El cómico y conductor “Adal” Ramones se presentó en el McAllen Civic Center el 9 de febrero con un monólogo cómico, en el que habló sobre la forma de ser y las costumbres de la gente que vive en la frontera norte de México y sur de los Estados Unidos.
Se trasladó, además, a los años 60 y 70 para recordar el modo de vida en aquellos tiempos, comparándolo con el de la época actual.
Haciendo referencia a experiencias personales y ajenas, “Adal” logró atrapar por alrededor de dos horas la atención del público, que de una u otra forma se identificó con los comentarios que hizo.
Mencionó a los mexicanos que arreglan sus papeles para convertirse en residentes o ciudadanos americanos, olvidándose de sus orígenes y su idioma natal.
Comentó que hay a quienes se les hace una pregunta en español y contestan en inglés, argumentando que no entienden.
También hizo referencia a los fronterizos que viven del lado mexicano y que no respetan las señales de vialidad, pasándose los altos en las esquinas y dando vueltas donde no está permitido. Pero al “cruzar” a’lotro lado se abrochan el cinturón de seguridad del automóvil y se enfilan al puente bien portaditos.
Remontándose al siglo pasado, entre los años 60 y 70, recordó la forma de vida de las familias en México.
Los padres de aquel entonces, dijo, eran “hijos obedientes, ahora son papás obedientes”. Antes, con una mirada el padre controlaba a su vástago, pero actualmente son los hijos quienes determinan la relación que se va a establecer en casa. Se les complace con el fin de evitar confrontaciones.
Al final, Ramones informó que en marzo de este año regresará a la pantalla chica con su programa “Otro Rollo”, después de seis años de estar fuera del aire y de gira con sus monólogos.
Antes de dejar el escenario, el conductor se despidió de los asistentes con un mensaje de superación. Les dijo: “No importa que tan lejos esté la estrella, lo que importa es el trayecto recorrido hacia ella”.
En su camerino,