El nombre de María Aurora Ramírez de Durán es familiar en Reynosa y el Valle de Texas, ya sea por celebrar en todo momento la vida al lado de sus amigas, esposo e hijo, o por su callada labor altruista que le nace del corazón.
Siempre con una sonrisa en los labios, María Aurora Ramírez de Durán es de esas personas que no faltan en las listas de invitados a una fiesta, ya sea entre amigas, con la familia o por cuestiones de trabajo.
En las crónicas sociales siempre aparece en las primeras planas y, según cuenta, desde que tenía tres años con sus padres andaba por todos
lados.
Es hija menor del matrimonio formado por Raúl Ramírez Ramírez y Aurora Garza González, María Aurora Ramírez de Durán disfrutó mucho más a sus padres que sus hermanos mayores: Raúl y Hugo (†); incluso podría decirse que fue hija única, ya que hay una diferencia de 14 años con Marisela Ramírez de Pérez, su hermana mayor.
Esta situación provocó que su vida social iniciara siendo muy pequeña, pues con apenas tres años acompañaba a sus papás a viajes y era parte de las diversas actividades que compartían con su grupo de conocidos.
El protocolo era siempre el mismo: primero ir al “Imperial”, un reconocido hotel de aquellos años en donde la crema y nata de la sociedad se reunía para disfrutar de una velada muy amena entre amigos o con la familia. Para aprovechar que el lugar era de su tío Fausto Ramírez, sus papás pasaban a saludarlo y tomar una copa de vino. Sin dejar de lado a la pequeña María Aurora, y de alguna manera hacerla partícipe del momento, le servían una copita con una bebida sabor cereza, ella se sentía como toda una adulta bebiendo igual que las personas mayores.
“Todo era muy elegante en aquel entonces”, recuerda.
Enseguida, acudían al restaurante “La Cucaracha”, que en aquel momento estaba ubicado en donde años después se instaló el bar “La Concha”, era el más elegante y distinguido lugar de nuestra ciudad, punto de reunión de las familias conocidas. Ahí don Raúl y doña Aurora pedían un platillo para ”grandes”; la pequeña Aurorita no se quedaba atrás y solicitaba uno para ella también.
“Todos se acercaban a saludarnos, mis papás eran muy apreciados por todos, yo crecí rodeada de personas adultas”, comenta.
Cuando María Aurora cumplió los cinco años con la edad para ingresar al jardín de niños, su papá se opuso pues no quería separarse de ella, la menor de sus hijas: quería tenerla más tiempo con él para disfrutar de su alegría y travesuras.
Esa fue la razón por la cual la niña no fue matriculada en ese momento, sólo estuvo un mes para que tuviera la oportunidad de participar en las rondas infantiles y supiera lo que era ser parte de estas actividades tan populares en las escuelas. Claro, también le ayudó que la directora del plantel era tía suya.
Sin embargo, llegó el momento de inscribirla a la primaria, pero debido a que no había asistido al jardín de niños, no podían aceptarla. Su mamá les aseguró que en verano recibiría clases particulares y aprendería lo que en un año pudieran haberle enseñado en el kínder. Gracias al curso intensivo que una maestra le dio, aprendió a leer y a escribir. A los cinco años fue a la primaria, ya que en octubre cumplía los seis.
Hasta ese momento, su vida social se limitaba a las amistades de sus padres, a las reuniones, viajes y cenas elegantes en el restaurante de costumbre, por lo que ella convivía poco con niños de su edad, hasta que ingresó al instituto Colón.
“Yo creo que ahí inició mi vida social, porque fue ahí que conocí a mis amigas de siempre”, reconoce.
Las primeras niñas con las que inició una amistad fueron Chacha González, Gema Ramírez (†), Lupita Tijerina, Ileana Villarreal, Marimar Villarreal, Fabiola Balderas, Adriana Guzmán y Lety Urtusástegui con quienes compartía y aún comparte, desde entonces, inolvidables mo-
mentos.
Con ellas empezaron las fiestas de cumpleaños, las primeras comuniones y otros festejos a los que no faltaba. En aquel tiempo, menciona, los festejos infantiles eran muy diferentes, sin tanto lujo como los de hoy.
“Las mamás preparaban ensaladita, tamales o sandwiches, refrescos, invitabas a tus amiguitas, un pastelito, se apagaba la velita y ya. Todo era muy sencillo, además de bonito”, considera.
Al trasladarse a la época de su niñez, María Aurora señala que a las reuniones, las niñas, cuando eran muy pequeñas, las podía acompañar su mamá, pero de adolescentes sólo las dejaban en casa de la festejada, pues no se estilaban los salones de eventos. Como compraban los refrescos de botellas pequeñas, la compañía les prestaba las mesas y las sillas de madera, por lo que no tenían que rentar en otro lugar.
El ambiente siempre era muy divertido, las pequeñas organizaban dinámicas que las mantenían entretenidas toda la tarde.
“Así se hacían las fiestas, bien bonito”, remarca.
Durante su etapa en la secundaria, María Aurora continuó la amistad de sus compañeras de primaria, más las que se integraron al grupo con el tiempo.
“A esta edad las fiestas eran diferentes, se hacían por la tarde-noche en las cocheras, se les conocía como tertulias y tenían ambiente de disco. Era la época en la que se bailaba con coreografía montada. ¡Por supuesto que antes de la fiesta, nos reuníamos en casa de una amiga para practicar, no podíamos equivocarnos en los pasos!”, refiere.
También la mayoría de los jóvenes se daban cita los fines de semana en el “Alaska”, la discoteca de moda en aquel entonces.
“El ambiente era como el de la conocida película de John Travolta, ‘Saturday Nigth Fever’. Los pisos con cuadros de luces de colores, tal cual como en la disco ‘Odisea 2001’. Mi papá jamás me dejó ir a esa discoteca porque él era muy delicado en ese sentido, yo sólo acudía a las casas de mis amigas en donde se ambientaba así”, reconoce.
Señala que fue hasta el tercer año de secundaria cuando las fiestas dejaron de ser sólo para mujeres y se volvieron mixtas.
“Era emocionante, porque ibas con la esperanza de ver al chavo que te gustaba”, reconoce.
La diversión era muy sana, dice, ya que no había bebidas alcohólicas sólo refrescos, botanita, dip y música de moda: Osborne Brothers, Donny
Osmond, The Partridge Family,
David Cassidy y Barry White.
“Los jóvenes de aquella época no sabían tomar por eso había solo refresco, limonadas o té. En las tertulias a nadie nos interesaba tomar o emborracharnos, no lo necesitábamos para pasarla bien. Era muy raro el que bebía”, asegura.
Recuerda que en las fiestas a las que llamaban ‘hippies’, el vestuario era más colorido, se usaban los pantalones de ‘pata de elefante’, un cordón en la cabeza y se pintaban flores en la cara.
Refiere María Aurora que los eventos de las debutantes tuvieron su relevancia en aquel momento en la sociedad y las encargadas de organizarlos eran las socias del Club Esposas de Médicos, quienes a través de un comité especial cada año convocaban a las jóvenes que cumplían 15 años, para celebrar el acontecimiento por todo lo alto.
“Yo no tuve fiesta de debutante, me daba mucha pena. Asistí a las de mis amigas, eran muy divertidas”, re-
conoce.
Haciendo memoria comenta que otro de los acontecimientos del año, era, sin duda, el baile del Tec, organizado por la asociación de estudiantes. Se elegía a una reina, que generalmente era una muchacha popular o conocida y dispuesta a aportar, y se invitaba a un artista de moda, entre los que se acuerda está el cantante Luis Miguel.
Estos bailes eran muy distinguidos y glamorosos; ellos vestían de esmoquin, mientras que las damas de vestido largo.
SOCIAL LIFE
María Aurora tuvo que trasladarse al Valle de Texas. Aquí cursó la preparatoria en McAllen High School, por lo que su vida social no sólo se limitó a ese lugar, constantemente viajó de un lado a otro. “Allá, en el tradicional baile de graduación, un muchacho debía invitar a una chica al baile, pues estaba mal visto que llegara sola. Yo no podía salir con nadie, tenía pocos conocidos, fue entonces que tuve que ir con un primo mío, muy guapo, por cierto”, expresa.
Para continuar con su preparación profesional, viajó a la Sultana del Norte, donde estudió la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en el Tecnológico de
Monterrey.
Todos los días había actividades y su simpatía le hizo ganar nuevos amigos de todas partes de la República Mexicana con los que salía frecuentemente, por lo que casi no estaba en su casa. Los fines de semana había una fiesta segura, pero nunca se olvidó de las responsabilidades escolares.
Señala que una vez terminada la carrera volvió a Reynosa, retomó la relación con sus amigas y aprovechó para verlas más seguido; algunas ya estaban casadas y otras, al igual que ella, habían decidido ejercer su profesión y empezar a trabajar.
CUPIDO LA FLECHA
A los 26 años de edad María Aurora se une en matrimonio con Eucario Durán, por lo que las despedidas de soltera no se hicieron esperar; en total fueron 25 las que se hicieron en su honor.
“Fue una época muy bonita, mi boda fue maravillosa, acudió mucha gente que nos aprecia”, evoca.
La vida social de una mujer casada era diferente, durante cierto tiempo se limitaba sólo a participar en eventos familiares, los cuales eran constantes pues sus hermanos ya tenían hijos y nietos.
Al tiempo de su matrimonio nace su hijo Eucario y su vida da un giro.
“Es muy difícil ser mamá y trabajar”, considera.
Para María Aurora lo más importante en ese momento era su hijo, a quien dedicaba sus tardes. Su esposo, al igual que ella trabajaba todo el día, por lo que al salir se dirigía a su casa para disfrutar de su pequeño.
Su agenda ahora se limitaba a los eventos familiares y actos escolares con un reducido círculo social, ya que la mayoría del tiempo la dedicaba a su faceta de madre, lo que la llena de orgullo, porque afirma que es lo más bonito que le ha pasado.
Al cumplir los 40 años de edad, ‘Eucarito’, su hijo, tenía 12 años, por lo que considera necesario retomar su vida social.
Sus amigas, al igual que ella, estaban casadas y con hijos, por lo que las reuniones eran para celebrar acontecimientos familiares.
DAMA CARITATIVA
Participa en actividades de altruismo y ayuda a la comunidad porque así lo quiere, le nace del corazón.
“Yo puedo llegar en la tarde del trabajo y decir que estoy cansada, que ya no quiero hacer nada, o puedo
llegar, lavarme los dientes, darme una refrescadita y preguntar ¿a quién ayudo?, esa es la diferencia”, aclara.
Su facilidad para relacionarse y su forma de ser, quizá sea el motivo para que la inviten a ser parte de diferentes organizaciones, como el Club de Cultura Musical, al cual pertenece desde hace cinco años y la Mesa Redonda Panamericana de Reynosa, de donde es integrante hace una década, debido a que su mamá era socia.
Por iniciativa propia le gusta ayudar a los más vulnerables, pero a través de los clubes sociales a los que pertenece ha tenido la oportunidad de realizar actividades altruistas obteniendo una gran satisfacción a nivel personal, pues lo hace con mucho gusto.
“Si me piden enseñar el arte de los relojes a alguien, pues te diré que no, porque no está en mis posibilidades; pero si me pides enseñarle inglés a alguien, puedo hacerlo y con el mayor de los gustos”, asegura.
Por su cuenta y apoyada por un grupo de amigas y familiares, cada año en Navidad les organiza una posada a las niñas de la Casa Hogar Amparo de la Mujer y a los pequeños del Ejército de Salvación. No abunda más sobre el tema, porque considera que no debe estar propagándose lo que uno da con el corazón, sin esperar nada a cambio.
Otra de las actividades que llena de emoción a María Aurora y a su familia, es compartir el Halloween con los demás. Se preparan con anticipación, decoran la casa alusiva al tema y preparan cerca de mil bolsitas que reparten entre los niños que se les acercan a pedir dulces.
“Para nosotros es una dicha tremenda, no es por el día de brujas, para nuestra familia es un día de compartir”, explica.
LA CULTURA
En este renglón fungió como presidenta del patronato del Festival Internacional Tamaulipas, donde colaboró con la presentación en Reynosa de eventos culturales de calidad. En el Archivo Municipal fue parte del consejo y es vicepresidenta del patronato del DIF en esta ciudad, miembro del Comité de Transparencia y forma parte del departamento de Recursos Humanos de TRW, donde desde hace 31 años presta sus servicios. Asimismo, es parte del consejo de la Universidad Tecnológica de Tamaulipas y de la Universidad Autónoma de
Tamaulipas.
Para María Aurora participar en la promoción de la cultura y el arte le resulta muy satisfactorio, pues si el granito de arena que aporta ayuda al desarrollo de la ciudad que la vio nacer y siembra la semilla que haga la diferencia en las generaciones futuras, se da por bien servida.
Y así transcurre la vida de María Aurora, sin dejar de lado a la familia, Hay ocasiones en las que los fines de semana los pasa entre Reynosa y Monterrey para cumplir sus compromisos.
“Siempre te puedes dar tiempo para atender las invitaciones, aunque sólo vayas media hora, pero aprovechas para dar las gracias por la atención que tuvieron contigo”, refiere.
FESTEJANDO 50
En 2010 María Aurora comentó entre algunas amigas lo incómodo que sería cumplir cincuenta años sin festejar y que hacía tiempo no se reunían.
Ella se encargó de juntarlas a todas por medio de llamadas telefónicas y vía Internet. Realizaron algunas reuniones previas para la organización y acordaron realizar un viaje conmemorativo al Caribe por crucero.
Fue el año más pleno para ella, pues no sólo se sentía satisfecha como mujer, sino como madre y como esposa, al tener un matrimonio y familia feliz, realizada.
Al viaje acudieron 40 mujeres, entre las que seleccionaron por medio de sorteo a la reina del crucero, resultando ganadora María Aurora, quien fue coronada entre risas y mucha
algarabía.
La celebración continuó. Cada una de las cumpleañeras preparó su propia fiesta con un tema diferente, además de festejar el Día de la Amistad con una muy especial recordando aquellos tiempos cuando se conocieron.
Y como para festejar siempre sobran motivos, María Aurora no desaprovecha la oportunidad para reunirse con sus amigas y actualmente organizaron una fiesta para conmemorar la Independencia de México, donde todas lucieron atuendos típicos.
Su filosofía de vida es simple: “la vida es muy corta, tenemos que disfrutar en todo momento, resaltar los aspectos positivos, y en negativos buscar oportunidades de mejorar, pero crecer siempre, la vida con momentos maravillosos para disfrutar… y sólo eso”.
Labor Social y Servicio a la Comunidad:
• A partir de 1982 inició trabajando en el área de Recursos humanos para la Industria Maquiladora, por lo que actualmente tiene 32 años de desarrollarse en el ramo activamente.
• Maestra voluntaria para el INEA 1982-1984, alfabetizando a adultos en colonias de condiciones precarias, especialmente en la colonia
Narciso Mendoza.
• Presidenta del comité de Gerentes de Relaciones Industriales dentro de la Asociación Regional de Maquiladoras de Reynosa, 1990-1991, 2001-2002, 2006 y 2007, 2008 Vicepresidente, miembro activo actualmente.
• Iniciadora del Programa de Empleados con Capacidades Diferentes en la Industria Maquiladora en 1998 y trabajo para las personas de la Tercera Edad en el año 2006, ambos dentro de la empresa TRW Electrónica Ensambles donde actualmente labora.
• Tesorera del patronato del Festival Internacional de Tamaulipas – Reynosa 2001
• Presidenta del patronato del Festival Internacional Tamaulipas – Reynosa, 2002-2003-2004
• Miembro del consejo de la Universidad Tecnológica de Tamaulipas Norte Reynosa, (UTT), 2000-a la fecha.
• Miembro del consejo de Vinculación de la Universidad Autónoma de Tamaulipas a partir de 2004.
• Miembro del patronato de la Casa de la Cultura en Reynosa, 2005- Actual
• Directora de la Mesa Redonda Panamericana, 2005-2006, miembro activo actualmente.
• Miembro del Club de Cultura Musical de Reynosa a partir del año 2009.
• Miembro del consejo de Catequesis Especial Vicentina a partir del año 2008.
• Consejero ciudadano Instituto Reynosense para la Cultura y las Artes 2008-2010.
• Miembro activo del consejo del Archivo Municipal de Reynosa 2008-actual.
• Miembro del Consejo para seleccionar candidatos a la medalla al mérito Marte R. Gomez, 2012, 2013, 2014.
• Vicepresidenta del patronato del DIF Reynosa 2013-2016.
• Miembro del patronato para el saneamiento de La Laguna La Escondida 2013-2016.
• Patronato del Festival Internacional Tamaulipas 2014-2016.