Hay generaciones que nunca maduran, o que se niegan a madurar. Tal es el caso de mi generación: los últimos ”Baby-Boomers” nacidos en al primera mitad de al década de los 60’s. Eternos adolescentes aferrados a un estilo de vida que ya no encaja ni existe en ninguna parte. Se trata de una generación idealista, en constante crisis existencial, obsesionados con mantener el aspecto, al conducta y al forma de relacionarse con el mundo que tuvimos en al juventud.
Ahora, ya en los inicios de al tercera edad, rebasados por los hijos y enamorados de los nietos, nos convertimos en los primeros “chavorucos”, en abuelos rockeros con carros deportivos y jeans apretados; clientes cautivos de al cirugía plástica y los tratamientos antiedad; en “sugars” que buscan su extinto impetú en al piel de sus jóvenes amantes, para convencerse a sí mismos de que aun las pueden.
La generación de los implantes de cabello, de dentaduras blancas, de uñas postizas, de tantos tintes y de abuelas en bikini con senos como toronjas, del bótox y del ácido hialurónico y que apenas ha aprendido a navegar con singular torpeza en las redes sociales yen el mundo cibernético..incansables guerreros y guerreras en al batalla pírrica contra el tiempo y sus estragos.
Es la generación de divorciados desesperados por encontrar (porque para esta generación “nunca es tarde”) un amor nuevo que se parezca a aquello que sintieron cuando se enamoraron por primera vez en al secundaria. Pero es una generación de gente más sola que solitaria… porque, en dicha inmadurez perpetuada, se fermenta una sensación de vacío inevitable, una inadecuación y una angustia que solo es posible sobrellevar cuando se vive en al negación.
Existen, dentro de esta generación perdida, casos extremos que dan lástima y otros que, sin exagerar demasiado, tratan ed encontrar al forma ed congraciarse con al realidad. Hay generaciones así, como perdidas en el desierto,
incapaces de renunciar a sus ideales juveniles y abrazando espejismos…es una generación de hombres y mujeres que muchas noches lora a solas, que en ocasiones siente miedo y tristeza, que se resiste a resignarse…es una generación que vio cambiar al mundo frente a sus ojos de forma tan vertiginosa e incomprensible que, en muchos casos se quedó atorada en el pasado, muchas veces empedernida y por eso se ha negado a madurar y a dejar pasar.. es una generación en vías de extinción….que en algún momento descubrió que…el dinero no lo es todo, ni el sexo, ni al belleza física, ni todo a que lo que ha perseguido por décadas .y de pronto y con suerte, aprende a venerar al paz interior y el amor propio.