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El plan: salvar al planeta….una teoría conspiranóica

15 de abril de 2020 por Susana Valdés Levy


De todas las teorías conspiranóicas que se han difundido en torno al tema de la pandemia por coronavirus, la que más me gusta es la que asegura que esto fue un plan maestro orquestado por ciertas sociedades secretas a niveles mundiales muy altos. De esas sociedades secretas que agrupan a los gobiernos, que practican ritos esotéricos en catacumbas subterráneas y tienen conexiones con extraterrestres y otros seres superiores.

Cuentan las conspiranóicas que estas sociedades secretas se reunieron en una cumbre donde acordaron aportar inconmensurables sumas de dinero provenientes de las enormes fortunas de sus miembros, para contratar a los más destacados genios, científicos y especialistas eruditos del mundo con el fin de desarrollar un plan para salvar al planeta de la inminente destrucción provocada por la humanidad.

Entre los sabios convocados había matemáticos, biólogos, sociólogos, químicos, economistas, comunicadores propagandistas, doctores en medicina, ingenieros y muchos otros intelectuales superdotados. Todos y cada uno de ellos siendo los mejores del mundo en su área de especialidad. Juntos, analizaron la situación en la que se encontraba el planeta. Concluyeron que el problema era muy grave. La Tierra estaba entrando en una fase terminal: el derretimiento de los polos el cambio climático, la mala calidad del aire, la contaminación de los océanos, la deforestación de las selvas y bosques, la extinción de muchas especies de plantas y animales, la gradual desertificación de lo que antes fuera tierra fértil, la sobrepoblación y tantos otros abusos extremos causados por el hombre, habían llevado al planeta al borde de un cataclismo y del fin.

Los eruditos dieron su veredicto. El problema es uno solo: la humanidad. La raza humana se ha desbordado como especie y la sociedad humana postmoderna es insustentable, tanto por su cantidad como por su calidad. El hiperconsumo necesario para sostener el ritmo de la economía global, está carcomiendo al planeta hasta sus entrañas. Es algo así como un cáncer global. La única solución es encontrar la manera de frenar radicalmente la actividad humana. Esto es: detener su tránsito y movilidad, restringir el consumo, y por ende la híper-producción y la explotación inmoderada de los recursos naturales. Debemos lograr que las personas se recluyan en sus casas por espacio de por lo menos dos o tres meses, en primavera, que es cuando la naturaleza se regenera. Pero también, debemos reducir el número de personas que habitan el planeta. ¿Cómo se podría lograr todo eso de un solo golpe? ¿Cuál es el plan?

Una pandemia-dijo el coordinador del grupo de eruditos. Una pandemia puede cumplir con todos estos objetivos a la vez. Primero, crearemos un virus que solamente afecte a los humanos. Empezaremos por el país más poblado del mundo que es China y desde ahí se dispersara gradualmente hacia el Occidente. En el proceso se generará pánico, lo que hará que los gobiernos convoquen a sus pueblos a resguardarse. Así se detendrá gran parte de la actividad humana en todos los ámbitos: fábricas, comercios, escuelas, espectáculos; se detendrá el consumo, se desplomará la economía voraz. La gente sentirá miedo, tratará de refugiarse, no podrán reunirse en grandes grupos para así evitar contagios, lo que permitirá que no se organicen motines. Aun así muchos miles, quizás millones, se contagiarán, enfermarán y morirán.

Los gobiernos darán prioridad a brindarles atención a los jóvenes en edad productiva, los viejos serán dejados a su suerte, que no será buena. Los que sobrevivan quedarán tan asustados y empobrecidos que no querrán tener hijos en un mundo así. Pero pasado un tiempo, habrán aprendido una nueva forma de vivir o de sobrevivir agrediendo menos al planeta. Pero por lo pronto, mientras la humanidad se constriñe, la naturaleza se recuperará y con ella el equilibrio del planeta. Una vez recuperado el balance, tendremos listo el antídoto que detendrá la pandemia. No hay otra solución. De seguir así, el mundo tiene los días contados, y entonces no habrá ni planeta, ni naturaleza y mucho menos humanidad. O mueren unos para que sobrevivan otros,… o moriremos todos junto con la Tierra. Es importante aclarar que no hay manera de seleccionar quién vivirá y quién morirá. Mucho dependerá del sentido común, de sus propios sistemas inmunológicos, de su genética y su habilidad para protegerse del contagio. El proceso opera de forma similar a un proceso de selección natural. Sobrevivirán los más fuertes genética, física y mentalmente.

Los miembros de la secta secreta dieron el visto bueno al plan. Adelante- dijeron unánimemente los miembros de la poderosa élite. El virus fue sembrado en China en el último mes del último año de la segunda década del milenio. Los miembros de la sociedad secreta se refugiaron en sus bunkers donde están ahora mientras el plan sigue su curso. Los demás vivimos en una especie de lotería, en una ruleta rusa biológica. El plan es para salvar al planeta y con el planeta a la humanidad, pero no a todos. Solo los necesarios para un nuevo comienzo.

Categoría: Columnas

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