Fotos: Víctor Briones
Como cada año, la residencia de Esther Hernández de González se viste de fiesta; desde el 2 de noviembre se respiran los aires de Navidad.
En la puerta de entrada a su casa recibe a los invitados una guirnalda de esferas grandes y a lo alto un moño. En el interior, apenas a unos pasos de ingresar, una mesa de duendes y arlequines da la bienvenida. Cada rincón revive adornado a detalle, sin faltar el pino y el nacimiento de Jesús que son los protagonistas.
Del árbol en color plata con destellos dorados cuelgan hermosas figuras: osos, búhos, estrellas, piñas secas y esferas de gran tamaño que entre guirnaldas, racimos de uvas decorarivos y una iglesia le dan ese toque festivo.
Sobre mesas, cómodas y paredes los detalles sobresalen, pero el ambiente acogedor es el que más recuerda que las familias se reunirán en torno a la Navidad y el nacimiento de Jesús. La mesa ya está dispuesta y la cena
cocinándose para esa fecha tan especial.
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