En plena adolescencia, Isabella prefirió dejar de verse al espejo para no sentirse mal. Con el tiempo reforzó su autoestima y aprendió a quererse tal cual es. Entendió que su sobrepeso es consecuencia de un problema de tiroides y no por comer de más. Reforzó su autoestima, viste a la moda y las bloggers tallas grandes son su modelo a seguir. Sabe que tiene que cuidarse y eso enseña a Mia, su pequeña hija de un año tres meses.
Tener sobrepeso no es un impedimento para sentirse bien… para quererse. Así piensa Isabella Lince Lozano, quien aprendió a amarse tal y como es.
Aunque las personas de tallas grandes pueden tener complicaciones de salud, es posible que algunas se mantengan sin mayores problemas cuidándose.
Bajar de peso no es una tarea sencilla para cualquier persona, menos aún para una chica de 22 años de edad.
Sin embargo, ella aprendió a lidiar con dificultades y alimentar su autoestima.
A pesar de percibir esas miradas que la persiguen en los lugares públicos y los comentarios al oído por parte de la gente, Isabella es una mujer que ha logrado superar las críticas de los demás, tratando día con día vivir a plenitud.
Desde pequeña sufrió ofensas, y a pesar de que hacía ejercicio e intentaba medir sus porciones de comida no podía adelgazar. Su problema estaba en la tiroides, por lo que requiere un tratamiento médico de por vida.
Más allá de la alimentación, en pocas tiendas encontraba ropa de su tamaño, era frustrante, pero con el tiempo ha superado cualquier complejo y en su closet las faldas, los shorts y los leggings son parte de su guardarropa. Incluso las bloggers con más seguidores son plus sizes y se han convertido en sus modelos favoritas.
Una historia difícil de contar… pero no para Isabella, quien además comparte con su pequeña algunas sesiones de fotografía con una amplia sonrisa.
LA ADOLESCENCIA
Isabella, la segunda hija del matrimonio formado por Amado Lince y Oralia Lozano de Lince, creció dentro de una familia amorosa.
La actividad física era parte de su rutina diaria pues le encantaba seguir cualquier dinámica propuesta en la primaria, y hacía mucho ejercicio al igual que Amado, su hermano mayor.
“Realmente no recuerdo cuando dejé de hacerlo, pero después de eso me enfoqué a estudiar y leer mucho”, platicó Isabella.
Fue en la secundaria cuando presentó una subida de peso considerable, tenía 14 años y su mamá creyó pertinente acudir con un nutriólogo, pues desayunaba en casa, pero también llevaba algo de dinero para comprar lo que se le antojara.
A esa edad le resultaba muy difícil llevar una dieta, además de no entender porqué debía medir las cantidades de alimentos cuando los demás comían de todo con total libertad.
Con frecuencia cayó en la tentación de probar lo no permitido, por lo que las dietas no le funcionaban.
Con la autoestima baja, escuchaba todo tipo de ofensas, estaba en plena pubertad y prefirió dejar de verse en el espejo para no sentirse mal.
Comprarse ropa era para ella era una tortura porque no encontraba de su talla. Con esta presión lejos de bajar, aumentaba de peso.
Nadie notaba su tristeza y los comentarios ofensivos de sus compañeros de la escuela trataba de ignorarlos quedándose con los consejos de sus padres.
NO TODO ES SOBREPESO
A los 17 años de edad, cuando cursaba el tercer semestre de preparatoria, su periodo menstrual era irregular, por lo que acudió al ginecólogo. De acuerdo al ginecólogo era consecuencia del sobrepeso y la canalizó con un endocrinólogo, quien le detectó que padece un problema en la tiroides.
“Por más que intente adelgazar no lo logrará, requiere de tratamiento médico de por vida”, le auguró el médico.
Justo después notó que su rostro, pies, manos y piernas se hinchaban. Después de realizarle unos exámenes de sangre determinaron que su sobrepeso no se debía a una mala alimentación, sino a una hormona llamada hiperinsulinemia que se produce en el páncreas y ayuda a regular el nivel de azúcar en la sangre, por lo que podía ser considerada prediabética.
Por desgracia este padecimiento no tiene cura, pero se puede controlar, como se
lo habían prescrito.
Todos los días toma Metformina para controlar la glucosa y Levotiroxina, un reemplazo hormonal en pacientes con problemas de tiroides.
Poco a poco empezó a bajar de peso y el endocrinólogo la canalizó con un nutriólogo, quien la ha guiado para llevar una alimentación balanceada y hacer cambios en su estilo de vida: una dieta saludable que le permite comer de todo pero en cantidades moderadas, y evitar la sal y el azúcar. También se dio el tiempo para ir al gimnasio y ponerse en forma.
Bajó mucho de peso lo que le hizo sentirse mejor y saludable, ya podía verse frente a un
espejo y empezó sentirse a gusto consigo
misma.
LA MODA
Isabella odiaba comprar ropa porque no le quedaba bien y estaba diseñada principalmente para cuerpos delgados.
Con la oleada de modelos plus size la moda cambió, aprendió que podía lucir hermosa y moderna a pesar de ser talla grande. Fue una motivación.
Empezó a buscar las marcas para mujeres de su talla. Al principio la ropa la pedía por Internet, pero después se abrieron tiendas en el Valle de Texas lo que le daba la opción de
probársela antes de comprarla.
Se percibía de otra manera, en el espejo veía a una joven bonita y coqueta. Seguir los consejos de las modelos que no eran de talla pequeña le ayudó.
“Me alegró e inspiró conocer a las blogueras talla grande porque antes no tenía idea de como vestir y ellas me mostraron como hacerlo”, expresó.
Sus marcas favoritas son: Torrid Fashion, Lane Bryant y Forever 21. Se atrevió a usar faldas, shorts, leggins, esas prendas que estaban prohibidas para mujeres con sobrepeso. Aprendió que ella, aún con sus “llantitas” era bonita y la gente que la rodeaba también lo empezó a notar. También cambió su forma de maquillarse.
Actualmente para Isabella no es un impedimento lucir un short, una falda o una blusa sin mangas.
“No tengo porque avergonzarme de mi cuerpo, estoy orgullosa de mí, a pesar de todo lo que he pasado y ahora quiero lucir bonita”, aseguró.
NOTICIA INESPERADA
Cuando estudiaba la carrera de Derecho en el Tecnológico de Monterrey pasaba la mayor parte del día en la biblioteca. Era muy demandante y eso le impedía darse tiempo para comprar la despensa y cocinar, por lo que comía lo que estaba a su alcance, incluso llegó el momento en el que olvidó tomar sus medicamentos.
En consecuencia volvieron sus problemas de salud.
De nuevo tuvo que acudir al médico y los estudios practicados revelaron altos niveles de azúcar. Su sorpresa fue mayor cuando además le informaron que estaba embarazada.
Entró en shock pues tenía a un bebé creciendo dentro de su vientre y debía tomar medicamentos. Su embarazo era de alto riesgo a pesar de tener 20 años.
La recomendación del endocrinólogo fue disminuir la dosis y llevar una dieta más estricta; la nutrióloga, por su parte, le pidió modificar su estilo de comer de un día para otro. Adiós al azúcar, la sal y la grasa, se las prohibieron para evitar una preeclampsia.
Su alimentación diaria consistía en pollo hervido y a la plancha, atún, algunas frutas y muchas verduras.
A pesar de que durante su embarazo perdió 12 kilos, Mia Celina nació saludable el 4 de agosto del 2017, motivo que llenó de felicidad a Isabella, quien temía por la salud de su bebé.
Ser madre no le fue fácil, en una ciudad lejos de sus padres y con una carrera que terminar. Con el tiempo tuvo que ingeniárselas
para compaginar sus diferentes roles y preparar un menú saludable, no sólo para ella sino para Mia.
“No es fácil, por eso admiro tanto a las mamás, que además se dan sus momentos para sí mismas”, reconoció Isabella.
VIDA SALUDABLE
Aunque en la actualidad hay diferentes procedimientos para adelgazar, Isabella no ha considerado someterse a ninguno, prefiere llevar una vida saludable. Asegura que estar delgada no significa estar sana.
“No hay motivo para avergonzarnos de quiénes somos o cómo lucimos. Debes amarte tal como eres y por esa misma razón cuidarte y convencerte a ti misma de lo mucho que vales”, aconsejó.
Asimismo invitó a las personas con sobrepeso para buscar la motivación que las impulse a levantarse y seguir adelante, pues asegura que “es válido caerse, pero es obligatorio levantarse”.
Para ella su motivación es su hija, ya que quiere verla crecer sana e inculcarle desde pequeña buenos hábitos alimenticios.
“Hay que enfocarse en lo positivo”, afirmó.
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/Alejandra Arellano
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