Papá y mamá son piezas fundamentales en la crianza de los hijos; papá es el proveedor, el protector y la figura de autoridad, mientras que mamá es la que nos provee de amor, ternura, sensibilidad, cuidados, atención, nos refuerza (o no) la autoestima, es la primera figura de apego y la forma en la que el niño(a) percibe el mundo es significativo.
Desde el momento en que nacemos la madre se convierte en nuestra guía, protectora y principal fuente de amor y apoyo.
Su presencia constante nos da seguridad, confianza y nos enseña a navegar por el mundo con confianza y valentía, nos transmiten valores, creencias, forman nuestra moral y ética, nos dan contención y soporte en momentos difíciles y un sinnúmero de valores como la empatía, la responsabilidad, el respeto y la tolerancia.
Pero ¿qué pasa si la relación de madre e hijo (adulto) no es tan buena? En definitiva, estar mal con nuestra madre, nos trae conflictos en los 3 aspectos básicos: Personal, interpersonal y familiar. Sin embargo, un hijo que tiene una excelente relación con su madre tiene muy buena autoestima, no sufre de estrés o en muy bajo porcentaje y fortalece la capacidad de establecer relaciones saludables en su entorno o mejor dicho tiene una vida más plena y esto contribuye significativamente al bienestar emocional en general.
¿Qué hacer para mejorar la relación con nuestra madre si es tu caso?
• Haz una evaluación sobre cuáles son los conflictos o desacuerdos entre ambos.
• Cuestiónate cuáles son los sentimientos que guardas de esos conflictos, cómo te hacen sentir, gestiónalos y valídalos.
• ¿Cómo ha afectado esta situación en otras áreas de tu vida?
• Pregúntate si en realidad vale la pena estar así?
¿Cómo lo soluciono?
• Mantén una comunicación abierta con ella, habla con honestidad y se sincero contigo y con ella, sin resentimientos.
• Establece por medio de la comunicación asertiva límites saludables, hablando con empatía, amor y respeto.
• Recuerda que todas las personas y las relaciones van cambiando con el tiempo y por ende las dinámicas familiares también, por lo que expresar tus necesidades y escuchar la de ella, podrían traer una mejor expectativa de lo que ambos necesitan. Darnos el tiempo para mejorar la comunicación nos traerá beneficios como una conexión emocional más fuerte y sana.
• Evita la acumulación de sentimientos negativos, exprésalos de manera que no sea ofensiva o con resentimiento.
• Trata en la medida de lo posible, entender desde la perspectiva de la madre y aborda cualquier conflicto desde el lugar de la empatía.
• Realiza pequeños actos significativos, por ejemplo, mándale un mensaje de texto, invítala a salir solos tú y ella, pasen tiempo de calidad y sobre todo expresarle gratitud, todos estos pequeños detalles irán suavizando las tensiones y abrirán la puerta para una comunicación más abierta y saludable.