A unos días de celebrar el Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, Odeth Ortiz Melhem, una sobreviente de cáncer comparte su historia, y a través de su fundación y un libro inspira a las mujeres con esta enfermedad a luchar por su vida.
POR VIRIDIANA LEAL
Año 2011. Mientras se daba una ducha, Odeth Ortiz Melhem percibió un pequeño bulto en su seno derecho. De inmediato acudió al médico. El resultado de los estudios tenían nombre y apellido: carcinoma in situ, es decir, cáncer. A nivel emocional y psicológico quedó devastada. Había que extirparle la mama. Fue difícil pero nunca perdió la esperanza.
En el proceso aprendió a valorar más la vida y su experiencia la motivó a crear la asociación civil Educáncer OM con el fin de ofrecer tratamientos oncológicos de calidad así como apoyo moral.
Actualmente inspira a las mujeres que padecen esta enfermedad y “Sin color rosa”, un libro que acaba de presentar.
DIAGNÓSTICO ATERRADOR
Aunque se realizaba exámenes periódicos, la protuberancia en su seno le causó sorpresa. Apenas habían pasado diez meses de su última mamografía.
Después de una biopsia, las microcalcificaciones encontradas arrojaron un diagnóstico que Odeth deseaba no escuchar: cáncer.
La noticia la dejó en shock y lo primero que pensó fue en la muerte.
“Fueron momentos muy duros, de mucho dolor y de tristeza… Después vino la aceptación y buscar alternativas”, recordó.
Se realizó otras pruebas, pero los resultados eran los mismos.
El siguiente paso fue someterse a una lumpectomía, una cirugía para extirparle el tumor y conocer la causa, el origen y la naturaleza de la enfermedad.
Se trataba de un ”carcinoma in situ” en etapa inicial que invadía varios ductos.
Su pensamiento de que moriría persistía, pero el médico le dio esperanzas. Le explicó que se trataba de un tipo de cáncer confinado en su sitio sin moverse de lugar y que aún no hacía metástasis, lo que la salvaba de un largo proceso de quimioterapia.
Aseguró que someterse a una amputación de seno no fue fácil, pero tres opiniones de especialistas coincidieron que la mastectomía radical equivalía a una segunda oportunidad de vida. Fue así que tomó la decisión.
Explicó que en la mastectomía radical se extirpa la piel sobre la mama, los ganglios linfáticos axilares y los músculos pectorales. Es una cirugía que rara vez se realiza, pero en esta caso se llevó a cabo por detectar a tiempo el cáncer.
AMARGA EXPERIENCIA
Su vida cambió por completo principalmente en el aspecto emocional y psicológico.
Saber que debían mutilar su cuerpo para salvar su vida fueron palabras que nunca quizo escuchar, la pasó muy mal, fueron días de mucho dolor.
“Nunca estás preparada para recibir un diagnóstico de una enfermedad que no tiene cura. Yo me encomendé a Dios por mis dos hijos adolescentes y el amor a la vida”, aseguró.
No solo perdió una parte del cuerpo que a las mujeres la hacen sentir femeninas, poderosas, sensuales y, sobre todo, son el conducto para amamantar. Decayó su autoestima ya que la abandonó el que entonces era su pareja. Para ella era sufrir un doble duelo.
“Emocionalmente todo fue muy fuerte”, reiteró Odeth.
Por fortuna contó con el apoyo de su familia y amigos, quienes la animaron a superarse. No fue fácil, pero considera que lo que vale la pena así es, y ella tenía que luchar por su vida, entonces se armó de valor y continuó. Dios le había dado una segunda oportunidad y no la iba a desaprovechar.
“Me tocó vivirlo y había que transformarlo en algo positivo”, señaló.
NACE EDUCÁNCER
Aprendió entonces a ver la vida de una manera distinta, se había transformado en una nueva persona.
Pensó en todas aquellas mujeres que han pasado por lo mismo pero que a diferencia de ella no tienen los recursos económicos, ni el apoyo moral de una amiga o una familia.
Esta dura experiencia la hizo renacer como el Ave Fénix, todo parecía haberlo superado.
Su autoestima mejoró y le dio valor para superar el trauma, tanto así que se hizo una sesión de fotos en la que cada imagen revela todas esas emociones que durante el proceso pasaron por su mente: ira, dolor, miedo, inseguridad… pero también el amor por la vida.
Su interés era motivar a otras mujeres en las mismas circunstancias y darles esperanza.
En las redes sociales contactó a la fundación “Amor por ti”, de la Ciudad de México, a la que contó su historia y envió sus fotografías, además de apoyarla económicamente.
En pláticas con sus amigas surgió la idea de hacerlo a nivel local y nace Educáncer, una fundación no lucrativa que ofrece la oportunidad de detectar a tiempo la enfermedad, brindar el apoyo adecuado y de calidad al paciente oncológico. Además de contar con el acceso a los tratamientos, sin diferencias entre centros de salud ni comunidades autónomas, y sin interrumpciones por motivos económicos.
Sin ningún patrocinio inició con las pláticas de inteligencia emocional, de concientización y de prevención. Contó su historia y motivó a las mujeres para darle importancia a sus exámenes de rutina. Continuó con ayuda psicológica y emocional en grupos de apoyo.
Durante cinco años fueron sus amigas quienes la apoyaron económicamente, hasta que el Sistema de Administración Tributaria la reconoció como asociación sin fines de lucro con objetivos altruistas, y como donataria autorizada pudo recibir la donación de las primeras 180 prótesis por parte de la empresa maquiladora Eaton.
Con los alumnos de la universidad Tecmilenio crearon una prótesis a bajo costo, ya que muchas mujeres sustituyen la parte del seno amputado con calcetines rellenos de esponja o algodón, lo cual es antihigiénico y resulta deprimente para ellas.
Aclaró Odeth que en el mercado se vende una a un precio muy elevado, inaccesible al bolsillo de muchas de ellas, motivo de preocupación para fabricar prótesis más económicas, pero de igual calidad.
Con la confianza que les genera se incorporan al sector laboral, familiar y social, trastocado después de un cáncer.
Explicó que el implante es lo más parecido al seno y está en tercera dimensión, por lo que les ofrece una mejor calidad de vida.
Educáncer también cuenta con brasieres ortopédicos especiales, forros protectores para durabilidad de la prótesis y la manga de compresión para ayudar al brazo en caso de linfedema.
Informó que hasta el momento son casi 300 las mujeres a las que Educáncer ha ayudado con el interés de que cada vez sean más, de manera que puedan detectar y prevenir la enfermedad. Salvar sus vidas es el objetivo.
‘SIN COLOR ROSA’
El siguiente paso para Odeth es contar su historia en un libro que se publicó hace unos días, el 10 de octubre de este año, con la esperanza de ayudar a otras mujeres y sensibilizar a las personas a su alrededor.
Se trata, además, de informar y fomentar la cultura de la auto exploración haciendo énfasis en los factores de riesgo.
‘Sin color rosa’ es un libro de cien paginas que pretende que quien lo lea haga suya la historia. Está escrito en un lenguaje coloquial y dirigido a personas de todas las edades, no es exclusivo de mujeres o pacientes de cáncer.
Para Odeth mientras haya vida hay una esperanza y nos toca luchar. Recuerda que el 50 por ciento depende de la parte médica y el otro 50 de ti. “La vida no se acaba todavía, pelea por ella”, exhortó.