Un lugar lleno de extraños, una definición de ciudad es lo que acabo de escuchar, y eso me hizo pensar en como me vengo sintiendo desde hace unos años a la fecha en el lugar que habito.
Monterrey, la gran sultana del norte, conocida por su gente emprendedora y trabajadora, San Pedro Garza García, se escucha por ahí que es el municipio más rico de México; vivir aquí pudiera ser de privilegiados, pero yo que lo respiro tengo una percepción sumamente distinta.
Fortalezas y edificios emergiendo sin sentido y sin respeto, me hablan de marginación que está latente hasta para el que viene de paso.
El lugar donde se cuenta mi historia y la de mi familia, rara vez tiene banquetas dignas, y parece que el acto de caminar es sólo para los menos privilegiados, ellos que sin mucha esperanza de una buena calidad de vida, caminan entre smog y dejando pasar lentamente su vida viendo de frente la decadente historia de un sistema urbano colapsado.
Los más privilegiados, además de tener más de 4 autos promedio por familia salen sin conciencia a hacer ejercicio en una de las avenidas más bonitas pero más contaminadas.
La ciudad que habito ha adoptado el modelo fracaso de las grandes ciudades texanas. Y sin embargo, de eso se enorgullecen sus habitantes. Se pueden pasar dias enteros sin hacer contacto visual ni obtener una sonrisa.
Pero lo que si hay para dar y regalar, es contaminación de todo tipo, la número uno es la ambiental, claxons por doquier, miradas llenas de desesperación e ira, locura desenfrenada, violencia injustificada, falta de respeto por el vecino, cero empatía por el prójimo y todos estos mensajes dan forma a eso que llamamos ciudad.
¿Qué se puede esperar de una ciudad en donde los espacios públicos están secuestrados? El ego y la ignorancia, hacen mancuerna en esta ecuación, aquí la marginación esta a flor de piel, aquellos privilegiados económicamente mantienen irónicamente nuestros parques bellos y verdes pero con un candado para que los que si caminan no los ensucien.
Si bien una ciudad es un lugar lleno de extraños, la única forma de que estas ciudades florezcan es procurando y provocando el buen encuentro de los extraños, para que de manera natural resurja la magia del convivir y compartir.
Se han empeñado en convencernos de que los centros comerciales, farmacias y tienditas de conveniencia en cada esquina, colegios y escuelas, colonias cerradas son la opción más saludable para nuestro privilegiado estilo de vida.
Teorías prácticas erróneas que derivan simplemente en una sociedad distante hueca llena de dolor, que hace que sus habitantes cierren círculos y vivan dependientes de fármacos para evitar la soledad y la depresión. Llenando sus vacíos con grandes festines de comida rápida, y esto a su vez nos provoque enfermedad y más soledad.
Tristeza profunda anulada, disfrazada de triunfo capitalista.
Marginar, segregar, lastimar, destruir, se han vuelto la especialidad de nuestra raza, y esto forma parte del esqueleto que también construye la ciudad. Nuestra ciudad esta hecha de episodios, tanto los alegres como los desafortunados, este cúmulo de múltiples experiencias es lo que le da vida a nuestras ciudades y comunidades. Vamos dejando el análisis y entrándole a nuestra responsabilidad. Tu opinión cuenta pero cuenta más tu iniciativa, ¿Por donde empezamos con este desastre?