cumpleaños.
La vida, casi sin darnos cuenta, nos va poniendo límites, por ejemplo, en la carretera cuando conducimos, y eso no es negociable bajo ningún concepto.
De la misma manera debemos ir poniéndoles límites a nuestros hijos: de forma coherente y sin antojos por nuestra parte.
Es decir, si después de cenar no se ve televisión, pues no se verá, aunque el niño esté insoportable.
Recuerden siempre que nuestro cerebro necesita las funciones ejecutivas y son para lograr organizarnos, mamis y papis, no le tengan miedo a poner límites. Bien utilizados son necesarios para el adecuado desarrollo de nuestros hijos.