En el Día de Muertos y por la celebración del Halloween las historias de personas que desaparecieron de manera extraña reviven para ser contadas como parte de las leyendas de la ciudad.
Un escalofrío recorre la piel y los vellos se ponen de punta cuando la niña del banco, El Zumbón de la Aquiles o la aparecida del dren, cobran vida en boca de la gente de la región.
Con motivo del Día de Muertos y la celebración del Halloween, para Martín Salinas Rivera, cronista de Reynosa, las leyendas son comunes en la frontera desde la época de la Colonia y cobran vida en la actualidad.
Muchas de ellas, hasta ahora no publicadas, las revela el historiador, quien asegura que dentro del imaginario popular puede haber coincidencias con algunas de éstas.
LA NIÑA DEL BANCO
En la esquina del banco Banorte en la plaza Morelos, dicen que había un sótano, eso contó una secretaria de César Issasi, anterior cronista de Reynosa. A principios del 2000, una mujer relató que ahí acostumbraba comer, estaba sentada en un comedor al mediodía, vio una niña que jugaba con una pelota grande. Al escuchar el ruido que hacía, la regaña fuerte y le exige que se calle. Sucede que la pequeña abandona el lugar pero de forma extraña atraviesa la pared. Años después mientras hace fila en el banco, ella se desconcentra y siente la presencia de una pequeña que intenta ver los papeles que cargaba, esto lo corrobora con el reflejo del vidrio de la caja. Después intenta llamarle la atención pero desaparece. Al hablar con una amiga en común le platica lo sucedido y le pregunta por la niña que se rumoraba aparecía en el sótano. Le contestó que era una menor, la describe delgada y con trenzas. “Era la misma que vi”, dijo la secretaria al
sentir como se le erizaba la piel.
LA LLORONA
Hay una versión de La Llorona en la región, una alma en pena que vaga y reclama a los hijos que perdió. En Reynosa aseguran que se aparece en los canales de riego, está vestida de una bata blanca y flota en el aire. También otros dicen que la han visto pasar cerca de los pasillos de las tumbas en los panteones Guadalupano y Sagrado Corazón. Alguien dice que hasta la persiguió en una noche, pero no se dejó alcanzar, porque ella bajaba rápido por las veredas.
EL ZUMBÓN DE LA AQUILES
Era un muchacho conocido como “El Zumbón”, otros le llamaban “La Pelota” porque era gordito y además andaba en malos pasos. Sus amigos señalan que querían ayudarlo para mantenerlo dentro de la ley, pero a él le gustaba el dinero fácil. Trabajó en una tortería y cuando empezó la violencia en la frontera se desvío del buen camino, porque llegó a asaltar a migrantes y los extorsionaba. Cuentan que en una ocasión lo capturaron y lo trasladaron al penal deValle Hermoso por su peligrosidad. En este sitio varios reos fallecieron quemados, afirman que ahí se le acabó su buena suerte. Al poco tiempo murió también su hija a quien la velaban en la colonia Aquiles Serdán. Un amigo acudió a dar el pésame a la familia. Al lado del féretro saludó a una persona que hacía guardia: era el papá de la niña, “El Zumbón”. “Esto era imposible”, le dijeron, porque él estaba muerto. Tal vez quiso ir a despedirse de su hija y al mismo tiempo de uno que otro amigo.
LA MUJER DEL DREN
Una figura femenina se aparecía en las noches por el Dren de las Mujeres, en un área cercana a las instalaciones de Capufe por la Ribereña. Hace muchos años este canal abierto pasaba por la colonia El Olmo y llegaba hasta el río Bravo. Entonces era común que se inundaban las calles por la falta de un buen drenaje. En esta historia una mujer acudía como muchas otras al sitio, que es donde iban a lavar la ropa. En un tejabán cercano vivía una señora casada, que al oír a lo lejos la música alegre de los bailes de la zona roja, una noche decidió salir a divertirse un poco. Con las copas encima y el baile perdió la noción del tiempo, y en la madrugada quiso regresar a su casa pero no pudo, cuando llegó su casa se había incendiado y fallecieron su esposo e hijos. Dicen que su dolor fue tan grande que ella se aparece por el área para reclamar la presencia de su familia y lamentar su decisión de salir a divertirse.
EL DIABLO SE APARECE
Frente al HEB, por la avenida Hidalgo había antes un yonke de autos. Sus trabajadores juraban que en las noches pasaron varios sustos porque ahí pasaban cosas raras.
Un perro negro que ladraba salía de la nada, veían sombras, se elevaban los coches y todo era producto de un ser maligno que podría ser el mismo diablo.
Las leyendas son comunes en la frontera y siguen creándose, ahora con las redes sociales es posible que en estos días se divulguen nuevas historias, asegura el cronista Martín Salinas Rivera.
ahernandez@revistaclase.com
Tels. 929.75.85 al 87. Ext. 106