De un tronco de árbol, Javier Martínez crea muebles y utensilios de cocina; originales piezas rústicas que destacan por su manufactura en cualquier lugar donde se acomoden.
TEXTO Y FOTOS VIRIDIANA LEAL
Originario del municipio de China, Nuevo León, Javier Martínez Rodríguez visualizó lo que no todos pueden ver en el tronco de un árbol de mezquite: artesanías.
Después de años como carbonero en la sierra, decidió hace cuatro trasladarse con su familia a Reynosa, para continuar con este oficio que aprendió desde pequeño.
Dos años más tarde, en un día común de trabajo, a punto de cortar un tronco, le surgió la idea de hacer una mesa de centro. Así continuó, materializó sus ideas y dejó volar su imaginación para crear diferentes tipos de muebles rústicos tipo campirano.
Llamaron la atención de sus amigos, quienes le recomendaron ponerlos a la venta, ya que en Reynosa serían una novedad.
Decidió entonces dedicarse a crear muebles artesanales de madera y abrir un negocio al que llamó: “Muebles rústicos Martínez”.
Además de comedores, bancas y mesas tiene vajillas, molcajetes, hieleras, asadores y ataúdes para el cabrito, entre otras piezas, las cuales se pueden barnizar o cubrir con un aceite especial para darle un toque diferente a la madera.
El ebanista también realiza esculturas e imágenes religiosas, y atiende cualquier solicitud. Tal fue el caso de un cliente que le pidió hacer la estatua de “El pensador”, encomienda que consideró un reto.
Explicó Javier Martínez que fue un trabajo de cuatro meses, pero valió la pena por los resultados y la satisfacción de la persona que se la encargó.
Ambos, reconoce, se sorprendieron con la escultura de metro y medio de alto, cuidadosamente detallada.
Por su habilidad no se le complica desarrollar su trabajo, sin embargo, reconoce que debe tener cierto grado de dificultad cuando les enseña a sus empleados y éstos no captan las infinitas posibilidades que pueden aprovechar de un tronco de árbol.
Martínez consideró que a diferencia de otros muebles hechos con mezquite, los de su creación los diseña sin medir ni seguir un corte, mantiene la corteza y se ven las vetas, para darle el aspecto natural y rústico de la madera.
Este material, aclaró, está desinfectado pero cabe la posibilidad de atraer algún insecto, por lo que se recomienda utilizar un insecticida por precaución. En cuanto a los utensilios de cocina, aconsejó lavarlos ya que esta madera no absorbe el agua y tampoco permite que se pudra.
Apasionado de lo que hace, el carpintero por necesidad y ebanista por vocación, expresa su deseo de proveerlo de ideas como un reto para seguir creciendo en este oficio que surgió de repente y se convirtió en un proyecto de vida.
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