La moda internacional descubre el rostro de México a través de una de sus prendas artesanales más representativas: el rebozo, usándolo como complemento del vestuario.
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Hechos con el corazón, las manos y la creatividad de los artesanos mexicanos, los rebozos han trascendido fronteras y se lucen por el mundo en los principales desfiles de moda. Reconocidos diseñadores y hasta en museos y festivales los muestran como verdaderas obras.
Como parte de la cultura e identidad de los mexicanos, este lienzo rectangular de diferentes colores, materiales y texturas ha pasado de ser una prenda para cubrir el rostro y como medio de carga, a una pieza de vestir o complemento del outfit, tanto para llevar en el día a un desayuno, como en la tarde a un coctel o, bien, a una cena de gala.
Tal es su belleza, versatilidad y variedad de costos que puede ser usado por la mayoría de las personas. Pero el conocido como “de bolita”, tejido con uno de los hilos más delgados, de algodón calibre 200 0 140, cuya textura al tacto es tan suave como el rebozo de seda, y puede introducirse sin dificultad a través de un anillo es, sin duda, muy apreciado.
DE EXHIBICIÓN
La colección de rebozos del diplomático Robert Everts ya son parte del Museo Franz Mayer. Una selección de 18 piezas tejidas en México, en telar de cintura. Rebozos únicos, la mayoría de seda, otros de algodón y algunos con hilos de oro y plata.
También han sido parte de la exposición “Made in México” en el Museo de Moda y Textil de Londres, donde el rebozo tipo chal que usaba la artista Frida Kahlo fue uno de los más aplaudidos.
La finalidad fue dar a conocer el rol que la moda ha jugado en la promoción de la cultura mexicana alrededor del mundo desde el siglo XVII hasta hoy, en donde se destacó el papel del rebozo como símbolo de identidad mexicana.
Participaron más de 50 obras originales de artistas, fotógrafos y diseñadores de moda contemporáneos mexicanos y británicos, inspirados en el rebozo. Entre ellos: Zandra Rhodes y Kaffe Fassett, Francisco Toledo, Graciela Iturbide y Carla Fernández.
Este año, el diseñador mexicano Benito Santos presentó su colección “María Mía” en la Miami Fashion Week, donde también los rebozos mexicanos fueron los protagonistas.
Sin embargo, la primera en darle a esta prenda un papel estelar al incluirlo como materia prima en algunas de sus creaciones fue Beatriz Russek, quien fue la que inspiró a Lydia Lavín, Carla Fernández y Carmen Rion para integrar en sus diseños textiles artesanales.
ORIGEN
Aunque el origen del rebozo tiene varias teorías, es una prenda que fue utilizada por las adelitas en la Revolución Mexicana, y así como sus cananas, lo llevaban de igual manera a todos lados.
Por un lado, se dice que proviene de la India o que pudo ser una derivación de las famosas mantillas españolas. También se ha mencionado que surge de la combinación del ayate indígena o del mamatl.
Aunque eran utilizados por hombres y mujeres para cargar y transportar mercancías, su uso nació de la necesidad que tenían las mujeres mestizas de cubrirse la cabeza, los hombros, el pecho y la espalda a modo de abrigo; también se empleaba para envolver a un niño y cargarlo.
La elaboración de los rebozos es en nuestros días parte del patrimonio cultural en casi todo México.