Dentro de los problemas de comportamiento canino, cerca del 20% lo constituyen los miedos y fobias. El miedo se puede definir como una respuesta de autoprotección frente a estímulos que son potencialmente perjudiciales. El miedo también forma parte de las respuestas involucradas en el aprendizaje de los cachorros al ser expuestos a nuevos estímulos, medio ambiente y otros seres vivos, además de tener la función de asegurar la supervivencia del animal.
Sin embargo, cuando ese miedo se vuelve persistente ocasiona en el perro un estado constante de alerta, el cual provoca respuestas perjudiciales tanto en sus funciones vitales como en su socialización.
La respuesta de miedo exagerada ante un estímulo determinado se conoce como fobia, y se caracteriza por ser desproporcionada en relación con la intensidad del estímulo; una fobia no está relacionada con un mecanismo de adaptación.
El miedo puede tener origen en diferentes situaciones, tales como experiencias negativas traumáticas, así como una privación de experiencias durante la etapa de la socialización del cachorro (primeros 3 meses de vida). La respuesta del tutor hacia el miedo del perro también se ve involucrada, ya que el intentar consolar o acariciar al perro cuando presenta un episodio de miedo, refuerza la idea del perro que está bien tener miedo, ya que se le está premiando, y esto hace más difícil mitigar esa respuesta. Los miedos y fobias más consultados son: estruendos, personas, otros perros, objetos (aspiradora, autos, etc.).
FORMAS DEL MIEDO
El perro puede manifestar el miedo de formas diferentes, y estas respuestas se clasifican como huída, agresión e inmovilización.
• Huida: se aleja de la causa del miedo.
• Agresión: principalmente cuando el perro no puede huir y se percibe ante un peligro inminente.
• Inmovilización: por instinto, intenta pasar desapercibido ante la causa del miedo, como si se tratara de un depredador.
Algunos de los signos corporales que se pueden ver en un perro con miedo son la cabeza agachada, orejas hacia atrás, dilatación de las pupilas, jadeo, sequedad de boca o aumento en la salivación, cola entre las piernas, cuerpo arqueado y rígido, erección del pelo, retracción de los labios, lamerse demasiado, temblores, etc.
Cada caso debe ser estudiado en forma individual para un mejor abordaje del problema.
En general, algunas sugerencias que podemos hacer desde nuestra experiencia son:
• No premiar, mimar o acariciar al perro cuando dé señales de miedo, pues sólo se reforzará ese comportamiento.
• Ante un nuevo estímulo, ambiente o ser vivo, el tutor debe proyectar seguridad al perro, pues de lo contrario, el perro sólo reafirmará que su miedo es justificado.
• Favorecer en los cachorros la socialización con el ambiente, su especie y otras especies, sobre todo en los primeros 3 meses de vida.
• Exposición gradual a las causas aparentes del miedo, con supervisión de un experto, ya que esto se debe individualizar de acuerdo con la respuesta del perro.

MUNDO CANINO
Es muy importante que cada acción sea supervisada por un experto, pues de no hacerlo en forma correcta, se puede reforzar el miedo. Además es importante identificar la etapa en que el miedo o fobia fue adquirido, pues de esto depende también si se puede resolver, o sólo se puede mitigar.
Si tienes dudas sobre algún problema en el comportamiento de tu perrito, puedes contactarnos a través de nuestras redes sociales, y de esta forma ayudar a que tu amigo canino tenga una mejor integración.