Sofía Flores Gómez desde niña visualizó su futuro con una hermosa familia y como propietaria de una academia.
Sus primeros pasos en puntas fueron a los siete años de edad en Reynosa, y solo tenía quince cuando empezó a dar clases de ballet, jazz y tap.
Con 17 años de trayectoria en el desarrollo de la danza, formación en ballet, tap, jazz, hip-hop, lírico y contemporáneo, Sofia Flores Gómez actualmente es propietaria de Baby
Ballet Marbet (División del Norte), en la Ciudad de México, desde el año 2020 a la fecha.
Era apenas una niña y ya demostraba su vocación por el baile. Como maestra dedicaba el tiempo necesario a sus alumnas, pero su interés por seguir aprendiendo y perfeccionar la técnica la motivaban a practicar por más de cinco horas al día.
Aunque es licenciada en Ciencias de la Comunicación, su amor por el arte, disciplina y perseverancia la llevaron hasta donde se propuso: “Yo siempre me vi como hoy en día estoy, con mi academia y una familia”.
Siente una gran admiración por Isaac Hernández, quien fue bailarín principal del English National Ballet, y reconoce que a los bailarines “nos encanta subir al escenario”, pero más que estar de gira en una compañía o bailar en el ballet de Rusia, tener la oportunidad de compartir sus conocimientos es para ella una gran satisfacción.
Aunque ya lleva algunos años en la Ciudad de México, no olvida sus raíces y a la persona que la vio dar sus primeros pasos vestida con leotardo, mallas, zapatillas y falda: Flor Atria Martínez Guerra, por orientarla y enseñarla a amar la danza por siempre.
Actualmente, dedica la mayor parte del tiempo a la danza, no solo imparte clases y las supervisa, sino que está involucrada en el proceso administrativo y los preparativos de la academia.
“Todo mi día tiene algo de danza, lo cual me encanta y apasiona”, comenta.
Si bien la danza clásica está considerada un arte que requiere de mucha disciplina, sacrificios y esfuerzo, reconoce que ella no “sufrió” emocionalmente.
Recuerda solo una ocasión que la recriminaron por su peso corporal, pero ella en lugar de sentirse ofendida decidió hacer caso omiso.
“Yo creo que tiene que haber un balance entre una buena y sana alimentación, dormir bien y llevar una vida activa, y siempre he llevado mi vida de esa manera”, considera.
EL BAILE SU VIDA
A Sofía Flores Gómez la danza le cambió la vida para siempre.
“Creo que el arte, en especial la danza, te hace ver la vida de forma diferente. En mi caso, me hizo sentir y disfrutar la vida al máximo, ser más sensible ante diferentes situaciones, y me dio la fuerza y energía para sobrepasarlas. La danza es parte de mi día a día, desde que inicié ha sido así”, asegura.
En cuanto a experiencias y competencias tiene muchas satisfacciones. Entre ellas señala un concurso en Houston donde además tomó un workshop en el que fue seleccionada y ganó una beca en Dupree Dance Chicago.
Entre sus recuerdos de la infancia están los festivales escolares de fin de cursos, donde participaba en tantos bailes que el camerino le quedaba lejos para cambiarse el vestuario, así que su hermana Daniela le ayudaba a hacerlo en uno improvisado al lado del escenario.
“Tenía solo segundos para cambiarme y estar lista para el siguiente baile. Pero estaba muy motivada porque siempre toda mi familia estuvo presente en cada festival y en cada concurso”, recuerda.
DANZA PARA TODOS
Desde los primeros pasos en puntas entre 1400 y 1600 en Italia, hasta la actualidad. el ballet continúa renovándose, y muestra de ello es Nederlands Dans Theatre (1959), una de las mejores compañías no solo de Europa, sino del mundo entero.
Ha destacado por su innovación en la danza clásica a la vez que mantiene la tradición del ballet. A la par que las compañías modernas de Nueva York y de Australia demuestran que se puede alcanzar la excelencia en la danza clásica.
Pero para la maestra de danza Sofia Flores: “No en todas partes de México se le da la importancia a la danza como debería, creo que el arte no esta tan valorado en ocasiones, reconoce.
Para ella el ballet ha evolucionado y está bien, pues la vida misma sigue evolucionando.
Asegura que la esencia y base del ballet siempre perdurarán.
“El ballet es para mi la base de todas las especialidades o bailes que existen, si sabes ballet es mucho más fácil que bailes otro género, es una disciplina hermosa que si bien no te dedicas a ella en un futuro, te aportará muchas cosas a tu vida: coordinación, motricidad, ritmo, disciplina, orden, sensibilidad y socialización, refiere.
Con el tiempo se han generado diferentes tipos de baile que tienen como base la danza clásica. En su opinión, hay gustos para todos.
“A mí pueden no gustarme algunos géneros, porque no van conmigo, con mi esencia, pero eso no quiere decir que haya mala danza, simplemente hay danza para todos”.
UN TEMA DE GÉNERO
Aunque fue a principio del siglo XIX y hasta la fecha cuando las mujeres toman su lugar en la danza, es necesario recordar que entre los años 1710 y 1750 se consideraba una disciplina esencialmente masculina. Fue hasta el ballet romántico cuando las mujeres de manera delicada, formal y refinada aparecen en escena, ellos empiezan a ser los menos y se les cuestiona, en cierto modo, su masculinidad.
Hablar de un hombre al que le gusta el ballet implica colocarlo como contrario a lo esperado de este estereotipo de género, donde el imaginario colectivo coloca a la figura predominantemente mujer envuelta en gasas y tules, en zapatillas de punta y en movimientos suaves propios de la femineidad.*
En Baby Ballet Marbet, Sofía Flores Gómez recibe a niños y niñas a partir de un año y medio de edad; un grupo cuya finalidad es el desapego con mamá, seguir instrucciones y la motricidad.
“Es una clase muy lúdica, pero ya como disciplina de ballet se imparte a partir de los tres años”, explica.
Reconoce que en su academia sí hay varones, pero “no te voy a mentir, son pocos… en general hoy en día creo eso va creciendo de manera paulatina”.
“En Baby Ballet Marbet inicié como coordinadora de una sucursal desde que llegué a vivir a la Ciudad de México. Poco a poco la vida me fue llevando hasta poder ser dueña de la misma academia. Siento que hay que estar preparados para cuando la oportunidad que esperas aparezca y puedas tomarla. Como dueña tengo aproximadamente tres años con la compañía de mi socia Daniela Paola Jiménez Avilés”, señala.
Esta dirigida a niños a partir de un año y medio hasta 18 años. Entre las clases que imparten están: ballet, jazz, contemporáneo, hip hop, taekwondo, gimnasia rítmica y danza aérea.
Sofía Flores Gómez se ha dedicado al ballet y en general al baile desde su infancia, pero se dio el tiempo para concursar en Nuestra Belleza Reynosa donde obtuvo el primer lugar en el año 2014, y el segundo sitio en Nuestra Belleza Tamaulipas el mismo año. Ahora se corona como madre y esposa, y su futuro no lo ve de otra forma más que en la danza.