
El fútbol no conoce fronteras, y la pasión por los Rayados de Monterrey lo volvió a demostrar este fin de semana. Desde temprano, decenas de aficionados regiomontanos se dieron cita en el emblemático estadio Rose Bowl para apoyar a su equipo en el duelo amistoso ante el Inter de Milán.
La tribuna se pintó con los colores de su equipo. La presencia de ambas porras dio un ambiente festivo y familiar al encuentro, donde se respiró futbol y orgullo por los colores.
Para los seguidores de Rayados que radican en Estados Unidos, el partido fue una oportunidad única para ver a su equipo de cerca y mostrar que la pasión no disminuye con la distancia. Banderas, camisetas y cánticos retumbaron en Pasadena como si se tratara de un clásico en el Estadio BBVA.