El trastorno de personalidad narcisista se refiere a una persona, ya sea hombre o mujer, que tiene ciertas características muy particulares que lo diferencian del resto de los simples mortales, como lo es su excesiva vanidad, su amor propio muy por encima de todos, su carácter egocéntrico, su personalidad en la que aparentan ser muy seguros de sí mismos aunque en el fondo son muy inseguros, y les gusta mantener el control sobre las personas que están a su alrededor, especialmente si se trata de su pareja. Son personas encantadoras a simple vista, aparentan ser excelentes amigos, pero en la relación de pareja y al cerrar la puerta son totalmente distintos. Seguramente ya habrás escuchado hablar de este trastorno de personalidad y en esta ocasión voy a enfatizar un poco en el descarte del narcisista, ya que la víctima generalmente se queda en la zozobra al no saber qué sucedió una vez terminada la relación, y más aún con un gran sentimiento de culpa y baja autoestima.
Tuve una paciente durante esta semana (de la cual omitiré su nombre por respeto a su privacidad y obvias razones), que me llega muy sorprendida por cosas que descubrió en el celular de su pareja.
Mencionó que eran varias mujeres con las que él tenía una relación con connotación sexual a espaldas, obviamente de ella. El lo negó siempre y en todo momento, lo cual me hizo recordar aquella frase que decía un vecino en mi niñez: “usted niegue que fue a la fiesta, aunque le encuentren confeti entre la ropa”.
Debido a las características del tipo de relación que ella llevaba con él, me di cuenta de inmediato que se trataba de un hombre con personalidad narcisista, por esa y otras características y acciones que sucedieron durante la relación que ella comenta. Durante la charla que tuvimos en sesión, identifico en ella una gran desilusión, decepción, coraje, indignación y otras reacciones más, propias de un desengaño como el que está viviendo.
Sin embargo, desde mi perspectiva y experiencia personal con un personaje similar al que tenemos en cuestión, pude proyectarme en ella y ser empática con sus sentimientos, motivos que originan la idea de hacer esta nota para que los que leen esta columna puedan identificar si se trata de un caso parecido al que están viviendo en su relación de pareja.
Al inicio de una relación con un narcisista, la primera impresión que te da es el de la persona perfecta que estabas buscando, y que Dios mandó hacer exactamente para lo que estás necesitando en ese momento.
Como lo dije son encantadores, románticos, tiernos, complacientes, y todo lo extremadamente perfectos que puedes imaginarte. Pero una vez que ya te tiene segura en una relación, viene una etapa en la que te aíslan de tu vida social, familiar, e incluso laboral con la finalidad de mantener el control sobre ti. De esta manera, se aseguran de que no podrás librarte tan fácil de la relación.
Una vez que este periodo de aislamiento sucede y se sienten seguros, viene la etapa de “el descarte”, en la que pasa el enamoramiento y ahora que ya se siente seguro de ti. Buscará entonces nuevas relaciones que le provean del combustible que necesitan para satisfacer su frágil ego. Pierden el interés por la relación y buscan nuevas aventuras, como si se tratase de obtener un juguete nuevo que le haga sentir un logro en su muy desgastada autoestima.
La víctima del narcisista después de esta experiencia y descubrir sus fechorías, además de sentirse desilusionada, por lo general queda confundida y con sentimiento de culpa, provocado por el narcisista. Lo justifica al decir que no fue atendido o procurado como él se lo merecía.
Si la víctima cuenta con una buena autoestima será muy fácil superar esta experiencia, de no ser así, seguramente ocupará de ayuda profesional para superar este trauma.
Como siempre la recomendación es: si te identificas con el tema, busca ayuda profesional, para que puedas recuperarte con éxito de un trauma como este.